Detienen miembros de una iglesia por asistir a un culto de adoración online.
En el pasado mes de febrero, luego de tener una reunión por la plataforma Zoom, un grupo de creyentes fue arrestado en el país asiático, sólo por esa razón. Si bien los colaboradores de Puertas Abiertas en China indican que se trata de un caso poco frecuente, no descartan que pueda volver a ocurrir en el futuro, o que se trate de una nueva modalidad de intimidar a las personas de fe.
Jan Vermeer, director de comunicación de Puertas Abiertas en China, dijo que «en los últimos años ha surgido un nivel diferente de persecución, a través de un seguimiento en medios digitales” y advirtió que “están aumentando los casos de ataques directos en línea».
Este tipo de casos de persecución no son nuevos en el gigante oriental. El año pasado, cuando la pandemia recién comenzaba, ya se informaba de pastores y congregaciones que, poco después de comenzar a transmitir sus sermones eran censurados por el Gobierno chino. Por ese entonces, Bitter Winter, un pastor clandestino de la iglesia en la provincia de Jiangxi, informó «nuestra primera y única reunión en línea fue bloqueada por las autoridades, momentos después de que comenzara».
El Dr. Chris Meseroles, experto en tecnología y religión del Instituto Brookings de Washington D. C., explicó que ahora los gobiernos disponen de un nuevo conjunto de tecnologías que les permiten tener la posibilidad de vigilar la práctica religiosa en privado y dijo que “esto hace posible observar a las personas en su vida cotidiana en una ciudad o un pueblo y vigilar su cotidianeidad religiosa».
Si bien son pocos los casos, la persecución digital no deja de alarmar como un nuevo factor de presión para los cristianos de Oriente. “Esta intimidación es la que más impacto tiene, porque, aunque sólo un pequeño número es arrestado por el momento, da la sensación de que uno está en riesgo«, explicó Jan Vermeer.
Las iglesias en China deben registrarse con el gobierno y unirse ya sea al Movimiento Patriótico de los Tres-Uno o a la Asociación Católica Patriótica China. Pero debido a que estas iglesias aprobadas por el estado enfrentan severas restricciones, millones de cristianos prefieren adorar en iglesias clandestinas ilegales.