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Cristo y la cultura

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¿Cómo deben los cristianos comprometerse y relacionarse con la cultura circundante? ¿Es posible vivir en el mundo pero no ser del mundo? Estos interrogantes han desafiado a la Iglesia en toda su existencia. Consideremos a las Escrituras como única fuente autorizada para entender una concepción más fiel de la Iglesia y la cultura, así como de la relación entre ambas. 

La famosa oración de Jesús por el Cuerpo de Cristo en el evangelio de Juan capítulo diecisiete es la declaración más exacta de cómo debe ser la relación entre los creyentes y la cultura. El Señor nos ha llamado a la santidad y a no tomar la forma de este mundo —“conformarnos con el mundo”—, pero sí nos quiere dentro del mundo. Probablemente, Él reconoció que el problema real con la mundanalidad no era algo «que estuviera afuera, en el mundo», sino, más bien, algo muy dentro de nosotros mismos: nuestra propia incredulidad, orgullo e ingratitud hacia Dios.

Entonces, ¿qué significa estar en el mundo pero no ser de este mundo? Significa que nuestra identidad, pensamientos, prioridades, sentimientos y valores no deben ser controlados por el mundo.

En cambio, sí deben ser continuamente santificados por la Verdad: la Palabra viva de Dios. Y como personas santificadas, Jesús nos envía al mundo, de la misma manera que su Padre lo envió. El apóstol Pedro les recordó a los primeros creyentes del siglo algo muy importante en este sentido. Él dijo: “Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo» (1 Pedro 1:18-19). El término «vida» aquí corresponde a anastrophe en griego, y es muy parecido a la palabra «cultura». Todos hemos sido redimidos de una forma de vida sin Dios hacia una nueva forma de vida. Esto quiere decir que ser cristiano es, en sí mismo, la experiencia intercultural final. Somos redimidos de una cultura sin Dios para una cultura creyente, desde el momento en que comenzamos a escuchar la Palabra redentora del Evangelio. 

Es esta Palabra redentora que sigue, a pesar de su antigüedad, vigente, y es una fuerza clave que contribuye con las necesidades profundas de la mente y el corazón humanos. Además, esta Palabra es crítica de la cultura, denuncia los pecados. Muchas de las ideas que circulan en los espacios educativos o en las redes sociales son repugnantes para la Palabra de Dios. Pero no queda solo en la denuncia, sino que ofrece sanar definitivamente los corazones ansiosos y las mentes torturadas que produce tal cultura.

Si observamos la historia de la Iglesia, vemos como principal característica una marcada y constante división entre lo secular y lo sagrado, pero al tomar como modelo lo que es, en esencia, ser cristiano —el Sermón del Monte—, esta división desaparece. Este precioso manifiesto que Jesús proclama describe lo que Él deseaba que cada seguidor suyo fuera e hiciera. Nos muestra, entre bienaventuranzas y cualidades, el llamado de Dios a un pueblo para sí mismo, que lo represente fielmente, cuya vocación sea coherente con su identidad: hijo de Dios. Es en esa identidad donde la división se acaba: ya no hay clero ni laicado, únicamente hijos de Dios. Para muchos críticos, el Sermón del Monte es impracticable y, en cierto sentido, esto es así, pero, ¿en cuál sentido? Porque es posible practicarlo solamente si se ha nacido de nuevo; quienes experimenten ese nuevo nacimiento a través de la obra del Espíritu Santo en sus corazones están listos para realizarlo. No se trata de normas o prohibiciones externas, sino de vivir en una justicia interna, la del corazón, donde reside el problema del ser humano. Cada cristiano debe difundir esa luz, y para hacerlo, es necesario que esté en el mundo, y no huyendo de este. Si así fuera, tendríamos como resultado una transformación del orden social, pero no a través de una acción directa de la comunidad cristiana sobre las estructuras sociales, sino por la manifestación de un nuevo hombre con otro espíritu, los hijos del Reino de Dios.

La obra de redención de Cristo, salvar a los hombres para introducirlos al Reino, comprende también la restauración de todo el orden temporal. Por tanto, la misión de la Iglesia no se limita a anunciar el mensaje de Cristo y su gracia a los hombres, sino también impregnar y perfeccionar todo el orden temporal con los principios del Reino. La misión histórica y primaria del ser de la Iglesia es prolongar la misión de Cristo y  hacerla visible en la historia de los hombres, y eso es obra de cada creyente, porque su Iglesia está constituida por cada hombre, mujer, joven, adolescente o niño que sea portador de la vida de Cristo; creyente, cristiano o seguidor de Cristo, como mejor se prefiera llamarlo. La manera más práctica de perpetuar la misión de Cristo es manifestarlo en todo momento, y no solo dentro de las paredes de un templo o detrás de un púlpito. El Espíritu nos convoca y nos invita a ser protagonistas de tal “supremo llamamiento”. No lo hagamos esperar, demos el presente. Es urgente y vital, cada minuto es valioso.

Hogar dulce hogar, una historia de amor verdadero

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Una pelicula cristiana romantica para ver en familia

Victoria quiere conocer a Jason y para ganar su confianza buscará meterse en su universo y hacerse pasar por voluntaria en una obra de la iglesia. 

Jason Holman es el nuevo pastor joven de la ciudad y coordinador de Home Base, una organización que se dedica a construir casas para quienes no tienen cómo pagar una vivienda.

Victoria Tremont conoce a Jason a través de una amiga y compañera de trabajo que se congrega en la iglesia SunCity Church, queda enamorada a primera vista, y esto la motiva a participar del voluntariado de Home Base.

Sin saber de qué se trata, Victoria se embarca en la aventura de conquistar al pastor, pero pronto se da cuenta de que no le resultará tan fácil como ella cree ya que no es como un chico cualquiera al que puede conquistar con sus encantos, sus ojos claros y su pelo rubio.

Vemos cómo la protagonista intenta parecerse a una chica “cristiana” y busca agradar teniendo un comportamiento totalmente falso, pero cuando encuentra una Biblia que su abuela le regaló comienza a interesarse en la Palabra de Dios, por lo que empieza a leer e investigar más sobre algunos versículos que llaman su atención. 

Fotograma de la película Hogar dulce hogar

También continúa en el voluntariado de Home Base, pero debido a que deben terminar la casa cuanto antes, decide sorprender al pastor trayendo más voluntarios para acelerar el trabajo; esto los acerca de una manera genuina y real. 

Las prioridades de Victoria cambiaron, pasó de pensar en zapatos, labiales y carteras a interesarse más en la Biblia, a ayudar a otros y sobre todo a agradarle más a  Dios.

Home Sweet Home nos deja la enseñanza de ser siempre reales y verdaderos, no fingir algo que no somos para conseguir un beneficio. La honestidad siempre será premiada y sin duda nos llevará a mejores lugares.

Te vas a emocionar y reír con esta comedia romántica, ideal para mirar con amigas y en familia. La película está escrita y dirigida por Juan Mas y podés verla en la plataforma Amazon Prime Video o gratis en YouTube.

Fe en un mundo incierto por Lucas Magnin

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Conoce la historia de Lorenzo Valla

Los tiempos de gran incertidumbre pueden ser la excusa para entregarse al miedo o la motivación para conquistar mejores certezas. Esta es la tesis número 2 de mi libro: «95 tesis para la nueva generación«.

El humanista italiano Lorenzo Valla desenmascaró en 1440 uno de los fraudes más famosos de la historia. El documento conocido como Donación de Constantino afirmaba que, al mudar la capital imperial a Constantinopla en el año 330, el emperador Constantino había dejado a cargo del papa no solo la ciudad de Roma, sino también el resto del Imperio romano de Occidente. Ese era el fundamento de las atribuciones territoriales que el papado tenía sobre Italia y buena parte de Europa.

Lorenzo Valla

El Derecho Canónico puntualizaba lo siguiente: El emperador Constantino donó al obispo de Roma la corona imperial y toda la magnificencia imperial en Roma y en Italia y en todas las tierras que, en Occidente, pertenecen al emperador. Deben tener los obispos sucesores del Príncipe de los Apóstoles, mayor autoridad y poder en la tierra que la que posee nuestra majestad imperial.

La autoridad del papa —no solo espiritual, sino también política— sobre el emperador quedaba así legalmente establecida. Al analizar las palabras y giros lingüísticos de la Donación de Constantino, Valla concluyó que el documento no podía haber sido escrito en el siglo IV. La hipótesis más creíble situaba su redacción en el siglo VIII, como parte de una disputa contra los herederos de Carlomagno por unos territorios italianos.

La obra de Valla no tuvo grandes consecuencias en el momento de su publicación. No fue más que un rumor que circulaba en ambientes académicos. De hecho, durante un siglo más, la Donación siguió siendo considerada como verdadera por los juristas.

Sartre escribió que, cuando cae la noche y la seguridad se vuelve penumbra, hay que tener muy buena vista para poder distinguir al buen Dios del diablo. En la bruma posmoderna en la que andamos, cuesta muchísimo gritar «¡Tierra a la vista!». Somos náufragos de identidad en unos tiempos líquidos. Las generaciones que nos precedieron podían hablar de “normal”, “verdad”, “perversión”, “familia”, “éxito”, “mujer” o “bueno” a partir de implícitos acuerdos de la tradición occidental. Hoy la incertidumbre es nuestro acuerdo. Nos cuesta dejar de sospechar de todo.

La hipótesis de que existe cierta objetividad en el lenguaje ha perdido el consenso del que gozó en el pasado. Lo mejor que nos va quedando son las opiniones, los recorridos vitales, la reivindicación que pueden ofrecer las subjetividades al dar su testimonio. Cada cuerpo se aferra a la madera que puede, la que le da algún tipo de equilibrio mental. Desde ese púlpito inquieto, proclama su verdad con la esperanza de que esa voz ayude a reconstruir algún tipo de tejido social.

Y si ya la mera existencia en esta era turbulenta es un cóctel de ansiedades, problemas de identidad y angustia, ¡cuánto más el hecho de ser una Iglesia en misión! Nos sentimos acomplejados y siempre bajo el escrutinio. Nos debatimos entre dos formas de culpa: primero, la de rozar en ocasiones el fanatismo religioso; y segundo, la conciencia de lo mediocre que es nuestro testimonio cristiano.

Aunque la sensación es a menudo bastante asfixiante, hay un dato que puede darnos esperanza: la Reforma protestante brotó justamente en medio de una asfixia similar. A comienzos de 1520, entre dudas cada vez más significativas sobre la legitimidad del papado, llegó a manos de Lutero una copia de la obra de Lorenzo Valla. Fue la gota que rebalsó el vaso: la Donación de Constantino no era un título de propiedad legítimo. Eso significaba que durante siglos la iglesia de Roma había lucrado y hecho guerras sobre la base de un fraude.

Martín Lutero

Si hasta ese momento Lutero intentaba conciliar sus descubrimientos bíblicos con la institución del papado, después de esa lectura su tono cambió drásticamente. Ese mismo año publicó A la nobleza cristiana de la nación alemana y La cautividad babilónica de la Iglesia: dos tratados en los que hablaba abiertamente, por primera vez, del papa como el Anticristo.

Habían pasado ochenta largos años de incertidumbre y creciente descontento desde la acusación de Lorenzo Valla. Finalmente, las cosas cayeron por su propio peso.

Compartimos con Lutero el hecho de habitar en un ambiente intelectual de cambios profundos. A nivel político, económico, cultural y artístico, la desconfianza generalizada en las explicaciones antiguas nos arroja a un futuro incierto. Nos dijeron que el mundo tenía una forma, unos colores y una coherencia, pero al final la cosa no era tan así. Como sucedió con la Donación de Constantino, estamos tomando conciencia de muchos fraudes que algunos usaron para perpetrar sistemas opresivos e instituciones corruptas.

El vértigo que sentimos es como el de esos pajaritos a los que empujan de golpe del nido caliente. Pero es justamente en tiempos como estos, en palabras de Dave Grohl, cuando aprendemos a vivir de nuevo. Podemos llorar sobre la leche derramada y lamentarnos hablando del mundo que se nos escapa. O podemos aprovechar el vértigo y la urgencia para obligarnos a levantar vuelo de una vez por todas.

Tenemos que aprender a surfear la ola de la incertidumbre y el relativismo para poder encontrar, entre los escombros, verdades menos adulteradas y mejores certezas que las de nuestros predecesores. Henri Nouwen decía que ese duro camino es justamente el que nos permitirá ser «flexibles sin caer en el relativismo, firmes en nuestros planteamientos sin ser rígidos, espontáneos en el diálogo sin llegar a ser ofensivos, corteses y generosos a la hora del perdón sin ser excesivamente blandos, y verdaderos testigos sin convertirnos en manipuladores».

Ante las preguntas más desconcertantes que emanan de las demandas políticas, ambientales, económicas, de género, bioéticas o cibernéticas, la promesa de Jesús sigue siendo pertinente: «No se preocupen de antemano por lo que van a decir. Solo hablen lo que Dios les diga en ese momento, porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo» (Mc. 13:11).

No creo que esta asfixia que sentimos represente la muerte del cristianismo. Quizás la verdad sea todo lo contrario: que estamos en la hora undécima, justo antes de un cambio inmenso, a las puertas de una nueva reforma que llegará para trastocar los tristes fraudes que algunos han hecho en el nombre de Jesús.

La caridad cristiana que distribuye fondos para ayudar a las iglesias en todo el mundo

Una organización benéfica cristiana ha distribuido dinero desde un denominado Fondo de Respuesta al Costo de Vida para brindar un apoyo vital a las iglesias y organizaciones benéficas en la primera línea, debido a la crisis del costo de vida del Reino Unido.

Una organización benéfica cristiana ha distribuido dinero desde un denominado Fondo de Respuesta al Costo de Vida para brindar un apoyo vital a las iglesias y organizaciones benéficas en la primera línea, debido a la crisis del costo de vida del Reino Unido.

Stewardship financió y lanzó la campaña Warm Welcome [‘Cálida bienvenida’], un movimiento de más de 4.000 iglesias y grupos comunitarios que están abriendo espacios cálidos y seguros para las comunidades durante todo el invierno europeo.

El Fondo de Respuesta al Costo de Vida de la organización benéfica se lanzó hace poco más de dos meses. Hasta ahora, algunas de sus subvenciones se han destinado a la Iglesia C3, la cual distribuye alimentos, mantas y botellas de agua caliente a familias en crisis financiera y extiende sus despensas comunitarias a Cambridge, Bury St Edmunds y Colchester.

Stewardship, entidad benefica cristiana

East Belfast Mission está utilizando el dinero para proporcionar recargas de energía de emergencia, paquetes de alimentos y una cena comunitaria semanal cada semana para 100 familias.

Por otro lado, Edge Ministries brinda espacios cálidos, comida y esperanza evangélica a sus comunidades en las localidades de Staveley y Tupton, y pronto abrirá un tercer centro.

Life Church Ministries Bradford ha utilizado su subvención para distribuir miles de juguetes antes de la Navidad pasada y ahora se prepara para repartir tarjetas de combustible de emergencia a las familias durante todo el invierno.

Stewardship también otorgará microsubvenciones del fondo de 200.000 libras para ayudar a cubrir los mayores costos de funcionamiento de los espacios cálidos de la iglesia y la comunidad durante el invierno.

La organización se estableció por primera vez en 1906 y otorga más de 100 millones de libras cada año a más de 4.000 iglesias, 2.300 trabajadores cristianos y 6.000 organizaciones benéficas.

Stewart McCulloch, director ejecutivo de Stewardship, comentó: “En Stewardship nos apasiona conectar a nuestros donantes con nuestra iglesia y socios benéficos para brindar apoyo donde la necesidad es mayor. Por lo tanto, nos sentimos muy alentados por la generosa respuesta hasta ahora, tanto a nuestro propio Fondo de Respuesta del Costo de Vida como a la Campaña de Cálida Bienvenida”. 

Además, agregó: “La necesidad en nuestras comunidades sigue siendo aguda, por lo que continuaremos haciendo todo lo posible para recaudar y distribuir fondos cruciales para la ayuda de emergencia, incluidos los bancos de alimentos y los centros de alivio de la deuda, y para ayudar a las iglesias y organizaciones benéficas a mantener abiertas sus puertas y espacios cálidos”.

El día que me sentí Barrabás

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El-dia-que-me-senti-Barrabas

Jamás olvidaré aquel día cuando realmente vi que no merecía su asombroso perdón derramado en la cruz.

Aquel campamento en el que descubrí personalmente que los clavos que sostuvieron a Jesús gritaban un “te amo” hacia mi vida, hacia nuestras vidas. ¿Cómo es posible que estuviera experimentado aquel perdón tan irresistible?

No podía parar de derramar mi mayor devoción a sus pies y ni siquiera podía comprender todo lo que me estaba ocurriendo. Pero lo que sí sé es que antes de caer rendida ante tal inmerecido perdón, vi mi pecado. Vi mi suciedad como nunca antes. Aquel dolor me llevó a reconocer mi necesidad de un salvador y de decir sí a seguirle hasta el final de mis días.

Ese día me sentí Barrabás. Tú y yo sabemos que Barrabás merecía morir. No hay más. Pero la insistencia del pueblo en Lucas 23:13-25 llevó al gobernador romano Poncio Pilatos a autorizar la crucifixión de Jesús pese a no encontrar cargas contra él. Qué locura. La liberación de un reconocido culpable por la deseada entrega de un inocente.

Por eso el mensaje del evangelio es una verdadera locura para este mundo. ¿Qué persona accede a beber del castigo que le corresponde a un asesino? ¿Pero a quién se le ocurre tomar el lugar de Barrabás? ¿La liberación de un ladrón a cambio de llevar al madero a Jesús? ¿Conceder la libertad a quien no merecía absolutamente nada por el único que nunca violó la ley?

Creo que no podemos evitar preguntarnos, ¿cómo reaccionaría Barrabás? De repente su esperanza de vida cambiaría aun cuando su muerte parecía imparable. ¿Imaginar que entregarían a alguien que le salvaría de su destino final? ¿A un ladrón homicida?

Tantos aspectos apasionantes de Dios y sin duda, uno de ellos es su asombrosa esencia para revertir finales, cambiar historias y pintar nuevos horizontes esperanzadores en nuestras vidas.

Y eso fue precisamente lo que hizo con cada uno de nosotros. Lo más grandioso es que Barrabás no es un “simple intercambio injusto” que ocurrió en la historia y quedó grabado en las escrituras. Este hecho precedente de lo que ocurriría horas después en la cruz está hablando de ti, de todos nosotros como pecadores. A causa de nuestro pecado nuestro destino era igual al de Barrabás.

Quizás no nos hemos sentido Barrabás y nos hemos atrevido a calificar qué clase de pecado merece muerte. Pero la realidad es que ante la impresionante santidad del Rey de Reyes una sola mentira ya te renombraría Barrabás (Romanos 3:23).

¿Pero puede un Barrabás rescatar a otro Barrabás? Imposible. Por eso Jesús tuvo que venir, como cordero que no abrió su boca, en el mayor intercambio injusto que partió la historia de la humanidad en un antes y después de Cristo: el sacrificio en la cruz.

Un amor derramado que borraría tu destino de Barrabás y te daría una nueva identidad. Porque solo un inocente que jamás pecó (1 Pedro 2:22) podría borrar tu pasado a precio de sangre y cargar con tu culpa en cada clavo que le sostuvo en la cruz.

La locura del evangelio es reconocer nuestro pecado, arrepentirnos y vivir con la convicción de que solo una mano santa nos pudo perdonar. De tal manera amó Dios al mundo que entregó a Jesús por nosotros: el Hijo de Dios es el único que pudo vencer la muerte. ¿Y ahora? Ahora ya no hay culpa, porque el único que pudo llevarla ya pagó por ti. Un acto de amor que solo fue posible porque hubo alguien en la historia que nunca pecó, que nunca fue Barrabás pero que nos sustituyó.

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  • Obra: Las tres cruces
  • Artista: Peter Paul Rubens
  • Estilo: Barroco
  • Fecha: 1620
  • Técnica: Óleo sobre tela

Matthew Perry, de Friends, relata su conversión a Cristo en medio de la adicción al alcohol

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La estrella de la famosa serie sitcom contó cómo se dejó encontrar por Dios en el momento más oscuro de su vida.

Matthew (mejor conocido como Chandler Bing, por su personaje en la reconocida serie Friends, que finalizó en 2004) conmocionó al mundo ultimamente con su historia sobre su conocida batalla de años con las drogas y el alcohol. Recientemente, expuso detalles sobre su camino hacia la recuperación, a partir de una oración sincera a Dios, que jugó un papel clave en su búsqueda por dejar las adicciones.

Friends es hasta el día de hoy, una de las series más vistas en formato Sitcom.

Su personaje en Friends era sarcástico, encantador, siempre dispuesto a pasar un buen rato, y aunque Perry fue capaz de actuar frente a la cámara, detrás de escena vivió una tortuosa batalla. 

«Para cuando tenía 18 años, bebía todos los días. En ese momento bebía mucho con amigos, y luego, a la 1:45, decía ‘Me voy a casa’, y corría a una licorería, compraba una botella de vodka y bebía todo lo que había bebido con los otros muchachos esa noche», le dijo a Diane Sawyer, en una entrevista con Nightline

Perry trató de ocultar su creciente adicción a amigos, familiares y compañeros de trabajo durante muchos años. Entonces, un día, se enfrentó a su coprotagonista Jennifer Aniston. 

«Estoy realmente agradecido con ella por eso», relata él. En sus memorias, Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing, Perry comenta que cree haberse desmayado varias veces porque no recuerda haber filmado algunas escenas.

Cuenta que, en un momento, llegó a tomar hasta 55 pastillas de Vicodin al día. “Me la pasaba en una habitación oscura, reuniéndome con nada más que traficantes de drogas, completamente solo, durante meses», compartió. “La adicción es una obsesión de tu mente que te dice: ‘ahora dame todo lo que me diste antes y más’”, dijo el actor

Una sobredosis de opioides provocó la explosión del colon y una estadía prolongada en el hospital, informa el Daily Citizen. «Me dieron un 2% de posibilidades de sobrevivir a la noche», dijo Perry a Bill Maher, de HBO. «No me dijeron eso, obviamente, porque yo no estaba realmente allí, pero le dijeron a mi familia. Y me pusieron en una cosa llamada ECMO [máquina de oxigenación por membrana extracorpórea]. Cinco personas estaban en ECMO esa noche, y las otras cuatro murieron, y de alguna manera, lo logré”.

Mattew caracterizando a su más famoso personaje: Chandler Bing.

En su desesperación por ser libre de las adicciones, probó todos los métodos, pero no fue hasta que tuvo un encuentro con Dios que su vida dio un giro.

«‘Dios, por favor, ayúdame”, susurré. ‘Muéstrame qué estás aquí. Dios, por favor ayúdame'».

Relata Perry en sus memorias.

Continuó: «Mientras estaba arrodillado, la luz lentamente comenzó a hacerse más y más grande hasta que fue tan grande que abarcó toda la habitación. ¿Qué estaba pasando? ¿Y por qué comenzaba a sentirme mejor?».

«Empecé a llorar», explicó. «Realmente comencé a llorar, ese tipo de llanto incontrolable que sacudía los hombros. No estaba llorando porque estaba triste. Estaba llorando porque, por primera vez en mi vida, me sentía bien. Me sentía seguro. Décadas de lucha con Dios, y lucha con la vida y la tristeza, todo estaba siendo arrastrado, como un río de dolor que se pierde en el olvido».

«Había entrado en la presencia de Dios. Estaba seguro de ello. Y esta vez había orado por lo correcto: ayuda», dijo Perry.

Perry acredita ese encuentro con Dios como la razón por la que se mantuvo sobrio durante los siguientes dos años. «Dios me había mostrado una pizca de lo que podría ser la vida. Me había salvado ese día y para todos los días, pase lo que pase. Me había convertido en un buscador, no solo de la sobriedad y la verdad, sino también de Él», escribió Perry.

El ministro cristiano Shawn Bolz, fundador de Bolz Ministries, a menudo cubre las conexiones entre la fe y la industria del entretenimiento. Bolz compartió en un podcast reciente que está emocionado de ver lo que Dios haría en la vida de Perry. 

«Guau, ¡qué historia!», dijo. «Piensas en una persona como Matthew Perry, que ha pasado por tanto públicamente, y ahora Dios está operando en él», añadió.

La vida del actor que vimos en la serie ya no existe. Hoy nos encontramos con una persona rota que decidió renunciar a su vida para entregarla a Cristo, y, como resultado, fue libre de sus adicciones. Hoy, Matthew Perry contribuye a causas y fundaciones que trabajan sobre las adicciones. Publicó su libro autobiográfico en donde relata su experiencia con Dios y se encarga de visibilizar este problema en los grandes medios de comunicación.

David Firman: “La cruz no es un ticket para ir al cielo”

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Psicologia cristiana con David Firman

Una vez más, tuvimos la oportunidad de conversar con el psicólogo David Firman, en medio de las jornadas de La Escuela de Liderazgo de Avanzada realizadas en 2022.

En esta charla con Sebastián Liendo, David reflexionó sobre puntos claves para entender la obra de la cruz y lo importante que es para nuestra vida dimensionar el sacrificio de Cristo.

Consumado es

David Firman: El “Consumado es” es muy poderoso, pero el hecho de que hoy tengamos que estar hablando de esto sin poder entenderlo ni explicarlo bien, con muchísimas personas aún ignorando su significado, implica para nosotros un retraso de unos 2,000 mil años. En nuestro kronos (nuestro tiempo cronológico) el “consumado es” tuvo lugar hace dos milenios; sin embargo, desde la eternidad de Dios, antecede a la fundación del mundo; Cristo fue inmolado antes de que la Tierra fuera creada, Cristo fue la solución a los problemas antes de que el ser humano existiera y cometiera un error.

Hoy deberíamos entender el “Consumado es”. Si me llega una mala noticia, una dificultad, un problema, ya está todo consumado. O sea, yo ya tengo mi vida resuelta. Sea que viva o muera, todo está resuelto. Claro, nos suena como el texto de Pablo en Filipenses 1; pero no, esta es nuestra realidad espiritual.

Ya estamos en la realidad del “Consumado es” y fuimos trasladados a Cristo. Y es una tragedia que queramos colaborar con el alma de las personas desde las herramientas humanas, que no logran más que explicar algunas cosas, y no nos aferremos de la herramienta eterna que Dios ya proveyó, y está en su Hijo.

«Cuando yo tomo otra herramienta es porque su Hijo no me alcanza, y si su Hijo no me alcanza, estoy despreciando la obra de la cruz».

David FIrman

Usamos las herramientas humanas para entender los procesos del alma, para entender cómo funciona el cuerpo, para entender la economía, la política, lo que sea, pero no son nuestra base. Nuestra base es el “Consumado es”, es entender la obra de la cruz.

David Firman

La ansiedad

Sebastián Liendo: ¿Por qué crees que los jóvenes que hoy concurren a los salones, a los auditorios, expresan: “Mi problema es la ansiedad”? Se volvió crónico hoy en día. En su gran mayoría, la juventud de hoy experimenta ataques de ansiedad tremendos, y yo creo que en parte es por no poder ver el pan de cada día, Pero, para vos, ¿cómo se explica esta problemática?

DF: Los que viven una edificación, aquellos que logran ver el fundamento —que es Cristo—, no experimentan ansiedad porque están apoyados en el “Consumado es”, el cual me resuelve, me saca del temor. Venga lo que venga, pase lo que pase, Dios usará el “Consumado es” para producir lo que Él ya produjo, que ya consumó: es Cristo, es la victoria de la cruz, contundente, aplastante, eterna, y no hay forma de que se deshaga. 

La eternidad es un eterno presente. Entonces, entiendo que ya fui amado, soy amado. Eso está resuelto y nada me puede quitar de ese lugar. ¿Cómo voy a tener ansiedad, si yo me sé amado? ¿Cómo voy a luchar con el rechazo, si yo sé que fui aceptado? ¿Cómo he de luchar con el abandono, la falta de paternidad, sí sé que Dios me aceptó? Ya no hay rechazo, y sé que Dios es mi Papá y no hay orfandad. Todo se resuelve.

Parece mágico, ¿no? Es que ya está hecho. El problema es que el alma no lo ve y a la psicología no le alcanzan sus herramientas para hacerlo ver, porque la psicología no ve a Dios, es humana. Creo que estamos viviendo tiempos hermosos, que nos hallamos a las puertas de una gran explosión, de ver que la gloria postrera será mayor que la primera, que la gloria del Señor —la expresión de Cristo en los hijos de Dios— llena y cubre toda la Tierra.

Sebastián Liendo

Cristo corporativo

SL: Es increíble que Dios nos haya dado su mente y que en Él podamos estar pensando de la manera que Él nos pensó, ver tal como Él vio y amar de la manera en la que Él nos amó. En Juan, Jesús dice: “El amor que tú me tienes, Padre, está en ellos”, y eso lo cambia todo.

DF: Es bueno estar conectado a la mente de Cristo, que es una mente corporativa. Somos el cuerpo, Cristo es la cabeza. La mente está en la cabeza, y conectarnos a ella hace realidad en nosotros eso que decía Pablo de que seamos todos de un mismo parecer, pensando lo mismo, hablando lo mismo.

No es una utopía; es la realidad de Dios. En las Escrituras lo leemos: Cristo es la imagen visible del Dios invisible. 

Jesús dijo que aquel que ve al Hijo ve al Padre (ver Juan 14:9). Desde la primera página de la Biblia, en Génesis 1:26, Dios manifiesta que nos creó a su imagen, para tener dominio como representantes de su autoridad. Yo no imagino lo que Dios piensa: yo lo que Dios piensa. ¿Para qué me creó Dios? Y viene Cristo como un acto diplomático para recuperarnos para Dios. En 2 Corintios 5 se nos dice que Él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino que vivan para Él.

Ya sabemos para qué vivimos, sabemos para qué nos levantamos, para qué fuimos rescatados, y la cruz no es un ticket para ir al cielo: la cruz es para que Dios me recupere para sí mismo. Pero esa recuperación tiene todo un proceso que requiere que dejemos de estafar a Dios. Dios me recuperó en el espíritu, pero a mi alma, todavía no: en mí sobreviven mis propios deseos, mi propia voluntad, mis propios sueños.

Dios recuperó mi matrimonio y recuperó a mi familia. Habría que revisar la gestión cotidiana para ver si realmente mi vida es para Él o vivo mi propia vida. A Dios no podemos irle con discursos, se trata de evidencias. Se nota si tu vida fue absorbida, si tu matrimonio fue absorbido, si tu familia es una familia real o no, si lo representa o no lo representa; ahí se evidencia, porque para eso fuimos creados, para que se note, y lo que se tiene que notar es Cristo, es la expresión de Cristo.

Sebastián Liendo y David Firman en una entrevista.

Vivamos de este lado de la cruz

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Cristo se manifestó sobre las sombras para traer la plenitud de su luz. Debemos recordar la obra salvadora de Cristo, y es importante reflexionar acerca de esta realidad. En su ministerio, muerte y resurrección Jesús consumó todo aquello que se había prometido y también vino a desarrollar aquello que era real sobre lo que había sido sombra y figura de lo que vendría. 

Así como fue lo real sobre la realidad transitoria de los ritos del Antiguo Testamento, Él quiere traer su luz sobre nuestras sombras. Por eso Pascua no solo es muerte sino resurrección y vida plena en Él; ya que la plenitud de su obra se manifiesta sobre nuestras vidas iluminándolo todo.

El libro de Hebreos nos muestra con una claridad incomparable las verdades espirituales que la obra de Jesús dejó en evidencia. El Señor se manifestó como la verdad plena sobre los personajes, ritos y normas que prefiguraban lo que había de venir. Cuando Él murió, las figuras y sombras se esfumaron.

«Necesitamos comprender y vivir en la realidad del Cristo Resucitado».

Hebreos manifiesta a Cristo como superior a todo:

Él como superior a los ángeles (1:5-14); a Moisés (3: 1-6), Él es el verdadero reposo (3:5-4:13). Fue el gran Sumo Sacerdote (4:14-5:10); Él es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (8: 1-6); sus leyes no están sobre tablas de piedra, sino sobre las del corazón (8:9-12). ÉL ENTRÓ, COMO SUMO SACERDOTE ASÍ COMO CORDERO, UNA SOLA VEZ, AL VERDADERO SANTUARIO, que es el cielo mismo, y QUITÓ DE EN MEDIO EL PECADO (capítulo 9) “consumado es”.

Si a diario pudiéramos vivir esta realidad, nuestras vidas estarían llenas de la vida de Cristo, porque todo es “en Él” como reconoce Pablo en Colosenses. En Él por su obra consumada. En Él todo fue creado y todo subsiste (1: 16,17); en Él debemos estar arraigados (2:7); porque en Él se encuentra toda plenitud y en Él estamos ¡completos! (2:9-10).

Aleluya, Él ya lo hizo posible por medio de su muerte y resurrección.

Existe un suceso majestuoso, milagroso, con peso de eternidad: cuando Jesús murió el velo se rasgó. Mateo lo registra en lo que conocemos como capítulo 27:50-51a

El cordero real, verdadero, el sumo sacerdote que no tenía que pedir por sus pecados, había entrado al verdadero tabernáculo y ya los pecados no se “cubrirían” en el propiciatorio sino que habrían sido quitados de una vez para siempre (Jn.1:29). Su sangre perfecta canceló nuestra deuda en un solo acto (Ro.6).

Por eso, cuando Jesús expira, aquello que nos separaba (como figura y sombra) de la presencia de Dios SE ROMPIÓ. Hoy quienes creemos en esa obra consumada y aceptamos a Jesús como salvador y Señor podemos vivir en plenitud de vida. ¡Hoy tenemos libre acceso a la presencia de Dios por la obra de Cristo que celebramos en la Pascua!

Ahora bien, la obra consumada en la cruz tiene su punto cúlmine en otro suceso ¡La tumba vacía! Nosotros resucitamos con Cristo por la fe (Ro. 6) y vivir del otro lado de la cruz significa que no solo depositamos nuestra confianza en el sacrificio sino también en la victoria sobre la muerte. Él resucitó, este hecho real y consumado nos dio verdadera libertad por medio de la fe.

«Antes de la cruz (como metáfora del sacrificio de Jesús) todo era sombras y figuras; el hombre no podía saldar la deuda. Aun la Pascua, fiesta en la cual murió el Señor, prefiguraba año a año la liberación que vendría en Cristo». 

Reflexionemos en su obra; dejemos los ritos, costumbres y tradiciones que nos hacen vivir del lado de las sombras. Dejemos la culpa, el dolor y la sensación de deuda constante. Vivamos en Él, de este lado de la cruz, disfrutando todo lo que logró para nosotros; la verdadera libertad, la vida plena, la completitud, una nueva identidad, paz, gozo, sanidad en todas las áreas de la vida y promesa de vida eterna. ¡No olvidemos la resurrección!

Pascua no solo es Cruz, sino resurrección y vida. Vivamos a la luz de la obra consumada de Cristo.

Estadística revela que el 76% de los cristianos en Israel son árabes

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Iglesia cristiana en Israel

La población en Israel que se identifica como “cristiana” ha aumentado un 2% respecto a las cifras del 2021, según publicó la Oficina Nacional de Estadísticas.

Lo curioso que podemos encontrar y lo que probablemente sea menos conocido es que el 76% de estos creyentes cristianos son árabes. De hecho, los cristianos en Israel representan el 7% de toda la población árabe, que es tradicionalmente musulmana.

Las ciudades con más cristianos de Israel son Nazaret (21.100), seguida de Haifa (16.700), Jerusalén (12.900) y Shefa-‘Amr (10.500).

Según las estadísticas del gobierno, un hogar cristiano típico en Israel está conformado por 3 personas en promedio, como un hogar judío, pero más pequeño que uno musulmán (4 personas).

El estudio, además, muestra que los cristianos árabes acceden con mayor frecuencia a la educación superior que otros grupos demográficos. Sin embargo, y como contracara de esta realidad en Israel, a pesar de su presencia en el país, los cristianos a menudo luchan por compartir su fe públicamente en Israel. Algunos grupos deciden no evangelizar en un contexto desfavorable.

Por otro lado, otras organizaciones cristianas han seguido teniendo un enfoque misionero en una tierra donde las leyes protegen las libertades de conciencia, fe, religión y culto, independientemente de la afiliación religiosa de un individuo.

En los últimos años, no obstante, las organizaciones cristianas han sido amenazadas por su supuesta labor misionera. Organizaciones como Judíos por Jesús y otros judíos mesiánicos a menudo han defendido su derecho a hablar sobre su fe.

Íconos de la verdad: ¿Qué tan preciso tiene que ser el arte?

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Comunicar a Cristo con el arte

Cuando el transmisor se vuelve el mensaje sale de su jurisdicción usurpando un lugar que no le corresponde.

En la entrada anterior dejamos en claro que todo verdadero arte posee algo de icónico, en mayor o menor medida. Que las simples señales no son suficientes para trascender las barreras del tiempo y que los destellos de eternidad forjados en una sola pieza con la obra terrenal y pasajera abren un abanico de posibilidades para ver a través de ella algo que va más allá de lo obvio. 

La comunicación de verdades profundas a través del lenguaje artístico no es algo nuevo para el ser humano, el cual desde mucho tiempo atrás ha querido materializar lo que su espíritu experimenta. La pregunta que surge entonces es: ¿en qué momento nos desviamos? Y creo que la respuesta es mucho más compleja que una fecha o un período histórico; la respuesta está en el corazón humano, y por lo tanto puede eludirnos con excusas y justificaciones. Tenemos que ser cautelosos al navegar las aguas de las motivaciones, pero si somos lo suficientemente valientes para embarcarnos en dicha travesía, la recompensa será un nuevo mundo de libertad. 

Algunas religiones, como la musulmana, tienen completamente prohibido hacer cualquier representación de la deidad o sus profetas. Es por eso que las mezquitas no tienen ningún tipo de imagen en ellas, y siendo sinceros, podemos decir que de algún modo tienen razón. Ninguna expresión humana podría compararse o acercarse al esplendor del Creador. Pero al mismo tiempo, ¿no es que los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos? (Salmos 19:1). Y si es así, al representar el cielo o la tierra ¿no estaríamos también representando algo de la gloria del Creador?; Y si en nosotros está su imagen y semejanza, ¿No estaríamos retratando algo de Él al plasmar a uno de nuestros semejantes? 

Por otro lado, cuando nuestra expresión, o cualquier otra, se vuelve la única representación de la deidad, o bien se le atribuyen cualidades de una fidelidad que supera la mera representación pasajera e imperfecta, entonces nos hemos ido al otro extremo. 

Cuando el transmisor del mensaje se ha vuelto el mensaje, ha salido de su jurisdicción usurpando un lugar que no le corresponde. Si un ícono tuviera todas las características de aquello que representa, entonces dejaría de ser un ícono para convertirse en aquello a lo que remite. 

Un verdadero ícono jamás demandará de nosotros cualquier tipo de atención que vaya más allá de la mera apreciación del mensaje que porta; y si lo hiciera, entonces entenderíamos que se ha convertido en una señal, tan vana e inútil como aquella que se señala a sí misma y pretende direccionar a su receptor hacia ella misma. Al desear usurpar un lugar mayor solamente ha caído a uno inferior, muy inferior; esto solo me recuerda a un personaje que ha intentado usurpar la atención y la gloria para sí desde antes que cualquier arte fuera dado a los hombres. 

Entender la función de un objeto nos permite sacarle el mejor provecho

No es que no podamos clavar un clavo con un destornillador, pero seguramente no lo hará tan bien como un martillo, y el destornillador tendrá su mejor desempeño aflojando un tornillo. Un ícono no está para substituir el significado o la esencia, sino para manifestarlo, aporta significado, pero no es EL significado. 

Recuerdo que en la casa de mi tío hay una pintura que solía intrigarme, años después supe que era su abuelo, o algo así… pero lo que me gustaba de esa fotografía es que me transmitía lo que el paso de los años hace, en el deterioro de su piel, lo nublado de la visión y la sabiduría en su experiencia. Él no es la sabiduría, él no es la vejez, pero seguro que el pintor deseó transmitir eso en su retrato. Cualquier representación de Dios o sus atributos que podamos hacer, tendrá algo de verdad, pero jamás será toda la verdad.

El equilibrio podría estar en lo que los cristianos ortodoxos creen acerca de la representación de Jesús en el arte. Ellos, si bien creen que ninguna obra humana podría compararse a la verdadera manifestación del Hijo de Dios encarnado, también reconocen que Jesús no estuvo en esta tierra “sin rostro”.

Por lo tanto, no es importante la exactitud con la que se manifiesta lo obvio, sino lo claro del mensaje que se transmite entre líneas, lo icónico de ella. 

Ahora bien, aprovecho este contexto para expresarme acerca de esas representaciones de un Jesús blando, que no lastimaría a una mosca e idealizadamente compasivo al peor estilo de Hollywood que se muestran en muchas de nuestras representaciones de Jesús tanto físicas como digitales a lo largo del mundo occidental; si bien Jesús fue la mayor manifestación de amor al mundo y su interacción con la gente en la tierra fue la más compasiva que jamás habrá, Él fue un hombre fuerte, un carpintero, acostumbrado al trabajo, fue un hombre con características de medio oriente, que se hizo un manojo de cuerdas y sacó a todos a golpes del templo, un hombre con liderazgo y según Isaías 53:2 poco atractivo a los ojos humanos. No es importante la exactitud de lo obvio, pero no perdamos la esencia de ello.

Como expresé al inicio, el error es mucho más elusivo de lo que pensamos. Nadie puede asegurar con certeza el momento en que hemos resbalado en cualquiera de los dos extremos al producir o admirar una obra; incluso, no podemos evitar que se lleven nuestras obras a esos extremos, juzgando bajo parámetros dentro de los cuales nosotros no hemos creado. Pero sí que podemos tomar las precauciones en nuestro corazón para no producir nada que se atribuya una exactitud mayor a la que tiene, y para tener la libertad de admirar las producciones artísticas de nuestros hermanos en Cristo que nos llevan a conocer algo de la naturaleza divina en sus obras.

Codificar y enmarcar a Dios en una sola forma, figura o expresión nos llevará al error de adorar la expresión en lugar de a quien expresa. No hay idioma, arte o lenguaje que pueda decir todo de quien es Todo en todos.

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