Soy Marta Vergara de Medina, junto a mi esposo, Samuel, somos misioneros en Málaga, España, y hace dos años que vivimos en Alhaurín de la Torre. Pertenecemos a la Unión de las Asambleas de Dios de Argentina.

Samuel tiene 72 años y yo 69, les cuento esto para que dejemos establecido que Dios no para de hablarnos en ninguna etapa de la vida. Este año vamos a cumplir 50 años de casados. Tenemos tres hijos, todos sirviendo al Señor, y cinco nietos. Somos cordobeses, mi esposo viene de una familia de larga tradición cristiana; yo conocí al Señor a los 17 años, cuando tuve un encuentro sobrenatural con Dios maravilloso, y desde entonces le sirvo con toda mi pasión.

Nuestro ministerio es Unidos en Cristo en Córdoba Capital. Nuestra iglesia es Centro Cristiano, de los pastores Juan y Lidia Masalyka; está ubicada en Rosedal, un barrio muy hermoso de la ciudad. Allí la Unión de Asambleas de Dios plantó una carpa cuando apenas era un campo con muy pocas casas. Somos fruto de la campaña de Carlos Annacondia en el año 1986.

Ese año se había comenzado con una casa de oración, y casi 2 años y después fuimos enviados nosotros como pastores a ese lugar. Ya cumplimos 35 años allí, y también plantamos siete iglesias en la ciudad de Córdoba y en diferentes pueblos del interior.

Marta y Samuel en Málaga

Se vino el cambio

Tuvimos que viajar a España en 2018 a casar a un hijo de nuestros misioneros. Luego de ese viaje, cuando íbamos de regreso para Argentina, Dios le habló a mi esposo que él tenía que pisar como misionero Málaga. Hasta entonces nosotros siempre fuimos los enviadores, pero ahora Dios nos tenía en otros planes.

La experiencia de revelación que tuvo Samuel fue maravillosa; el problema era yo. Para mí era muy difícil asumir el cambio.

El Señor tuvo que llevarme a 1200 km para exhortarme y habló a mi vida diciendo «porque dudas yo te aparto», y entonces fui quebrada por el Espíritu Santo. Después de eso toda duda desapareció, se terminaron la incertidumbre y el apego. Estábamos listos para emprender el viaje, y lo hicimos solo con nuestras valijas.

Nuestras autoridades nos apoyaron, aunque muchos no entendían, y de mis hijos y nietos recibimos un respaldo muy grande, con mucho gozo por la nueva etapa que íbamos a comenzar.

Empezamos a orar sin descanso para conocer Málaga y poder llegar a todos los pueblos cercanos, y ahora vamos profetizando que esa tierra solo es de Dios. Hoy tenemos programas online donde ministramos a las familias, hicimos el culto evangelístico en verano al aire libre y muy pronto comenzaremos un programa titulado Dame tu mano.

Nuestra meta es netamente evangelística, queremos llegar a más hogares con la Palabra de Dios y poder plantar la semilla del Evangelio poderoso de Jesucristo. En estos días hemos hecho actos proféticos en los lugares que hemos visitado y agregamos otro pueblo que es Cártama, donde creemos que Dios nos abrirá una puerta muy importante.

Nuestro trabajo lo hacemos con mucho amor y Dios retribuye cada día en nuestras vidas. Discipulamos, tenemos un instituto y muy pronto comenzaremos a trabajar para discipular a los niños.

Amados, sabemos que nuestro tiempo es corto, pero también sabemos que somos punta de lanza para las generaciones futuras, por eso creemos que Dios se manifestará poderosamente y nuestra misión es preparar a los obreros, restaurar a las familias para que den testimonio del infinito poder de Dios.

Rogamos sus oraciones por nuestra salud, pedimos por la economía y por sobre todo rogamos que la gloria de Jesús sea manifestada en todo Málaga y a donde Él lo disponga.

Espero que nuestro testimonio pueda ser de inspiración para todos los que aman y obedecen al llamado del Señor.

Muchas bendiciones desde Málaga, España.