En una época que confunde la bendición espiritual en Cristo con bienes materiales, el apóstol Juan nos devuelve a lo esencial: la verdadera prosperidad comienza en lo invisible.
¿Qué significa que tu alma prospere, y por qué eso puede cambiarlo todo? «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.» — 3 Juan 2.
Este versículo ha sido citado muchas veces, y no siempre con el sentido correcto.
Por eso, vale la pena detenernos y entender qué quiso decir realmente el apóstol Juan. No era una promesa, era un deseo pastoral.
Juan no estaba haciendo una declaración profética o garantizando riquezas. Estaba expresando un deseo sincero hacia su hermano Gayo, un fiel colaborador: que su vida física y cotidiana fuera tan saludable como su vida interior.
Pero, ¿qué significa eso realmente? ¿Qué implica que el alma prospere, y cómo se ve en lo cotidiano?
Prosperar no es tener más, es caminar bien.
La palabra griega original para “prosperado” es (euodousthai), y no habla de riquezas ni de comodidad. Significa: “tener una buena y segura jornada en el transcurso de la vida”.
En otras palabras: una vida con dirección y estabilidad, aún en medio de las pruebas. Una jornada con propósito, no una cuenta bancaria llena o estar exentos de las enfermedades. Dios no nos promete un camino sin piedras, pero sí una jornada con destino eterno si el alma permanece en la cruz.
El alma: es la tierra por conquistar
El alma (psique) es el centro de nuestra personalidad, donde habitan los pensamientos, deseos, emociones y voluntad.
También es donde se libran las batallas espirituales más profundas: entre lo que somos llamados a ser en Cristo y lo que la carne (sarx) nos impulsa a buscar.
Un alma no rendida puede parecer funcional, incluso exitosa, pero carece de raíz.
La verdadera transformación comienza cuando el alma es crucificada con Cristo y vuelve a enfocarse hacia lo eterno.
Prosperar no es tener, es dar fruto
Jesús nunca midió la bendición por las posesiones. De hecho, advirtió que la vida no consiste en los bienes que uno posee (Lucas 12:15).
El Salmo 1 nos lo recuerda: «Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas… y todo lo que hace, prosperará.»
Pero esa prosperidad es fruto de un alma dirigida por el Espíritu Santo, la cual se deleita en su Palabra y no en su propia opinión.
La prosperidad del alma se manifiesta en frutos invisibles pero evidentes: amor real, gozo estable, dominio propio, discernimiento, mansedumbre, obediencia.
El alma próspera no necesita demostrar, solo reflejar
Cuando el alma está en orden, no necesita validación. Ya no corre tras el éxito social, sino tras Cristo.
Ya no depende de resultados visibles, sino de una comunión profunda.
Y ese tipo de vida deja huella: no por su ruido, sino por su consistencia, por la paz que la gobierna y la verdad que la cautiva.
Conclusión: una vida que camina con sentido
Para cerrar toda esta idea, no puedo dejar de pensar en lo que dijo el profeta Isaías, describiendo la cruz y resurrección del Mesías, dejando bien en claro que el único sentido y propósito por el cual vendría a esta tierra sería cumplir con la voluntad de su Padre, la cual le daría el éxito ante los ojos del cielo.
Isaías 53:10: “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada”.
Cuando el alma se despierta de su letargo, el Espíritu le notifica la realidad en la que se encuentra: completamente satisfecha en Cristo.
En ese momento, los estándares humanos dejan de tener valor, y solo hay un tesoro que capta toda la atención.
Recuerda esto: Nada hará más próspero tu andar que hacer Su voluntad.
¿Quién es la joven que evangeliza en la plaza Puerta del Sol de Madrid?
En una de las plazas más importantes de Madrid, una joven española se detiene en el centro de la plaza sobre una caja roja a anunciar el Evangelio a viva voz: “Hace más de 2000 años, alguien vio que tu vida necesitaba un salvavidas. Esa persona fue a una cruz y cambió la historia de la humanidad”.
Miles de personas pasan a diario por ese lugar, algunos solo continúan su camino, pero muchos otros se detienen a escuchar, de igual forma todos son confrontados con el mensaje de la cruz que Marta Durán tiene para contar.
Marta creció rodeada de historias bíblicas. Era “esa niña de iglesia” que sabía todo sobre el arca de Noé, Moisés o David. Pero no fue hasta los 12 años, durante un campamento, que el Evangelio pasó de ser información a una revelación personal. En medio de una predicación, algo la atravesó por completo:
“Cada clavo que sostuvo la cruz a Jesús gritaba el mayor ‘te amo’ hacia tu vida”. Esa frase la llevó a orar con sencillez pero con fe: “Dios, si tú eres real, yo quiero conocerte”.
Lo que siguió fue una experiencia que aún hoy recuerda con asombro. Un amor profundo la inundó, acompañado de una conciencia clara del pecado y del sacrificio que Cristo hizo en la cruz. Fue ahí donde comenzó un camino de entrega y obediencia, paso a paso, hasta llegar al día en que se paró sobre una caja en el centro de la plaza para predicar por primera vez.
La idea de evangelizar en la vía pública no la entusiasmaba. De hecho, se lo confesó a Dios: que no le pidiera eso. El temor al rechazo, al qué dirán, al ridículo, era fuerte. Pensaba en los amigos que podrían pasar, en las risas, en los prejuicios. Pero la incomodidad fue parte del proceso: ese día, con las piernas temblando y el corazón latiendo a mil, entendió que Dios no la necesitaba perfecta, solo dispuesta.
Ese paso la llevó a descubrir que el Señor se glorifica en medio de la debilidad. Predicar en plazas no es una performance ni una estrategia; es una cita divina. En lugares como la Puerta del Sol, en Madrid, ha visto personas de distintos países pararse a escuchar, quedarse clavados por lo que Dios les estaba diciendo, y hasta entregar su vida a Cristo entre el ruido de la ciudad.
Esto encendió por completo el espíritu de Martita y despertó una necesidad de urgencia de predicar el Evangelio a todos, por eso, situada estratégicamente en el centro de una de las plazas más concurridas de Madrid, Martita fue movida a llevar la buena noticia, que el final de la historia es bueno y Jesús triunfó por encima de la oscuridad, y que cada persona que quiera experimentar a este Cristo vivo, tendría que encontrarse con la cruz.
Evangelizar más allá del templo
Para Marta, compartir el Evangelio fuera de la iglesia es una urgencia. Cree que parte del corazón de Dios está en seguir buscando a quienes aún no le conocen. “Jesús no ha vuelto porque todavía hay pueblos, etnias, personas que no han escuchado Su nombre”, suele decir. Por eso, evangelizar no se limita a una actividad puntual, sino que es un estilo de vida: hablar de Cristo en la universidad, en el trabajo, en la rutina diaria.
Una vez, un hombre iraní grabó todo su mensaje desde el celular. Luego se le acercó, quebrado, con lágrimas en los ojos, y le dijo que quería aceptar a Jesús. En otra ocasión, una niña la escuchó pintar una cruz simbólica y al final le dijo que quería hacer lo mismo que ella. Y aunque parezca increíble, en una salida a predicar, un hombre en situación de calle la reconoció y le agradeció por sus mensajes en TikTok.
Del miedo al denuedo
Durante mucho tiempo, Marta sentía que su boca estaba “cosida”. No podía hablar de Jesús sin tartamudear. La vergüenza y el temor la paralizaban. Pero algo cambió cuando entendió que lo que necesitaba era ser llena del Espíritu Santo. Así como Pedro pasó de negar a Jesús a predicar con denuedo en Pentecostés, ella también experimentó esa transformación. Hoy, esa valentía no nace de ella, sino de saber que el mismo Cristo está con ella, viéndola, animándola, sonriendo.
Visualizar esa mirada del Padre sobre su vida la sostiene. No se trata de cumplir con una tarea religiosa, sino de compartir lo que cambió su vida. No se trata de técnicas, sino de hablar desde la verdad. A veces lo hace parada sobre una caja en una plaza; otras, a través de un video que llega a miles de personas de todo el mundo.
Cómo se prepara para predicar
Junto a su equipo, Marta busca siempre conectar con la necesidad eterna de las personas. Suelen comenzar con preguntas como: “Si murieras hoy, ¿sabes a dónde irías?” Eso abre una conversación sincera sobre la eternidad, la condición del corazón humano, la justicia de Dios y la gracia que hay en Jesús. Predican de manera visual, creativa, pero sobre todo guiados por la oración: piden encuentros específicos, gente preparada para recibir.
No siempre saben quién se va a detener. Muchas veces, nadie parece interesado. Pero cuando alguien se queda y escucha, cuando hay lágrimas, preguntas o silencios profundos, saben que están frente a una cita del Cielo.
Un mensaje para quienes sienten miedo
A quienes sienten que no pueden hablar de Jesús, Marta les recuerda que nadie nace sabiendo. “No necesitás ser perfecto ni tener un título en teología. Solo necesitás rendir tus gigantes a Jesús”, dice. El temor al rechazo, la vergüenza o la inseguridad no son obstáculos para Dios, sino lugares donde Él puede glorificarse. “Anímate a salir de la barca. No sos vos solo: es Él en vos, hablando a través de tu boca”.
El pueblo Nasa celebra la entrega histórica de la Biblia completa en su lengua
En un hecho sin precedentes para el departamento del Cauca y para Colombia, el pueblo indígena Nasa celebró un acontecimiento histórico: la entrega de la Biblia completa traducida al Nasa Yuwe, su lengua originaria. El evento tuvo lugar el pasado fin de semana en el municipio de Caldono, al norte del Cauca, y representa un hito tanto espiritual como cultural para esta comunidad ancestral.
La ceremonia contó con la participación de autoridades indígenas, docentes, sabedores espirituales, líderes comunitarios, representantes del gobierno departamental y una masiva asistencia de la comunidad local.
Una traducción que honra la identidad y la fe
La traducción de la Biblia al Nasa Yuwe fue posible gracias al trabajo articulado entre la Sociedad Bíblica Colombiana, lingüistas, sabedores ancestrales y líderes espirituales del pueblo Nasa. El proyecto, que tomó varios años de trabajo, no solo busca fortalecer la fe cristiana en la región, sino también preservar y dignificar una lengua en riesgo de desaparición.
“Es un mensaje de reconciliación y, por supuesto, de paz para el departamento del Cauca. Este acto tiene un profundo significado, porque fortalece nuestra identidad, nuestra fe y nos permite encontrarnos en medio de las diferencias”, expresó Maribel Perafán Gallardo, secretaria de Gobierno del Cauca.
Durante su intervención, la funcionaria destacó la importancia de este tipo de iniciativas interinstitucionales, que aportan a la libertad religiosa, la inclusión étnica y la construcción de paz en los territorios.
“Somos un departamento profundamente étnico, y eso nos permite encontrarnos en el marco de la diferencia. Esta Biblia en Nasa Yuwe no solo representa una herramienta espiritual, sino también un acto de dignificación para nuestras comunidades”, agregó.
Un paso clave en la política de libertad religiosa en el Cauca
Aunque el gobernador del Cauca, Jorge Octavio Guzmán, no pudo estar presente en el acto, envió un mensaje de felicitación a los asistentes, celebrando este paso histórico como parte de la política pública de libertad religiosa y de cultos del departamento.
La entrega de la Biblia en lengua Nasa Yuwe marca un antes y un después para esta comunidad indígena, y se convierte en un símbolo de esperanza, reconciliación y resistencia cultural en medio de los desafíos sociales y políticos que enfrenta la región.
Taylor era conocido por su profundo respeto hacia la cultura china y su fervor evangelizador. Adoptó la vestimenta tradicional china, algo inusual entre los misioneros de su época. Bajo su dirección, la "Misión al Interior de China" se convirtió en una organización interdenominacional que aceptaba a mujeres solteras, personas de clase obrera y creyentes de diferentes nacionalidades.
James Hudson Taylor fue un misionero bautista inglés, fundador de la «Misión al Interior de China» (MIC, China Inland Mission). Nació el 21 de mayo de 1832 en Barnsley, Yorkshire, Inglaterra y dedicó 51 años de su vida al trabajo misionero en China. Esta entidad ha enviado a más de 800 misioneros al país asiático, quienes establecieron más de 125 escuelas, lo que resultó en la conversión de 18,000 personas al cristianismo. Además, la misión ha fundado 300 bases en las dieciocho provincias chinas, contando con la colaboración de más de 500 trabajadores locales.
Taylor era conocido por su profundo respeto hacia la cultura china y su fervor evangelizador. Adoptó la vestimenta tradicional china, algo inusual entre los misioneros de su época. Bajo su dirección, la «Misión al Interior de China» se convirtió en una organización interdenominacional que aceptaba a mujeres solteras, personas de clase obrera y creyentes de diferentes nacionalidades.
Gracias a las campañas de la MIC contra el comercio del opio, Taylor fue reconocido como uno de los europeos más importantes del siglo XIX en visitar China. La historiadora Ruth Tucker escribió sobre él que «ningún otro misionero desde el apóstol Pablo ha tenido una visión tan grande y un plan tan bien estructurado para evangelizar una amplia región geográfica como Hudson Taylor».
Taylor era capaz de predicar en diversas variedades del idioma chino. Además, como conocedor del dialecto de Ningbó, tradujo el Nuevo Testamento a esa lengua.
Su padre, James Taylor, era químico farmacéutico y predicador laico metodista. Durante su adolescencia,Hudson se apartó de las creencias de sus padres, pero a los diecisiete años, tras leer un panfleto evangélico titulado «Poor Richard,» profesó su fe en Jesucristo y en diciembre de 1849, decidió convertirse en misionero en China.
Taylor se procuró una copia del libro «China: Its State and Prospects» de Walter Henry Medhurst, que leyó con avidez. Simultáneamente, comenzó a estudiar chino mandarín, griego, hebreo y latín.
En 1851, se trasladó a un barrio pobre para trabajar como asistente médico del Doctor William Hardey. Allí, se preparó para una vida de fe y servicio, dedicándose a los pobres y confiando en que Dios proveería todas sus necesidades. Distribuía panfletos evangelísticos y predicaba en la calle a los pobres. Fue bautizado en 1852 por Andrew John Jukes, un reconocido maestro de una Asamblea de Hermanos en Hull.
Ese mismo año, Taylor comenzó sus estudios de medicina en el Royal London Hospital, en Whitechapel, Londres, como preparación para su ministerio en China. Taylor salió de Inglaterra el 19 de septiembre de 1853, antes de completar sus estudios de medicina, y llegó a Shanghái, China, el 1 de marzo de 1854. Su llegada coincidió con la guerra civil, lo que convirtió su primer año en una época de gran turbulencia.
A partir de 1855, Taylor predicó el Evangelio 18 veces en las proximidades de Shanghái, pero a menudo fue recibido con hostilidad, a pesar de sus competencias médicas y el material que llevaba consigo. Decidió entonces adoptar la vestimenta y el peinado típico de los nativos, lo que le ayudó a ganarse la confianza de la audiencia. Antes de este cambio, la gente lo llamaba «diablo negro» debido a su abrigo oscuro. Distribuyó miles de folletos y porciones de las Escrituras en Shanghái y sus alrededores.
En 1857, estando en Ningbó, Taylor recibió una carta de apoyo de George Müller, lo que llevó a que tanto su colega John Jones como él dimitieran de su misión problemática. Trabajaron un tiempo como independientes y luego fundaron la «Misión de Ningbó».
Al año siguiente, Taylor se casó con Maria Jane Dyer, hija huérfana del reverendo Samuel Dyer de la Sociedad Misionera de Londres, quien había sido un pionero misionero entre los chinos en Penang, Malasia. Taylor había conocido a Maria en Ningbó, donde ella trabajaba en una escuela para niñas dirigida por Mary Ann Aldersey, una de las primeras misioneras en China.
En 1859, nació su hija Grace, y poco después Taylor se hizo cargo del hospital de Ningbó, que anteriormente dirigía el Dr. William Parker. En una carta a su hermana Amelia, fechada el 14 de febrero de 1860, Hudson Taylor escribió:
«Si poseyera miles de libras esterlinas, serían para China. Si tuviera miles de vidas, China debería reclamarlas. ¡No! No es China, sino Cristo.¿Acaso haremos demasiado para Él? ¿Se podrá hacer lo suficiente para un salvador como Él?«
En 1860, debido a problemas de salud, Taylor decidió regresar a Inglaterra con su familia. Embarcaron con su hija Grace y un joven llamado Wang Laijun, de la iglesia de Bridge Street de Ningbó, quien les ayudaría en la traducción de la Biblia durante su estancia en Inglaterra.
En Inglaterra, Taylor continuó con su trabajo de traducción del Nuevo Testamento al dialecto de Ningbó para la «Sociedad Bíblica Británica y Extranjera». En 1862, completó sus estudios, incluido un curso de obstetricia, y con la ayuda de su esposa María, publicó el libro China’s Spiritual Need and Claims (Las necesidades y reivindicaciones espirituales de China), el cual despertó simpatía y apoyo por China entre sus lectores, algunos de los cuales decidieron viajar a Extremo Oriente.
Taylor viajó extensamente por las islas británicas, hablando en iglesias sobre las necesidades existentes en China. En su hogar en el East End de Londres, entabló una amistad con Charles Spurgeon, quien fue un gran apoyo para Taylor.
Su segundo hijo, Herbert, nació en Londres en 1861, seguido de Frederick en 1862, Samuel en 1864 y Jane en 1865, aunque lamentablemente Jane murió al nacer. El 25 de junio de 1865, en Brighton, Taylor se entregó plenamente a Dios para la fundación de una nueva sociedad destinada a la evangelización de los chinos del interior del país que aún no habían escuchado el Evangelio. Así nació la «Misión al Interior de China» (MIC) con la ayuda de William Thomas Berger. En menos de un año, se seleccionaron 21 misioneros.
El 26 de mayo de 1866, tras más de 5 años de trabajo en Inglaterra, Taylor y su familia zarpan nuevamente para China con su nuevo equipo misionero.
La llegada del mayor contingente de misioneros jamás enviado a China y la decisión de Taylor de vestirse como los chinos causaron un gran revuelo entre los extranjeros establecidos en Shanghái, provocando algunas críticas hacia la MIC. Mientras otros misioneros intentaban preservar su estilo de vida británico, Taylor estaba convencido de que el Evangelio sólo podría arraigarse en China si los misioneros adoptaban la vestimenta y respetaban la cultura de la gente a la que intentaban alcanzar. Para justificar su enfoque, citaba el ejemplo del apóstol Pablo: ”Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles.” (1 Corintios 9:22).
Taylor comenzó a trabajar como médico mientras predicaba, lo que le supuso un horario muy cargado. Cientos de personas acudían a él para escuchar su mensaje y recibir atención médica. Sin embargo, surgieron conflictos dentro del equipo de misioneros, lo que disminuyó su eficacia.
«Se acostó en los escalones de piedra de un templo, poniendo su dinero debajo de su cabeza a modo de almohada».
Durante este periodo, el ministerio de Hudson Taylor impactó profundamente en Inglaterra, especialmente en varios miembros de la familia Studd, célebres por su práctica de críquet. Tres de los hermanos Studd se convirtieron al cristianismo y se involucraron profundamente en la fe. Uno de ellos, el famoso misionero Charles Studd, se embarcó hacia China con sus compañeros cristianos de la Universidad de Cambridge, conocidos como los «Siete de Cambridge».
Entre 1876 y 1877, Taylor viajó por el interior de China, fundando nuevas bases misioneras. Esto fue posible gracias a la firma de la Convención de Chefoo, un tratado entre China y Gran Bretaña firmado el 13 de septiembre de 1876, que abrió el interior del país a los extranjeros y permitió que el trabajo misionero se realizará legalmente. Para 1881, la MIC ya contaba con unos 100 misioneros.
Taylor viajó a Inglaterra en 1883 para reclutar más misioneros y hablar de las necesidades de China. Cuando regresó, trabajó con un total de 225 misioneros y 59 iglesias. En 1887, el número aumentó con la llegada de otros 102 misioneros del grupo «The Hundred Missionaries». En 1888, Taylor trajo consigo a 14 misioneros de Estados Unidos.
Debido a problemas de salud, Taylor se estableció en Suiza en un semi-retiro junto a su esposa. Ella falleció de cáncer en 1904 y fue enterrada en el cementerio protestante de Saint-Légier-La Chiésaz.
Taylor podría haber aceptado esta situación y quedarse en una forma cómoda en un solo lugar. Pero no fue esa la actitud que decidió tomar, sino que fundó la CIM (Misioneros al Interior de China). El nombre lo dice todo, con esta organización pretendía reclutar gente de Inglaterra para que se sumen a la misión en China. Fue así que logró aumentar el número de predicadores en cada año que pasaba. De este modo, sus oraciones fueron contestadas, al tener en 1887, 102 personas misionando. Pero no sólo en los puertos, sino en el interior del país.
La otra novedad de este pionero consistió en emplear mujeres en el campo, enviando misioneras al pueblo chino. Esto también sirvió, lógicamente, para acercar el evangelio a la población local, debido a que se podía llegar de otra forma a las mujeres chinas.
En 1905, Taylor regresó a China por undécima y última vez, visitando Yangzhou, Zhenjiang y otras ciudades, antes de morir repentinamente en Changsha. Fue enterrado junto a su primera esposa María.
El 28 de agosto del 2013, las tumbas fueron excavadas y trasladadas a una iglesia local, donde fueron nuevamente enterradas en un jardín conmemorativo.
Recordando que en 1949 el poder comunista tomó el gobierno chino. Cualquier intento de religión se vio amenazado, aunque siguió existiendo la CIM. Puede que parezca que terminó “en la nada” la labor de Taylor. No obstante, el cristianismo crece en este país a una tasa importante. Corresponde a nosotros doblar las rodillas por los chinos e imitar su ejemplo. Quizás no hace falta ir hasta China, pero sí comenzar -por lo menos- por los más cercanos.
El cantante Forrest Frank vive un milagro: Se recuperó en dos semanas de una fractura en la espalda
Apenas dos semanas después de sufrir una grave caída que le provocó fracturas en las vértebras L3 y L4, el cantante Forrest Frank ha sorprendido a sus seguidores al anunciar una recuperación milagrosa.
En un video publicado en Instagram el sábado, Frank compartió su alegría tras despertar sin dolor, incluso olvidándose de la lesión y cargando a su hijo de dos años antes de recordar lo sucedido. Posteriores radiografías confirmaron que las fracturas habían desaparecido por completo.
El incidente ocurrió el 19 de julio mientras Forrest Frank patinaba frente a su casa. Los exámenes médicos iniciales, incluyendo radiografía y tomografía computarizada, mostraron fracturas en dos vértebras lumbares. Durante su recuperación, Frank grabó dos canciones inspiradoras: «God’s Got My Back» y «Lemonade», esta última en colaboración con The Figs.
Sin embargo, el avance más impresionante fue su sanación inesperada:
«Me rompí la espalda hace exactamente dos semanas, hoy es el día 14,» comentó Frank en el video, sonriente. «Me desperté y olvidé ponerme la faja. Empecé la rutina matutina y cargué a mi hijo Bodie. Entonces me di cuenta: ‘No llevo la faja. ¿Qué pasa?’ Pedí una radiografía urgente y la espalda está completamente curada. No hay fracturas ni rastro de ellas. Gracias a Dios, vimos un milagro.»
Frank recordó que tras la caída sentía un dolor insoportable que le impedía moverse, pero hoy, aunque aún usa una férula por precaución, está convencido de que Dios lo sanó.
«¿Acabamos de presenciar un milagro o tengo los huesos más rápidos del mundo?», escribió en Instagram, agradeciendo a Dios y a quienes oraron por él.
La comunidad cristiana, que sigue de cerca la carrera de Forrest Frank —muy popular entre adolescentes— se unió en oración durante su recuperación. Tauren Wells, reconocido cantante cristiano, dirigió a 5000 fans en una oración por Frank durante la Feria Estatal de Ohio, y compartió ese emotivo momento en sus redes sociales.
En los días siguientes, líderes y artistas cristianos celebraron públicamente la recuperación del cantante:
Kari Jobe escribió: «¡Alabado sea Dios! ¡Esto es increíble!»
Candace Cameron Bure expresó: «¿Qué? ¡Miren lo que hizo!»
Phil Wickham añadió: «¡SÍÍÍÍ! ¡Ese es nuestro Dios! ¡Gracias, Jesús!»
Tauren Wells también manifestó su alegría: «¡Dios mío! ¡Ese es el Dios al que servimos! ¡Alabado sea Dios ahora mismo!»
Este testimonio de sanidad repentina de Forrest Frank reafirma la fe y la esperanza en el poder de Dios para hacer milagros hoy.
¿Alguna vez sentiste que amás a Dios, pero estás lejos? Como si hicieras cosas para Él, pero te faltara estar con Él. A mí también me pasó. A veces el alma se desgasta por fuera… porque se está secando por dentro.
Hoy quiero hablarte de algo que lo cambia todo: la intimidad con Jesús.
Dios no quiere solo tu servicio, quiere tu corazón
Vos no fuiste creado solo para hacer cosas grandes, fuiste creado para conocerlo a Él de cerca. Desde el principio, su deseo no fue solo que le obedezcas, sino que camines con Él.
Dios no es una meta a alcanzar, es una presencia que habita con vos. Y cuando empezás a vivir cerca, todo empieza a sanar desde adentro.
¿Cómo se ve una vida de intimidad con Jesús?
No es mística, no es complicada. Es real, sencilla, constante. Te lo digo desde lo que viví, no desde lo que leí.
Cuando vivís en intimidad con Jesús:
• No solo orás, hablás con Él. • No solo leés la Biblia, Él te habla a través de ella. • No solo cantás, tu corazón se rinde mientras adorás. • No solo hacés cosas para Dios, empezás a vivir con Dios.
“Más que tus obras, Dios ama tu voz buscándolo en lo secreto.”
¿Qué me alejó a mí (y tal vez también a vos)?
• La rutina espiritual sin relación real. • Querer correr sin antes sentarme a sus pies. • Llenarme de ruido y olvidarme del silencio. • Pensar que Dios se impresiona más con lo que hago que con lo que soy.
“Podés estar cerca del ministerio y lejos de Jesús.”
¿Y entonces? ¿Cómo empiezo a caminar más cerca?
No se trata de hacer más, sino de volver al primer amor. Así fue como empecé a reconectar:
Búscalo en lo secreto. No esperes sentir algo, empezá hablando con Él como un amigo.
Abrí la Biblia, pero no por obligación. Pedí que el Espíritu te hable mientras leés.
Reservá momentos solo para Él. Si bloqueás tiempo para todo, ¿por qué no para Dios?
Aprendé a estar en silencio. La intimidad no siempre tiene palabras. A veces es solo estar.
No te castigues si fallás, volvé. La gracia no caduca, Jesús sigue esperándote.
“Jesús no quiere tu perfección, quiere tu presencia.”
Intimidad: más que un hábito, es un hogar
Hoy entiendo que la vida abundante no está en tenerlo todo claro, sino en tener a Cristo cerca. Y cuanto más cerca vivís, más descubrís quién sos, qué sentís, y hacia dónde vas.
“No fuiste creado para funcionar lejos de Dios, fuiste creado para florecer cerca de Él.”
No estás seco, solo estás siendo llamado de vuelta
Si hoy sentís que algo falta, quizás no sea actividad… quizás sea intimidad. Y si hoy decidís volver a estar cerca, aunque no sepas cómo orar o qué decir, te aseguro algo: Jesús va a estar ahí, porque Él nunca se fue.
Más de 200 personas se bautizan en una tribu remota tras escuchar por primera vez el Evangelio
Una poderosa historia de fe, obediencia y transformación espiritual está impactando a miles de personas en todo el mundo. En una tribu remota y no alcanzada, más de 200 personas entregaron su vida a Jesucristo tras oír el Evangelio por primera vez, gracias a la labor misionera de la estadounidense Angi Magoulis.
La misionera compartió que los miembros de esta comunidad jamás habían escuchado hablar de Jesús. Sin embargo, cuando se les predicó la Palabra de Dios, la respuesta fue inmediata y unánime: clamaron con gozo y se prepararon para ser bautizados, obedeciendo al llamado de Cristo.
Bautismos en el desierto: una señal de fe viva
Uno de los desafíos más grandes fue la falta de agua cercana para realizar los bautismos. Pero la tribu no permitió que las dificultades físicas se interpusieran entre ellos y el mandamiento bíblico. Cavaron un hoyo en medio del desierto y caminaron kilómetros hasta el pozo más cercano para recolectar el agua necesaria.
“Este pozo tenía cerca de 100 metros de profundidad; por eso, llevar el agua tomó más de dos días para llenar el hueco donde serían bautizados. Uno a uno entraron al agua con total fe de que todo lo que cargaban sería sepultado con Cristo y saldrían renovados”, relató Magoulis.
El día del bautismo fue un momento inolvidable de llanto, liberación y gozo. La misionera expresó: “Vi cómo lloraban, cómo eran liberados y cómo caían bajo el poder del Espíritu Santo”.
La multiplicación del Evangelio desde adentro
En un acto que evidencia la obra del Espíritu Santo, Dios levantó a Mesac y su esposa Carolyn, miembros nativos de la tribu, para continuar con la misión evangelizadora. Ellos mismos se bautizaron y comenzaron a sumergir en el agua a otros miembros de su pueblo.
Este acto de multiplicación de la fe desde la propia comunidad refleja el poder del Evangelio cuando es recibido y apropiado de forma local. La misionera aclaró:
“Algunos creen que se necesita ser pastor o ministro para bautizar. Pero Jesús dijo en la Gran Comisión: ‘Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos…’. Este mandato es para todos los seguidores de Cristo—jóvenes, adultos, hombres y mujeres”.
Un nuevo comienzo para una tribu transformada por Cristo
Lejos de ser el final, la jornada de bautismo marcó un nuevo comienzo. Se levantaron nuevos discípulos, líderes y obreros comprometidos con la misión de extender el Reino de Dios.
“Dios está formando un equipo. No nos detendremos hasta que cada tribu, lengua y nación oiga el Evangelio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”, concluyó Magoulis.
Una historia que inspira a la iglesia global
Esta conmovedora historia misionera nos recuerda que Dios sigue levantando testigos aún en los lugares más remotos, y que su Palabra no conoce fronteras. Nos desafía a orar, a sostener la obra misionera y a comprometernos con la Gran Comisión hasta que todos oigan.
A fines de abril, se estrena Big George Foreman, la biopic del boxeador George Foreman, un pastor que, contra todo pronóstico, y luego de ser campeón mundial de pesos pesados, decidió volver al boxeo a sus 45 años con un solo fin: sostener económicamente el centro comunitario juvenil que lleva adelante junto a su hermano.
Big George Foreman, la biopic del boxeador George Foreman, un pastor que, contra todo pronóstico, y luego de ser campeón mundial de pesos pesados, decidió volver al boxeo a sus 45 años con un solo fin: sostener económicamente el centro comunitario juvenil que lleva adelante junto a su hermano.
UNA INTENSA VIDA VIOLENTA Devenido de una familia pobre y afroamericana por la que afrontaba el bullying en su niñez, el texano llevó una adolescencia problemática debido a sus violentas reacciones, que lo llevaron a abandonar la escuela primaria e introducir su vida al alcohol como vía de escape.
“Tomaba tanto que perdía la conciencia. Una vez, un tipo me corrió por la calle con una navaja. Después descubrí que la noche anterior, borracho, había querido asaltarlo y él había podido escapar. Yo no recordaba nada”. Así se refiere a su propia vida el campeón de boxeo olímpico.
A sus 16 años, antes de terminar tras las rejas, decidió escapar al estado de Oregon con una organización benéfica. Una noche, luego de un escándalo en el que uno de sus compañeros terminó volando por una ventana (escena que se ve en el tráiler de la película), un hombre de mucha menor estatura que él se acercó y le preguntó: “¿Por qué no te metes con alguien de tu tamaño?”. Se trataba del ex sargento de la Fuerza Aérea y experto en artes marciales, Charles Broadus, quien posteriormente fue apodado como “el padrino del boxeo” (que también tiene una biopic), y se convirtió en su entrenador en esta disciplina, la cual le sirvió como canalizadora de su ira y, finalmente, lo llevó a ser dos veces galardonado como campeón del mundo en la categoría de pesos pesados.
NOQUEAR Y ENCONTRARSE CON DIOS “Big George” se convirtió en un boxeador de élite en muy poco tiempo: ganó 76 de las 81 peleas que tuvo en su carrera deportiva, 43 de ellas por knock out. Entre 1969 y 1977, obtuvo una medalla olímpica.
En 1977, luego de perder la segunda pelea de su carrera debido al cansancio (la primera fue por un KO de Muhammad Ali) contra el pensilvano Jimmy Young, George cayó derrumbado en el vestuario, evidenciando problemas cardíacos que, según él, lo llevaron a la muerte por unos momentos.
“Me fui de esta vida. Por encima de mí, debajo de mí, a mi alrededor no había nada”, afirmó Foreman. “Los pensamientos más tristes que se te ocurran, multiplícalos. Recuerdo que pensé que no había esperanza para mí, como si alguien me hubiera dejado en el mar. No había tierra”. Luego, Foreman dijo que gritó: «¡Todavía creo que hay un Dios!». De repente, “una mano se metió y me sacó de la nada y de la muerte”.
Luego de esa experiencia, que consideró cercana a la muerte, el boxeador se alejó de manera definitiva del ring y se acercó a Dios. Se entregó a tiempo completo a la causa del Evangelio y comenzó su camino al pastorado, que incluyó pagar treinta minutos semanales de transmisión en una radio local en Texas.
VOLVER AL RING POR UNA CAUSA MAYOR Una década después de su repentino retiro, “Big George” decidió volver al ring de boxeo. Con 38 años, pesaba sobre sus hombros la responsabilidad económica por el centro comunitario juvenil que había fundado para rescatar a niños con problemas de conducta. Esto lo encaminó hacia lo que consideró la solución: ser campeón del mundo, otra vez.
Fue así cómo a los 45 años, y luego de un litigio legal por discriminación, el texano consiguió su segundo título como campeón mundial de pesos pesados. La pelea fue épica, ya que en ella se jugaba no solo su título sino el récord de ganador más veterano del boxeo. Le ganó a Michael Moreer por un knock out, pero celebró sus victorias de rodillas en la esquina del cuadrilátero, orando.
“BIG GEORGE FOREMAN, MILAGROSA HISTORIA DEL OTRORA Y FUTURO CAMPEÓN MUNDIAL DE PESO PESADO”, LA PELÍCULA.
La película biográfica del pastor George Foreman está protagonizada por Khris Davis (Malik, Space Jam 2), como Foreman, y el ganador del Oscar, Forest Whitaker (Zuri, Black Panther), como Doc Broadus, el entrenador de Foreman.
Respecto a la película el boxeador retirado, dijo: “Lo más importante que me gustaría que rescatara la gente es Que hay un Dios viviente. Y yo soy prueba de ello, eso es todo: olvídate del boxeo, de las victorias, de las derrotas y todo eso. La fe en Dios es de lo que trata esa película”.
Podés encontrar esta película en la plataforma de HBO.
Forrest Brank y Brandon Lake en el top 100 de billaboard
Dos exponentes cristianos de la música contemporánea se meten en el ranking más influyente de la industria y marcan un nuevo hito para el género.
Hoy en día lo que se considera música cristiana, ha entrado en categorías de sellos discográficos y en muchas ocasiones, lo que comenzó como una idea de evangelización a través de melodías cargadas de contenido cristiano, se ha convertido en entretenimiento de nicho.
Pero la reciente noticia nos trae esperanza para la comunidad cristiana
Algunos artistas han logrado pisar espacios donde antes parecía impensado. Esta vez,Forrest Frank y Brandon Lake lograron posicionarse en el codiciado Hot 100 de Billboard, un listado que suele estar protagonizado por artistas como Taylor Swift, Drake o Beyoncé.
En un hecho histórico, sus canciones no solo se colaron en el top 100, sino que treparon posiciones semana tras semana. “Hard Fought Hallelujah”, de Brandon Lake junto al rapero Jelly Roll, alcanzó el puesto 40 y actualmente se mantiene en el número 44. Por su parte, “Your Way’s Better”, de Forrest Frank, subió del puesto 72 al 62, consolidando su crecimiento.
Luz en medio de la industria musical
Según informó Billboard, hacía más de una década que dos canciones cristianas no ingresaban simultáneamente al ranking general. Desde 2013, solo 11 canciones de alabanza o adoración —sin contar canciones navideñas ni colaboraciones con raperos mainstream— habían logrado entrar al Hot 100. Lo que sucede ahora con Lake y Frank no es un simple caso aislado: es parte de una tendencia creciente.
«La música cristiana está resurgiendo con fuerza», afirma el periodista Xander Zellner, quien resalta cómo la viralización en redes sociales, especialmente en TikTok, ha tenido un papel clave en la expansión de estos artistas.
Dos historias, un mismo propósito
Brandon Lake es uno de los líderes del movimiento worship actual. Integrante de Bethel Music y habitual colaborador de Maverick City Music. Lleva 42 canciones en el ranking Hot Christian Songs. Su sencillo “Hard Fought Hallelujah”fue originalmente lanzado en solitario en noviembre de 2024, pero luego sumó la voz de Jelly Roll, con quien comparte un pasado marcado por luchas personales.
«Colaborar con Jelly fue poderoso porque ambos sabemos lo que es atravesar batallas y aún así elegir levantar una canción de esperanza», dijo Lake en una entrevista con Music Mayhem Magazine. Jelly Roll agregó: «Esta canción me llegó al alma como pocas. Va a resonar en mi casa durante años».
Por otro lado, Forrest Frank —integrante de su primer grupo, el dúo Surfaces— irrumpió con fuerza en la escena cristiana en los últimos años. Su álbum “Child of God” lideró la lista de mejores álbumes cristianos durante 34 semanas consecutivas. Este año lanzó la segunda parte del disco y fue galardonado como Artista Nuevo del Año en los premios Dove 2024.
Durante su discurso de aceptación, Frank no dudó en poner el foco donde corresponde: “Todo esto es para Él. Y si mañana no me da más canciones, está bien. Pero si sigue bendiciendo este proyecto, ¡genial! Porque un día nuestros nombres se desvanecerán, pero el de Jesús permanecerá por toda la eternidad”.
¿Un nuevo capítulo para los músicos cristianos?
El impacto de estos artistas sugiere un quiebre en la industria musical. Las barreras entre lo secular y lo cristiano empiezan a desdibujarse, y cada vez son más los jóvenes que descubren en estas canciones no solo una buena melodía, sino un mensaje de fe, redención y propósito eterno.
Pueblo no alcanzado en África recibe el Evangelio y planta iglesias en Madagascar
Una misión liderada por los misioneros brasileños Fernando y Janaine Basso está provocando una transformación espiritual sin precedentes en el sur de Madagascar, especialmente entre el pueblo Bara, uno de los grupos étnicos no alcanzados por el cristianismo en África.
Gracias a la labor conjunta con Missão Zero y Africa Inland Mission (MIAF), 243 personas han entregado su vida a Jesucristo en aldeas de la región de Betroka, donde la fe tradicional y el animismo siguen profundamente arraigados.
Evangelización entre pueblos seminómadas y no alfabetizados
El pueblo Bara, compuesto principalmente por criadores de ganado y agricultores seminómadas, mantiene una fuerte tradición oral, con un nivel muy bajo de alfabetización. Las creencias ancestrales, como la hechicería y el culto a los espíritus, aún son predominantes, lo que representa un gran desafío para la predicación del Evangelio.
Desde hace once años, los Basso trabajan en un enfoque misionero contextualizado, adaptando sus métodos al entorno cultural local. Dado que la Biblia aún no está completamente traducida al idioma bara, han optado por recursos visuales para comunicar el mensaje de Jesús.
Cine evangelístico y testimonios en lengua local
Uno de los principales recursos utilizados ha sido la película «Jesús», doblada al idioma bara, que relata la historia de redención desde el Génesis hasta la resurrección de Cristo. Desde 2017, se ha proyectado en 419 aldeas, alcanzando a más de 100.000 personas, muchas de las cuales jamás habían escuchado hablar de Jesús en su lengua materna.
Además, se han grabado testimonios en vídeo de los nuevos creyentes para fortalecer los encuentros evangelísticos y facilitar la identificación cultural con el mensaje de salvación.
Campañas al aire libre y crecimiento de la Iglesia local
En una reciente campaña evangelística en la aldea de Analamary, alrededor de 800 personas asistieron a la proyección de la película y a la predicación del Evangelio. En solo tres días, 84 personas tomaron la decisión de seguir a Cristo. A lo largo de los últimos meses, estas iniciativas han llevado a la conversión de 243 personas del pueblo Bara y a la plantación de tres nuevas iglesias en las comunidades de Akomanga, Andranomavaky y Abedabo.
Formación de líderes y evangelismo digital en Madagascar
El trabajo misionero no se detiene en la predicación. 35 líderes locales han sido capacitados en temas clave como testimonio personal, transformación por el Evangelio y uso de recursos visuales. El objetivo es establecer iglesias autóctonas, resilientes y espiritualmente maduras, capaces de crecer en medio de contextos adversos.
Al detectar que muchos jóvenes Bara acceden a internet y redes sociales, se lanzó el proyecto NOMAD Madagascar, una iniciativa digital que difunde videos evangelísticos y testimonios en Facebook. Estos contenidos están contextualizados para comunicar el mensaje del Evangelio en los códigos visuales y narrativos que los jóvenes consumen a diario, abordando temas como salvación, arrepentimiento y vida nueva en Cristo.
Evangelización en África: una cosecha en tierras remotas
Lo que está ocurriendo en el sur de Madagascar es un poderoso testimonio del avance del Reino de Dios entre los pueblos no alcanzados. A través del cine, el discipulado y la contextualización cultural, el Evangelio de Jesucristo está echando raíces entre los Bara, dando lugar al nacimiento de nuevas iglesias, al desarrollo de líderes nativos y a una fe dinámica que trasciende barreras idiomáticas y espirituales.
La Palabra de Dios, predicada, filmada y vivida, está transformando realidades donde antes solo había oscuridad espiritual.