Me alegra mucho que podamos encontrarnos un domingo más, y esta vez vengo muy entusiasmada con esta mini torta, mejor conocida como pavlova, en honor a la bailarina Anna Pavlova. Se trata de un disco de merengue, muy crujiente por fuera, pero muy húmedo por dentro. Un dato maravilloso es que sus ingredientes son solo dos, aunque un detalle no menor es que hay que tener mucha paciencia en su cocción.

Para la pavlova:

  • 90 gramos de clara de huevos (aproximadamente 3)
  • 180 gramos de azúcar

Para el relleno y la decoración:

  • Dulce de leche repostero
  • Crema chantillí
  • Chocolate rallado

PROCEDIMIENTO

  1. En este caso, vamos a realizar nuestra pavlova a base de merengue suizo. Para esto, vamos a colocar las claras y el azúcar en un bowl que luego podamos llevar a baño maria a fuego medio. Revolvemos hasta que el azúcar se disuelva. ¿Cómo nos damos cuenta? Porque al presionar con la yema de los dedos, no debemos sentir ningun cristal del azúcar.
  2. Una vez que el azúcar esté completamente disuelta, pasamos la mezcla a un bowl para batidora, y comenzamos a batir. Primero a velocidad media, y luego a velocidad alta por lo menos por 15 minutos, o hasta que notemos que logramos conseguir un merengue bien blanco, firme y sedoso.
  3. Sobre una placa de horno colocamos papel manteca y formamos nuestros pequeños discos con una cuchara. No es necesario que queden prolijos o parejos.
  4. Llevamos a horno precalentado a unos 100° o 130° por 45 minutos o 1 hora aprox. 

Más arriba anticipé que había que tener mucha paciencia con respecto a la cocción. Es cierto que siempre va a depender de cada horno, pero lo importante es que la temperatura sea lo más baja posible, para poder lograr el resultado correcto: crocante por fuera y tierno por dentro. 

Tips:

  • Siempre, siempre, siempre, para hacer un merengue se utiliza el doble de azúcar que de claras. 
  • Para darnos cuenta que nuestras pavlovas están listas, con solo dar un golpecito en una de ellas, notaremos que suena a hueco, o que se le forman algunas grietas.

Una vez frías, veremos que se despegan fácilmente del papel manteca. Pero son frágiles, así que debemos tratarlas con amor.

¡Un dato importante y alentador! Si no logramos la consistencia o la cocción adecuada, no hay por qué temer. Probablemente queden crocantes por fuera y por dentro. En este caso, no serán las típicas pavlovas, sino que serán simplemente unos merengues, que de igual modo podemos utilizar y no dejarán de ser sabrosos tambien.

¡Y al fin la parte más emocionante! Yo elegí para el relleno dulce de leche, crema y ralladura de chocolate. También hice una con dulce de leche, pasta de bon o bon y pedacitos de bon o bon. Pero podemos rellenar con lo que se nos ocurra. Queda muy sabroso y contrasta muy bien cuando combinamos frutillas con crema.

Levante la mano, ¿quién se anima a probar? 

Soy mamá de Alma, ella es la luz de mis ojos. También soy esposa de Ezequiel, a quien volvería a elegir una y mil veces para pasar el resto de mi vida. Trabajo apasionadamente en mi casa, haciendo repostería, o como más me gusta decir, haciendo cosas dulces. Sueño con tener un espacio propio donde pueda explotar aún más este talento que Dios me dio.