El Espíritu Santo descendía sobre algunos de vez en cuando en el Antiguo Testamento (Sansón, Saúl, Gedeón, Josué…) y se puede ver cómo recibían fuerza sobrenatural, profetizaban, convocaban a ejércitos, recibían sabiduría de lo alto y mucho más. Que podamos orar como oró David en el Salmo 51:10-12:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga”.
Jesús nos prometió: “De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38) Es mi oración que en este Pentecostés podamos experimentar esto y muchísimo más de parte de Dios y su Espíritu en nuestra vida.
En un Aposento Alto:
Por varios días los discípulos, y los que con ellos estaban, se congregaron esperando la promesa del Padre. Estaban, como lo estamos ahora en esta cuarentena, unánimes, alojados en un aposento, juntos, en un mismo sentir, en un mismo corazón perseverando en oraciones y levantando un clamor delante del Trono de la Gracia.
A los discípulos se les había ido Jesús que ascendió al cielo, a muchos de nosotros se nos fueron seres queridos que ya no están ni veremos más.
Omar Cabrera, pastor de la iglesia Visión de Futuro.
Hoy nosotros estamos alojados en nuestros hogares, muchos sin poder salir, algunos sin poder trabajar, luchando con la incertidumbre, otros peleando con los pensamientos de temor, con los síntomas que sienten, aún con el vacío que quedó. El Espíritu Consolador nos acompañará, se cumplirá la promesa de Jesús que no quedaremos huérfanos, sino que el Consolador estará con nosotros para siempre (Juan 14:15-18).
¿Qué pasa cuando viene el Espíritu Santo a nuestra vida?
–Nace Cristo en nuestro interior
Que como sucedió con María, el Espíritu Santo descienda sobre nosotros y el Poder del Altísimo nos cubra con su sombra. Es mi oración: «que habite Cristo por la fe en vuestros corazones» (como dice Efesios 3:17a) y que todo vacío interior sea lleno por la presencia interior del Espíritu.
–Nos convertimos en testigos
Jesús dijo en Hechos 1:8 “Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. Esa palabra “testigo” es la palabra martus (gr.), y de ahí viene la palabra mártir. Un testigo tiene que estar dispuesto a dar su vida por su fe, por lo que cree. Me pregunto: “¿Estoy dispuesto a pagar el precio más alto, el precio supremo?”. Yo creo que el poder del Espíritu de Dios nos va a dar la capacidad para rendir nuestra vida por el Evangelio y de servir al Señor con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente y de todo corazón.
–Recibimos poder para enfrentar la persecución
Tremendo lo que dice el Apóstol en 1 Pedro 4:14: “Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes”. Pedro nos dice en el siguiente capítulo:
“Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos. Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables” (1 Pedro 5:8-10).
Muchas veces le tenemos miedo a las pruebas, a los problemas, nos queremos escapar, esquivarlos, pero el Señor usa esas pruebas, justamente, para perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos.
¡De esta prueba vamos a salir mejores!
Omar Cabrera, pastor de la iglesia Visión de Futuro.
Yo creo que:
Dios te va a usar con poder. La clave está en no separarnos de la Fuente. Permaneciendo firmes veremos que el poder de Dios sigue fluyendo a través de nosotros. Vas a ser un instrumento poderoso en las manos de Dios y vas a ser testigo a todos.
Sobre ti declaro:
Dios te va a usar con poder, te llenará hoy para que seas usado. Que puedas sentir que la unción comienza a descender sobre tu vida, que el poder de Dios comienza a fluir.
Ora conmigo:
Gracia Señor por lo que me das, porque me tocas, porque me vas a usar como un instrumento útil en tus manos. Me rindo a Ti, me consagro a Ti. Me comprometo a seguirte y a servirte. Hazme tu instrumento para tocar a mi familia, para traer sanidad a mi alrededor; me rindo a tus propósitos y te pido que me uses para tu gloria. Hazme sensible a la voz de tu Espíritu Santo. Tu Espíritu Santo me empodera, me llena de poder para ser testigo tuyo. Guíame Señor a cada paso, en el nombre de Jesús, Amén.