Nigeria encabeza la lista de los países más peligrosos para cristianos en 2025
Nigeria fue clasificado como el país más mortífero para los cristianos en el reciente informe “Lista Roja 2025” publicado por la misión Global Christian Relief el pasado 7 de enero. Durante los últimos dos años, se estima que alrededor de 10.000 cristianos han sido asesinados en el país, principalmente debido a ataques de grupos terroristas como Boko Haram y afiliados del Estado Islámico.
África lidera los países más peligrosos para cristianos
Además de Nigeria, otras naciones africanas también figuran en los primeros puestos de la lista de países más hostiles para los cristianos:
República Democrática del Congo, Mozambique y Etiopía: constantes actos de violencia han puesto en peligro a las comunidades cristianas.
Rusia ocupa el quinto lugar en la lista global.
Violencia cristiana global: un panorama preocupante
India: encabeza los ataques contra propiedades e iglesias cristianas, en su mayoría ejecutados por grupos nacionalistas hindúes.
Azerbaiyán: provocó el mayor desplazamiento cristiano en 2023, debido a una acción militar que forzó una huida masiva desde Nagorno-Karabaj.
China: lideró las detenciones con más de 1.500 arrestos de cristianos reportados.
Resiliencia y fortaleza de la Iglesia
Brian Orme, director ejecutivo interino de Global Christian Relief, destacó la valentía de los creyentes perseguidos:
“Incluso en las circunstancias más oscuras, la Iglesia no sólo sobrevive, sino que se fortalece”.
Metodología del Informe
El informe se basó en datos recopilados de la Base de Datos de Incidentes Violentos, obtenidos a través de entrevistas y encuestas de campo. Ron Boyd-MacMillan, jefe de investigación de Global Christian Relief, subrayó la importancia de la unidad global en la defensa de las comunidades perseguidas y la lucha por la libertad religiosa.
La música tiene el poder de sembrar verdades eternas en los corazones de los más pequeños. Estos grupos musicales cristianos no solo entretienen, sino que también educan en la fe y ayudan a los niños a conocer y vivir en Cristo. A continuación, te presentamos tres opciones ideales para enriquecer la vida espiritual de los niños a través de canciones.
La música tiene el poder de sembrar verdades eternas en los corazones de los más pequeños. Estos grupos musicales cristianos no solo entretienen, sino que también educan en la fe y ayudan a los niños a conocer y vivir en Cristo. A continuación, te presentamos tres opciones ideales para enriquecer la vida espiritual de los niños a través de canciones.
Biper y Sus Amigos
Desde hace más de dos décadas, Biper y Sus Amigos ha sido un referente en la música infantil cristiana. Este ministerio, creado por el pastor David Passuelo en Argentina, busca transmitir valores bíblicos de manera didáctica y entretenida. Sus coloridos personajes y letras pegajosas han conquistado a generaciones de niños.
Canciones destacadas como «El Patito Juan» y «El Tren de la Salvación» no solo son divertidas, sino que también enseñan principios cristianos fundamentales como la obediencia, el arrepentimiento y la confianza en Dios. Su formato animado, acompañado de historias, logra captar la atención de los niños y reforzar el aprendizaje de las verdades bíblicas.
Pequeños Héroes
Este grupo es un proyecto musical que busca acercar a los niños al conocimiento de las Escrituras a través de canciones y animaciones dinámicas. Pequeños Héroes utiliza historias bíblicas para enseñar valores como la fe, la obediencia y la gratitud.
Canciones como «Jonás y la ballena» y «Dios de la creación» presentan relatos bíblicos de una manera sencilla y atractiva, animando a los niños a identificarse con los héroes de la fe. Su propuesta no solo entretiene, sino que también abre puertas al diálogo familiar sobre las verdades de la Palabra de Dios, convirtiendo cada canción en una herramienta para el discipulado.
In Christ Kids
Con una propuesta musical contemporánea, In Christ Kids se centra en la enseñanza de principios bíblicos a través de letras creativas y ritmos modernos. Este ministerio se ha ganado un lugar especial entre las familias cristianas, especialmente por su capacidad para conectar con los niños a nivel emocional y espiritual.
Canciones como «En la obediencia a Dios» y «El arca de Noé» buscan inculcar la importancia de confiar y obedecer a Dios en toda circunstancia. Además, sus producciones incluyen actividades y recursos para que padres e hijos puedan profundizar juntos en las enseñanzas bíblicas, haciendo de cada canción una experiencia de aprendizaje.
Estos tres grupos musicales cristianos son una gran oportunidad para que los más pequeños disfruten de la música mientras aprenden a vivir en la verdad de Cristo. A través de melodías pegajosas y letras edificantes, estas canciones pueden marcar la diferencia en la formación espiritual de las nuevas generaciones.
Para los amantes de los films basados en historias reales, en esta oportunidad les traemos: «Hasta el último hombre». Una película bélica con un mensaje cristiano digna de destacar entre las innumerables producciones de guerra.
Trailer «Hasta el último hombre»
Está dirigida por el actor y director Mel Gibson, quien, luego de diez años sin estrenos, lanzó al mercado cinematográfico esta joya. No es la primera vez que produce una película que deja un mensaje de fe: La pasión de Cristo (2004) fue otro de sus logros como director. Lo interesante del trabajo de Hasta el último hombre es que el creador demuestra la claridad con la que se presenta la historia. Para aquellos que no conocíamos sobre Desmond T. Doss, nos deja un recorte significativo de su testimonio.
El film presenta a Desmond, un soldado estadounidense que defendió a su país durante la Segunda Guerra Mundial sin portar armas y que, por su tarea, fue condecorado con una medalla de honor por el expresidente Harry Truman.
La película expone las dificultades que atraviesa este soldado que decide enlistarse en el ejército para servir a su país como médico de guerra. Desmond es un cristiano que desea fervientemente guardar los mandamientos de Dios: “No matarás”.
Por mantenerse firme a sus principios, sufre burlas y persecución por parte de los otros soldados y rechazo de sus superiores. Incluso es llevado a un juicio por negarse a tener un arma. A pesar de los obstáculos, Desmond consigue el permiso para ir a la guerra desprovisto de toda artillería y participa de la sangrienta batalla de Okinawa, en la que gracias a su servicio salva a setenta y cinco soldados heridos.
La vida de Desmond Doss es protagonizada por Andrew Garfield —actor de The Amazing Spider-Man—, quien fue nominado como mejor actor en los Premios Oscar. Cuando le preguntaron por qué motivo aceptó el papel protagónico, aseguró que lo hizo porque “le gustan las personas que siguen la voz de sus principios, la voz interior”. Además, afirmó que Doss es “una figura inspiradora, un guerrero noble, un héroe ordinario que no quiere ser un héroe”.
Andrew Garfield interpreta al soldado Desmond Doss
Luego de presentar la película en el Festival de Venecia, Mel Gibson habló en conferencia de prensa y dijo: “Lo que me fascinó de la historia es que se trata de un hombre común que hace cosas extraordinarias en circunstancias extremas. Un tipo que en medio del infierno sigue defendiendo sus ideas y que se mueve y se sostiene solo por su fe, eso me resultó inspirador”.
Mel Gibson dirigiendo «Hasta el Último Hombre»
Si el espectador tuviera que elegir una escena, es seguro que se quedaría con aquella en donde Desmond se encuentra en pleno campo de batalla. Las bombas explotan a su alrededor. Él ya salvó a algunos compatriotas, pero clama a Dios pidiendo que le ayude a salvar a uno más. Una escena inspiradora que demuestra que en el peor lugar del mundo, como es una guerra, se puede servir al Señor. Nos confronta a hacerlo, a entregarlo todo, aun cuando nuestra vida corra peligro. En palabras de Jesús: “… el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará” (Mateo 16:25).
La gracia de Dios es el concepto central que ilumina la salvación cristiana. Se define como un “don o favor que se hace sin merecimiento particular”, lo que subraya que no es algo que podamos ganar o conseguir por mérito propio. Es, de hecho, un regalo inmerecido. Este concepto se convierte en la base de nuestra relación con Dios: todo lo que recibimos, incluida nuestra salvación, es totalmente inmerecido. Este es un principio fundamental que debe formar parte de la comprensión cristiana de cómo Dios se relaciona con nosotros.
El término «por su gracia» no se limita solo a describir un favor divino, sino que hace referencia a una relación transformadora iniciada en el sacrificio de Jesucristo, quien, a través de su muerte y resurrección, nos abrió el camino para vivir en comunión con Dios. La gracia de Dios es un pacto vivo que se contrasta con el pacto de la ley dado al pueblo de Israel a través de Moisés, el cual se basaba en el cumplimiento de reglas y normas. La gracia, por el contrario, es un regalo divino que no depende de lo que hagamos, sino de la generosidad y el amor de Dios.
La Gracia: La Propia Naturaleza de Dios
Cuando pensamos en la gracia de Dios, debemos entender que no es simplemente un concepto abstracto, sino que es la propia naturaleza de Dios expresada de manera tangible a través de Jesucristo. El apóstol Juan, al describir la gloria de Jesús, afirmó que estaba “llena de gracia”, lo que significa que la gracia no es solo algo que Dios da, sino que es parte de quién Él es. Esta gracia explica todo: desde la creación del mundo, hasta la revelación del Evangelio y el propósito eterno que tiene Dios para la humanidad. Cuando nos preguntamos «¿Por qué?», la respuesta última siempre será “para la alabanza de la gloria de su gracia”. Todo lo que ocurre en el universo, desde la creación hasta nuestra salvación, se hace para exaltar Su gracia.
Este capítulo no solo pretende hablar de la gracia como un tema doctrinal, sino que busca inspirar un cambio en nuestra manera de ver la vida. Entender la gracia de Dios abre nuestros ojos espirituales y nos lleva a vivir una vida más fructífera y conectada con Su propósito eterno. La gracia de Dios no solo afecta nuestra salvación, sino que transforma completamente nuestra visión del mundo y de nuestro propósito en él.
El Poder de la Gracia: Un Nuevo Comienzo
La revelación de la gracia de Dios en nuestras vidas inicia una profunda transformación espiritual. La salvación es un regalo inmerecido, y la fe que Dios nos da para recibirla es también un don de Su gracia. La gracia nos recuerda que no hay mérito humano que podamos atribuir a nuestro acto de fe. De hecho, ni siquiera nuestra fe es algo que podamos tomar como propio. Es un regalo de Dios, que nos capacita para empezar a vivir espiritualmente, dejando atrás nuestra dependencia de las fuerzas humanas.
El impacto de la gracia de Dios va mucho más allá de la solución de nuestros pecados. A través de la gracia, somos introducidos a un universo espiritual más amplio, lleno de sabiduría y conocimiento divinos. El apóstol Pablo describe la gracia como una abundancia de sabiduría e inteligencia, mucho más que un simple acto de perdón. Esta sabiduría divina tiene el poder de cambiar nuestra perspectiva del mundo, dándonos una visión divina que no solo transforma nuestras vidas, sino que nos capacita para ver más allá de la sabiduría humana.
La Sabiduría Divina Contra la Sabiduría Humana
Pablo menciona cómo Dios eligió lo “necio” del mundo para avergonzar a los sabios. Este principio se extiende a nuestras vidas. La verdadera sabiduría no proviene de los conocimientos humanos, sino de la sabiduría divina que nos guía incluso en los aspectos más cotidianos de nuestra existencia. A medida que buscamos el consejo de Dios en nuestras decisiones, descubrimos que Su sabiduría siempre tiene una respuesta, incluso en situaciones aparentemente seculares.
Aunque la sabiduría humana puede llevarnos a grandes logros en la vida, es incapaz de resolver los problemas fundamentales de la humanidad, como el egoísmo, el pecado y la maldad. Solo la sabiduría divina puede brindar una solución real y transformadora. La verdadera madurez espiritual llega cuando comprendemos que la sabiduría de Dios es la única capaz de transformarnos de manera duradera.
Un Asunto Generacional: La Ceguera de los Méritos
Uno de los mayores problemas de nuestra sociedad es vivir bajo una mentalidad de «méritos personales». Desde pequeños, nos enseñan a esforzarnos por obtener recompensas, pero la vida espiritual no funciona de esta manera. El Evangelio nos invita a reconocer que todo lo que recibimos de Dios es por Su gracia. No es necesario hacer algo para merecerlo, pues todo lo que Dios nos da es un regalo de Su gracia.
El verdadero desafío radica en no caer en la trampa de pensar que debemos hacer algo para ser bendecidos por Dios. Esta mentalidad de “hacer algo para recibir algo” incluso se infiltra en nuestra vida espiritual. Pero la verdadera libertad llega cuando entendemos que todo lo que recibimos de Dios es un regalo, y que nuestra generosidad y nuestras acciones espirituales deben estar motivadas por la gracia de Dios, no por expectativas humanas.
El Camino hacia la Plenitud: Ver a Través de la Gracia
Este entendimiento de la gracia es fundamental para desbloquear una vida llena de propósito y abundancia en Dios. A menudo nuestras decisiones y acciones se ven influenciadas por la idea de que debemos hacer algo para merecer lo que recibimos. Pero la verdad es que todo lo que recibimos de Dios, incluyendo nuestras bendiciones, milagros y todo lo que Él hace por nosotros, es un acto de Su gracia.
Una forma poderosa de testificar sobre la gracia de Dios en nuestras vidas es decir: “Dios hizo esto, y lo hizo por su gracia”. Esta afirmación no solo honra a Dios, sino que también abre nuestros ojos a la realidad de Su poder transformador y amoroso. Si nuestros ojos se abren a la gracia de Dios, experimentaremos una vida transformada y llena de la abundante manifestación de Su poder.
La gracia de Dios debe ser el fundamento de nuestra vida diaria. No solo en tiempos de dificultad, sino en cada aspecto de nuestra vida. Cuando confiamos en la gracia y la reconocemos en cada momento, nuestra visión de la vida se amplía, permitiéndonos vivir plenamente en la libertad y el propósito que Dios ha preparado para nosotros. Vivir en la gracia es permitir que nuestro corazón refleje la naturaleza misma de Dios, llevando a cabo las obras que Él ha preparado para nosotros para Su gloria.
La Iglesia no fue diseñada para ser un lugar estático, encerrado entre cuatro paredes, sino un movimiento dinámico enviado al mundo. Desde su inicio, el llamado de la Iglesia ha sido claro: ser la luz del mundo y llevar el mensaje de Cristo hasta lo último de la tierra. Una iglesia relevante no se mide por la cantidad de personas que asisten a sus reuniones, sino por cuántas vidas se transforman y cuántos discípulos son enviados a cumplir la misión.
La Iglesia no fue diseñada para ser un lugar estático, encerrado entre cuatro paredes, sino un movimiento dinámico enviado al mundo. Desde su inicio, el llamado de la Iglesia ha sido claro: ser la luz del mundo y llevar el mensaje de Cristo hasta lo último de la tierra. Una iglesia relevante no se mide por la cantidad de personas que asisten a sus reuniones, sino por cuántas vidas se transforman y cuántos discípulos son enviados a cumplir la misión.
El Mandato de Jesús: Ir y Hacer Discípulos
En Mateo 28:19-20, Jesús dejó un mandato fundamental: “Id, y haced discípulos a todas las naciones.” Este llamado no es opcional ni exclusivo para unos pocos, sino la razón de ser de la Iglesia. Una iglesia que solo se enfoca en reunir gente dentro de sus muros corre el riesgo de convertirse en un club social, olvidando que su propósito principal es equipar, discipular y enviar a sus miembros como embajadores del reino de Dios.
Relevancia en las Misiones
Una Iglesia relevante entiende que el éxito no se mide en números de asistentes, sino en el impacto que genera más allá de sus instalaciones. Las verdaderas estadísticas de una iglesia relevante son los misioneros que salen a llevar el evangelio, los líderes formados para predicar en lugares desafiantes, y las comunidades que experimentan la transformación a través del amor de Cristo.
La relevancia no está en los programas sofisticados ni en los edificios imponentes, sino en el compromiso con la Gran Comisión. Se trata de una iglesia que se mueve, que escucha el clamor de los perdidos y responde con acción, llevando no solo palabras, sino también ayuda práctica, restauración y esperanza.
Discipular para Enviar
El modelo de Jesús fue claro: formar discípulos que, a su vez, pudieran ir y hacer discípulos. Una iglesia que discipula no retiene a las personas, sino que las prepara para cumplir el propósito de Dios en sus vidas. Cada creyente es un potencial misionero, ya sea en su propia comunidad o en los lugares más remotos del mundo.
El discipulado efectivo es la clave para una iglesia misionera. No se trata de acumular multitudes, sino de formar seguidores de Cristo que estén dispuestos a sacrificarlo todo por el evangelio. Como dijo Charles Spurgeon: “Cada cristiano o es un misionero o es un impostor.”
El Llamado a Salir
La iglesia no debe conformarse con esperar a que las personas vengan a ella. En cambio, debe salir al encuentro de las necesidades del mundo. Jesús nos mostró esto al caminar entre los necesitados, comer con los marginados y sanar a los quebrantados. Una iglesia relevante sigue este ejemplo, saliendo al mundo para ser las manos y los pies de Cristo.
Salir de las cuatro paredes no es solo una acción física; es una actitud del corazón. Es una iglesia que rompe barreras culturales, sociales y económicas para llevar el mensaje transformador del evangelio. Es una iglesia que entiende que el evangelio es para todos, sin importar su idioma, cultura o condición.
La Relevancia de la Obediencia
Una iglesia verdaderamente relevante no busca popularidad, sino obediencia. La relevancia se encuentra en responder al llamado de Dios, aunque eso signifique enfrentar desafíos, incomodidades y sacrificios. Ser una iglesia relevante es ser una iglesia que obedece, que confía y que se lanza al campo misionero, sabiendo que la cosecha es abundante, pero los obreros son pocos (Lucas 10:2).
Las series han transformado la forma en que consumimos entretenimiento, y pocas han tenido un impacto tan profundo como The Chosen (Los Elegidos), una producción que narra la vida de Jesús de Nazaret. Desde su estreno, esta serie ha cautivado a millones de espectadores y se ha posicionado como una de las ficciones más vistas del momento.
Nuevas temporadas: Fechas de estreno y temáticas 📅
La emoción crece con la llegada de las próximas temporadas. Según Dallas Jenkins, creador y director de la serie, las temporadas cinco, seis y siete se estrenarán durante la Semana Santa de 2025, 2026 y 2027, respectivamente.
«La atención de todos está centrada en las historias [de Jesús], por lo que podrán ver los episodios en los cines», comentó Jenkins.
Estas temporadas cubrirán los momentos más icónicos de la vida de Jesús:
Quinta temporada: Semana Santa.
Sexta temporada: La crucifixión.
Séptima temporada: La resurrección.
Además, incluirán episodios dobles para profundizar en los eventos de la crucifixión y la resurrección.
La quinta temporada: Un viaje hacia la cruz
La quinta temporada, que llegará en pocos meses, promete ser la más extensa y emocional hasta la fecha. Según Jenkins, esta temporada será:
«Triste a veces, desgarradora, porque nos acercamos a la cruz. Veremos momentos icónicos de las Escrituras y comprenderemos mejor a Jesús a través de su sufrimiento».
Esta entrega abarcará la Semana Santa, un evento central en la historia de la humanidad, y mostrará cómo los discípulos enfrentaron la confusión y los desafíos mientras Jesús se preparaba para su sacrificio.
El guionista Ryan Swanson afirmó:
«Después de los presagios de la cuarta temporada, la quinta enciende la mecha. Capturaremos la gravedad de los eventos sin sacrificar la profundidad bíblica que los fans esperan».
El sufrimiento es una experiencia humana que todos compartimos, en distintas formas y grados. Lo que nos une en este caminar es que, cuando el dolor llega, muchos nos encontramos con una pregunta difícil: ¿Dónde está Dios cuando más lo necesito? Esta pregunta no es nueva; es la misma que Marta y María se hicieron cuando su hermano Lázaro enfermó y murió. En ese momento, ellas sentían que Dios no estaba allí, que había tardado demasiado.
El sufrimiento es una experiencia humana que todos compartimos, en distintas formas y grados. Lo que nos une en este caminar es que, cuando el dolor llega, muchos nos encontramos con una pregunta difícil: ¿Dónde está Dios cuando más lo necesito?Esta pregunta no es nueva; es la misma que Marta y María se hicieron cuando su hermano Lázaro enfermó y murió. En ese momento, ellas sentían que Dios no estaba allí, que había tardado demasiado.
Al leer la historia de Marta y María en el Evangelio de Juan, me encuentro con un desafío profundo sobre cómo percibimos la intervención de Dios en nuestras vidas. Ellas enviaron un mensaje a Jesús, confiando en que Él vendría rápidamente para sanar a Lázaro, como tantas otras veces lo había hecho. Pero Jesús no llegó cuando ellas esperaban. ¿Cómo interpretamos esa demora? ¿Acaso significa que Jesús no se importa?
Yo mismo he sentido esa frustración. He orado con todo mi corazón, esperando que las respuestas llegaran de inmediato, solo para enfrentar el silencio y la espera. Pero lo que he aprendido en mi caminar con Cristo es que el retraso de Jesús nunca es un acto de indiferencia. Al contrario, lo que sucede cuando Jesús no llega en el momento que esperamos es que Él tiene un propósito más grande en mente. Como Jesús les dijo a sus discípulos en ese momento: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella” (Juan 11:4).
Es en ese espacio entre la expectativa y la realidad, en ese espacio donde parece que Dios no responde, donde Dios se revela de formas que no podríamos haber imaginado. En el caso de Lázaro, la demora no fue un error, sino una oportunidad para que el poder de Dios se manifestara de manera gloriosa. La resurrección de Lázaro no fue solo un milagro; fue una muestra poderosa de que Jesús tiene poder sobre la vida y la muerte. Ese milagro no solo tocó a Marta, a María y a los que estaban allí, sino que glorificó a Dios de una manera tan profunda que cambió todo.
Pero no solo quiero quedarme con el milagro. Quiero hablar de algo que me toca profundamente: la humanidad de Jesús en medio del sufrimiento. Cuando Jesús llega a Betania, no solo resucita a Lázaro, sino que también llora con Marta y María. “Jesús lloró” (Juan 11:35). Esas dos palabras revelan algo crucial sobre el corazón de Dios.
«No estamos solos en nuestro dolor. Jesús no se quedó distante, mirando desde lejos; Él lloró con ellas».
¿Quién como Él, que siendo Dios, se acerca tanto al sufrimiento humano? En ese momento, Jesús no solo estaba haciendo un milagro; estaba mostrando su profundo amor, su cercanía y su compasión por aquellos que sufren.
En mis momentos de dolor, he encontrado consuelo en este hecho: Jesús no solo actúa en los milagros, Él camina con nosotros en medio del dolor. Él no se aleja cuando más lo necesitamos. En Su llanto con las hermanas, Él nos muestra que, aunque no comprendamos todo lo que está sucediendo, Él está con nosotros en cada paso. Si te sientes solo, te aseguro que no lo estás. Jesús está allí, en medio de tu sufrimiento, compartiendo tu carga.
Otra lección importante que esta historia me deja es la soberanía de Dios. No siempre entendemos por qué las cosas suceden de la manera en que suceden, pero sabemos que Dios tiene control absoluto sobre todo. Aunque no siempre podamos ver el cuadro completo, podemos confiar en que Él está trabajando en algo más grande que lo que podemos percibir. A veces, nuestra visión limitada nos impide comprender el propósito divino, pero eso no significa que Dios esté ausente. Como he aprendido en mi vida:
“Cuando Dios tarda, lo hace porque está haciendo algo más grande que lo que nuestra mente puede imaginar”.
Así que, ¿qué hacemos en medio del sufrimiento? ¿Cómo respondemos cuando parece que Jesús no llega? La respuesta es confiar. Confiar en que, aunque no comprendamos todos los detalles, sabemos que Él tiene un plan perfecto para nuestras vidas. En esos momentos de espera, Dios nos está enseñando a depender completamente de Él, a fortalecer nuestra fe y a recordar que Su tiempo es perfecto.
Por eso, en medio del dolor y la espera, quiero recordarte lo siguiente: Jesús nunca llega tarde. Aunque en nuestras mentes humanas buscamos respuestas rápidas, la intervención de Jesús siempre ocurre en el momento perfecto, cuando Su propósito se va a cumplir de la manera más gloriosa. Él nunca está ausente. Cuando parece que está tardando, en realidad está trabajando en algo más grande.
Quiero invitarte a que, en medio de tu sufrimiento, no pierdas la esperanza. Jesús está contigo. Él no solo llega con la respuesta que esperas, sino que está caminando contigo, llorando contigo, y obrando en lo más profundo de tu ser. No estás solo. Él está presente, en el sufrimiento y en el milagro, en la espera y en la respuesta. Su amor por ti no conoce límites, y en Su tiempo perfecto, todo se alineará para Su gloria y para tu bien.
La esperada secuela de I Can Only Imagine llegará en 2025
Una secuela de la exitosa película de 2018 I Can Only Imagine está oficialmente en camino. Kingdom Story Company y Lionsgate anunciaron recientemente que la producción de I Can Only Imagine 2 comenzará durante la primavera de 2025. Esta nueva entrega será dirigida por Brent McCorkle y Andrew Erwin, basada en un guion escrito por McCorkle.
La trama de la primera película profundizó en la difícil infancia de Millard, su relación tensa y abusiva con su padre, y cómo una eventual reconciliación lo inspiró a escribir esta emblemática canción cristiana.
Para esta secuela, muchos de los actores originales regresarán: John Michael Finley retomará su papel como Bart Millard, mientras que Dennis Quaid volverá a interpretar al padre de Bart. Además, Trace Adkins repetirá su rol como Scott Brickell, el manager de MercyMe. Como novedad, el reconocido actor Milo Ventimiglia se unirá al elenco en el papel del cantante y compositor Tim Timmons.
Kingdom Story Company, conocida por éxitos como Jesus Revolution, Unsung Hero y The Best Christmas Pageant Ever, apuesta una vez más por el poder de las historias reales. Según Kevin Downes, productor y ejecutivo de la compañía:
«I Can Only Imagine capturó los corazones del público cuando se estrenó y sigue brindando esperanza y aliento a millones de personas en todo el mundo. Estamos emocionados de regresar a este universo y explorar el increíble viaje de Bart Millard en nuestra primera secuela como compañía.»
Downes destacó que esta secuela será «una versión emocionalmente rica, inspiradora e inesperada» que promete conquistar tanto a los fans de la película original como a nuevos espectadores.
Brent McCorkle, quien ya codirigió Jesus Revolution, y Andrew Erwin, productor de Unsung Hero y Ordinary Angels, liderarán este ambicioso proyecto. Erwin afirmó:
“La Biblia dice que vencieron al enemigo por la sangre del Cordero y el poder de su testimonio (Apocalipsis 12:11). Hay algo muy poderoso en compartir tu historia personal, y eso es lo que buscamos hacer cada día: contar historias que importan.”
Con I Can Only Imagine 2, el cine cristiano da otro gran paso para llevar mensajes de fe, esperanza y redención a las audiencias de todo el mundo.
En este artículo, hemos seleccionado cinco libros que te acompañarán durante tus vacaciones. Cada uno de ellos está diseñado para desafiarte, animarte y ayudarte a fortalecer tu relación con Dios. Desde relatos que conmueven el corazón, hasta herramientas prácticas para aplicar principios bíblicos en tu día a día. Estas recomendaciones son una invitación a encontrar en la lectura un espacio de conexión y renovación.
El verano es una oportunidad perfecta para desconectarte del ritmo acelerado y recargar energías. Entre días soleados, tiempo en familia y momentos de descanso, nada mejor que un buen libro para inspirarte y reflexionar. La lectura no solo nos entretiene, sino que también nos permite crecer espiritualmente, profundizar en nuestra fe y descubrir nuevas perspectivas desde una cosmovisión cristiana.
En este artículo, hemos seleccionado cinco libros que te acompañarán durante tus vacaciones. Cada uno de ellos está diseñado para desafiarte, animarte y ayudarte a fortalecer tu relación con Dios. Desde relatos que conmueven el corazón, hasta herramientas prácticas para aplicar principios bíblicos en tu día a día. Estas recomendaciones son una invitación a encontrar en la lectura un espacio de conexión y renovación.
Así que busca tu rincón favorito y prepárate para dejarte transformar por historias y enseñanzas que pueden marcar tu vida. Estas vacaciones, regálate el tiempo para leer y crecer, recordando que Dios puede hablarnos incluso a través de las páginas de un libro. ¡No te pierdas estas recomendaciones que hemos preparado especialmente para ti!
1- El impostor que vive en mí de Brennan Manning
Pocos son los autores que a pesar de su indiscutible talento con las palabras, tiene la habilidad y el poder de trascender las dimensiones discursivas.
Aquellos cuyos escritos no pueden contenerse en papel y desbordan, por donde se lo mire, algo más allá de ellos. Una esencia que lucha por ser tangible, encarnarse y entretejerse en las fibras más sensibles y profundas del corazón. Brennan Manning logra esto. Aunque no podamos atribuirle originalidad alguna: hablamos de un mero testigo, una carta leída. El punto de vista del pródigo una vez que regresa a casa. La nostalgia de un hogar al que creímos jamás volver, y hemos encontrado una silla reservada para nosotros.
Resulta relativamente sencillo sentirnos amados por Dios cuando hemos dado lo mejor de nosotros: puntualidad, buen comportamiento, limosnas y excelencia. Pero, ¿qué sucede cuando pecamos y fracasamos? Desde la etapa más temprana de nuestra niñez, entendemos el peligro de mostrarnos tal cual somos y la difícil tarea de agradarle a los que tenemos cerca. Es ahí donde nace el impostor. Un concepto acuñado por el autor que utiliza para describir aquella naturaleza caída del hombre que cree y esconde su desnudez de Dios y todos los demás, e incluso de sí mismo.
Tanto creyentes como incrédulos se han preguntado, al menos alguna vez en sus vidas, la razón por la cual estamos aquí. Las dudas existenciales no son simplemente un clima de época o corrientes de pensamiento. Fuimos hechos, de alguna forma, con una pieza faltante. Lo cierto es que, por más que intentemos ocupar ese espacio con lo que consideremos valioso en este mundo, ese hueco tiene el tamaño de la Trinidad. Ninguna otra cosa podrá llenar ese vacío. Aun así, somos insistentes en perder el tiempo intentándolo.
La historia del origen de este libro ocurre de forma sobrenatural. ¿Quién esperaría que un día alguien golpeara la puerta de su oficina diciendo que tiene un envío de parte de Dios? David relata esta anécdota que lo llevó a un viaje sin retorno hacia las profundidades. Ese día, un desconocido llegó hasta él, trayendo una colección completa de los libros de Austin Sparks. Sus únicas palabras fueron señalando al verdadero remitente: Dios había instado a aquel desconocido a hacerlo.
Ese fue el comienzo de un cambio lleno de evidencias, todas apuntando a la resolución de un enigma que desde el inicio de los tiempos ha ocupado un lugar en el corazón del hombre: “¿Para qué y por qué vivimos?”.
3- La valentia de ser vulnerables de María Jose Hooft
Hay algo recurrente que aparece en los discursos contemporáneos de las redes sociales, las conferencias de prensa y cualquier tarima que permita hablar a personas con influencia: “está bien no estar bien”. La salud mental, como nunca antes, es un tema instalado en la agenda. A veces, de una forma repetitiva y superficial. Sin embargo, no debemos permitir que la tendencia secular convierta un tema de vital importancia para la Iglesia en una moda más.
Maria José Hooft no desperdicia la oportunidad. Parte de estos mensajes y decide cavar más profundo, hacia lo recóndito, un terreno inaccesible para los medios, pero el único lugar donde podemos escuchar verdaderamente a Dios. Esto, a la mayoría, nos incomoda. Desde el inicio de los tiempos, en aquel jardín, hemos aprendido a correr cuando nos vemos desnudos. La vergüenza está en nuestro ADN. A lo largo de cada capítulo, la autora expone los argumentos más comunes que tiene el ser humano para endurecer su corazón, y luego los derriba uno por uno con la verdad de la Palabra.
El sentido común convierte las palabras “debilidad” y “vulnerabilidad” en sinónimos. Sin embargo, no significan lo mismo. Los primeros capítulos están dedicados a desarraigar estos preconceptos erróneos, que nos llevan a pensar de una forma antibíblica y destructiva, ¿Cómo podría ser la vulnerabilidad algo malo, habiendo existido Jesús? El Dios hecho hombre, quien fue humillado, desnudado y colgado en un madero sangrando a la vista de todos. Alen Sampedro, autor del prólogo, describe esta imagen como la señal más potente del carácter vulnerable de Dios.
Podríamos comenzar con la siguiente imagen: un apagón repentino a mitad de la noche. La penumbra es total. No hay restos de sol que puedan colarse por la ventana. La cena recién preparada sobre la mesa desaparece, y simplemente quedan indicios de su existencia a través del aroma y el calor.
La casa que conocemos se vuelve hostil. Cada esquina, borde, mueble y objeto se convierte en un enemigo secreto que se interpone en el camino y sirve de tropiezo. ¿Cómo es posible quedar completamente indefensos ante la ausencia de luz? Esta es la pregunta que Abel Ballistreri se hace, e intenta responder a través de su libro. Una revelación fresca, reiterativa y vitalmente necesaria. Superadora y confrontativa. Con los ojos del espíritu pone en palabras aquello que es difícil de decir, pero es logrado sencillamente.
A partir del hecho natural, en ocasiones, es posible encontrar verdades sobrenaturales ocultas. Pero esto no siempre es así. El autor nos introduce con premisas que parten del sentido común científico: el ojo humano tiene la capacidad de transformar la luz en información que el cerebro procesa. A esta verdad inicial, Abel Ballistreri superpone citas bíblicas que nos permiten alcanzar una visión todavía más profunda, y por lo tanto, relevante. Una función para el ojo, el cual ya no solo recibe luz, sino que también es capaz de producirla. O -en caso contrario- también logrará generar oscuridad según el origen de la información que reciba.
Si elegimos hablar de la historia de la Iglesia contemporánea desde los últimos cincuenta años hasta nuestros días, sería ineludible un encuentro con Tozer.
Mayormente conocido solo por sus iniciales, Aiden Wilson Tozer es considerado aún como uno de los más importantes referentes dentro del cristianismo actual. Una etiqueta que sin duda repudia por completo; mostrando su total rechazo a cualquier tipo de reflector que apuntara hacia su persona, y no hacia la mera persona de Dios.
Su particular forma de predicación teñía cada una de sus apariciones públicas, y asimismo sus escritos. No había incongruencias entre el Tozer que daba conferencias y recibía gallardos académicos, ni tampoco el Tozer para detrás de un modesto púlpito enseñando en una pequeña iglesia local. “Intenso – La vida crucificada: El camino hacia una experiencia profunda” recopila una variedad de mensajes emitidos a lo largo de su último tramo. Una compilación llevada a cabo por el reverendo James L Snyder, figura que participó en más de una ocasión dentro de las obras póstumas de Tozer.
La Fraternidad de Atletas Cristianos (FCA, por sus siglas en inglés de Fellowship of Christian Athletes) desafía a entrenadores y atletas de todo el mundo a aprovechar el poder del deporte como una plataforma para compartir el Evangelio de Jesucristo. Este ministerio no solo impulsa la difusión del mensaje de salvación, sino que también dedica esfuerzos significativos a distribuir Biblias, sembrando la semilla de la fe en corazones dispuestos.
La Fraternidad de Atletas Cristianos (FCA, por sus siglas en inglés de Fellowship of Christian Athletes) desafía a entrenadores y atletas de todo el mundo a aprovechar el poder del deporte como una plataforma para compartir el Evangelio de Jesucristo. Este ministerio no solo impulsa la difusión del mensaje de salvación, sino que también dedica esfuerzos significativos a distribuir Biblias, sembrando la semilla de la fe en corazones dispuestos.
En 2023, la FCA organizó un total de 1.042 campamentos en todo el mundo, reuniendo a más de 110.000 participantes. Estos campamentos ofrecen un espacio único donde entrenadores y atletas no solo mejoran en su deporte, sino también fortalecen su espíritu y su fe. Como parte esencial de su misión, la FCA entrega una Biblia a cada asistente, afirmando su compromiso de nutrir una relación personal con Jesucristo.
Un ministerio centrado en la Palabra de Dios
Este año, FCA distribuyó 219.444 Biblias, guiando a miles de personas a profundizar su relación con Cristo. En los últimos 15 años, ha logrado entregar cerca de tres millones de Biblias a atletas, entrenadores y profesionales del deporte en todo el mundo. Este impacto masivo posiciona a la FCA como uno de los ministerios más comprometidos con la distribución de las Escrituras, imprimiendo anualmente alrededor de 200.000 copias.
“Estamos comprometidos con la Palabra de Dios y la verdad bíblica, y seguimos asombrados por lo que Él está haciendo para poner Su Palabra en manos de entrenadores y atletas en todo el mundo”, expresó Shane Williamson, presidente y CEO de FCA. “Por esto hacemos lo que hacemos, y oramos para que la presencia de Dios transforme vidas en todos nuestros campamentos a nivel global este año”.
Celebrando decisiones de fe
Durante 2024, la FCA celebró 53.158 decisiones de fe en todo el mundo, de las cuales 43.065 ocurrieron en los Estados Unidos y 10.093 en otros países. Estos resultados se lograron a través de sus campamentos, reuniones, eventos y las iniciativas Fields of Faith (Campamentos de Fe).
Estas cifras no solo destacan un crecimiento en números, sino un hambre espiritual evidente entre entrenadores y atletas. La FCA, al responder a este llamado, no busca simplemente que corran hacia una meta deportiva, sino que corran hacia Jesús, el autor y consumador de su fe.
“Nuestro propósito no es simplemente correr, sino correr hacia Jesús y glorificarlo”, concluyó Williamson.