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“Más que felices”, la fundación chilena que brinda ayuda a mujeres y niños en situación vulnerable, se extiende a Córdoba capital

El 9,8 de los niños y adolescentes en Chile se encontrarían en situación de pobreza, y un 5,9%, en pobreza extrema, según el informe de la defensoría de la niñez. En Argentina, por su parte, alrededor de “300.000 niños y niñas en todo el país están fuera del sistema, en la indigencia y privados de todo”, según el informe presentado a La Nación en marzo del 2021, por Ianina Tuñón, investigadora responsable del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la UCA.

Para dar respuesta a esta realidad, hace ocho años, en Chile, nació la fundación “Más que felices” para ayudar a “personas en situación de calle y familias extranjeras en extrema pobreza, brindando herramientas que contribuyan a su desarrollo, sanidad emocional, espiritual y a mejorar su calidad de vida”. La fundación cuenta con 80 voluntarios y han alcanzado a 6.248 beneficiados, pero van por más.

A mediados de 2022, Nicolas y Macarena junto a sus pequeños hijos, se mudaron a Córdoba capital, Argentina y son representantes de la fundación que han extendido la labor original: brindar diferentes servicios a mujeres y niños, con el objetivo de llegar a la familia con el mensaje del Evangelio. Conversamos con ellos para conocer la propuesta.

LC: ¿Cómo nace la fundación “Más que felices”?

M: Nace en el año 2014, con el corazón de prestar ayuda a las mujeres en situación de vulnerabilidad, brindando apoyo psicológico y también yendo en pos de distintas necesidades de orden económico y social, a niños y familias de sectores que no pueden acceder de forma tan fácil a ciertas ayudas.

También se ha abierto un brazo para hogares de ancianos, hogares de niños y personas en situación de calle, siempre con el sentir de poder ser un canal de bendición y de ayuda para que ellos puedan conocer a la persona de Jesús, quien es el que está preocupado por todo esto. 

Nace como sueño de Dios en el corazón de nuestros pastores Daniel Morales y Yasna Sarmiento, en Chile, con la intención de poder ser el brazo extendido a la sociedad y manifestar a la Iglesia de Cristo en los barrios, en las calles, en las familias, a fin de  llevarlos al conocimiento de la persona de Jesús, a través de los distintos operativos y acciones que se hacen. 

LC:  ¿Cuál es el objetivo de la fundación y cómo se sustenta económicamente? 

M: Creo que el principal objetivo es que la persona de Cristo se dé a conocer a través de su Iglesia, una Iglesia activa en la sociedad, prestando apoyo principalmente a mujeres en situación de vulnerabilidad al proveerles a ellas y a sus familias herramientas que contribuyan a su desarrollo emocional y físico. Brindamos ayuda psicológica para adultos, adolescentes y niños a un muy bajo costo. Trabajamos con distintos profesionales y también ofrecemos talleres y herramientas para que las personas se superen día a día.

N: En cuanto al sustento económico, uno de los principales ingresos es por socios activos que se suman a través de campañas y hacen su aporte mensualmente. Además de ser socios, como un beneficio, se les ofrece un descuento mayor en la atención psicológica.

Otra vía son los auspicios y las distintas donaciones de empresas privadas, de la red de alimentos desde Chile y ofrendas. 

LC: ¿Cómo definen la estrategia para llegar a los barrios? ¿Es solo para niños? 

M: La principal estrategia que utiliza la fundación son los operativos sociales; también, la prestación de ayuda psicológica, así como distintos talleres de ayuda a la comunidad que buscan entregar herramientas que puedan potenciar el desarrollo laboral de mujeres.

Cuando se hacen los operativos sociales, la estrategia es poder llegar al lugar, tener contacto directo con las personas y brindarles ayuda, en conjunto con los distintos profesionales que están al servicio.

Principalmente, nos enfocamos en mujeres y en niños para poder llegar a la familia, por eso hay operativos que son específicos; por ejemplo, en el Día del Niño, se hace una fiesta para esa ocasión, y se llevan regalos y un mensaje para afectar el entorno del niño. 

Actualmente, hay un nuevo proyecto en Chile, un bazar boutique que también va en pos de ayudar a la mujer a encontrar distintos elementos, tanto de moda como accesorios, a un bajo costo, y ese dinero se dispone como apoyo para todo lo que se está haciendo como fundación.

LC: En cada encuentro, tienen distintas propuestas y hemos visto que también hay un espacio de reflexión. ¿Cómo se presenta? ¿Se les habla del Evangelio? ¿Los niños hacen confesión de fe? 

M: El proyecto en Córdoba fue inicialmente presentado para seis meses, durante los cuales tendremos una actividad mensual como eje central, para darnos a conocer en el barrio. Por guía del Espíritu Santo y según lo que fuimos recibiendo y conversando junto a nuestros pastores, empezamos a afectar el barrio Kairos, que es un barrio aledaño a donde nosotros vivimos, una zona de alta vulnerabilidad, con mucha delincuencia, pero también con muchos niños y familias que quieren salir del entorno de delincuencia, drogas y condiciones de vida precaria.

Por eso, empezamos con una actividad en agosto por el Día del Niño y continuamos haciendo las “fiestas de la alegría”, un lugar y un momento para acercarles esparcimiento y diversión, regalos y un mensaje.

En estas celebraciones, les llevamos bailes, juegos, inflables, y propiciamos un momento para que disfruten la niñez, que puedan disfrutar cosas que quizás en su día a día no están tan acostumbrados a hacer o que no ven con frecuencia. 

La organización en un encuentro de festejo con los niños.

Luego de este momento, que está pensado 100% para ellos, lo que siempre hacemos es decirles que la fiesta no la preparamos nosotros, sino que la preparó Jesús, que es nuestro amigo y que también puede ser su amigo. Los llevamos siempre a la persona de Cristo.

En octubre, les preparamos actividades de índole artística; se trató de un taller donde ellos pudieron intervenir y trabajar en su sede, un espacio que se les asignó pero que está en muy malas condiciones. Entonces, nuestra idea es mejorar y embellecer ese lugar para que sea un ámbito de recreación, de estudio, donde podamos hacer los talleres y siempre con el mensaje de que quien ha permitido todo es Jesús.

Buscamos llevarles el Evangelio de manera directa, para que conozcan a Dios y ellos mismos sepan a quién acudir, y así nos volvamos un brazo de la Iglesia para darles a conocer la vida del Espíritu y del Reino.

N: Una vez que compartimos el tiempo de esparcimiento y logramos conectar con los niños a través de los juegos, tenemos un momento de reflexión en que brindamos una enseñanza relacionada con temas que les pueden interesar, como, por ejemplo, la autoestima, la importancia del respeto, el reconocer que cometemos errores pero que Cristo nos perdona y nos puede ayudar.

Luego de esto, generamos un tiempo para que los niños puedan reconocer a Cristo a través de su confesión de fe y rendirle su vida, lo cual se lleva adelante con un llamado público a quienes voluntariamente quieran hacerlo, no como algo impuesto u obligatorio. Sin embargo, nos hemos llevado la grata sorpresa de que la mayoría, por no decir el total de los niños y familias, aceptan el regalo de reconocer a Cristo y confesarlo como su Salvador y Señor. 

LC: En el caso de los niños que rinden su vida a Cristo, ¿se los acompaña posteriormente? ¿Cómo se mantiene el contacto?

M: Tenemos una base de datos con sus teléfonos; entonces, todo el tiempo los invitamos a las actividades y mantenemos contacto con sus padres.

También estamos haciendo un trabajo para aquellos que quieren conocer más de Cristo, denominado Hogares de Paz, el discipulado que desarrollamos en nuestra congregación. A estas familias que manifiestan mayor interés, las invitamos abiertamente. De esta forma, se desarrolla un discipulado más profundo.

Trabajamos en la sede que tienen, justamente para que puedan seguir viéndonos y sigamos juntos, ayudándoles en sus quehaceres. En el lugar, tenemos el proyecto de hacer una escuela bíblica durante los meses venideros, para ir profundizando e ir enseñándoles la Palabra de forma constante —idealmente, todas las semanas—, utilizando el espacio común que estamos embelleciendo.

LC: ¿Cuál es la principal diferencia que encuentran entre la aceptación de la fundación en Chile y en Argentina? 

N: La verdad, se trata de un tema cultural; la gente de Córdoba es especialmente muy cariñosa y receptiva, lo cual nos ha dejado una buena impresión. Es muy acogedora, está abierta a recibir ayuda, comparten mucho junto a nosotros y, además, como somos extranjeros, esto les llama la atención. Siempre nos hablan y dicen: “Miren, llegaron los chilenos”. Así que, en ese sentido, no hay diferencia en la recepción que teníamos en Chile. 

LC: Si alguien estuviera interesado en sumarse en Córdoba, ¿cómo puede hacer? ¿Tiene que reunir alguna característica en especial? 

M: ¡Hay muchas formas de ser parte del trabajo que estamos haciendo con “Más que felices” en Córdoba! Por un lado, ayudando a través de donaciones, dinero o en distintas cosas que puedan ir recolectando. Por ejemplo, ahora vamos a empezar con la campaña de Navidad. Pueden entrar en contacto a través de nuestras redes en instagram . Allí podrán encontrar toda la información para ser parte.

Si es para trabajar junto a nosotros como voluntarios, lo principal es que podamos conocernos y que tengan una participación activa en su iglesia local. Asimismo, los directivos de la fundación tienen que dar su aprobación, sobre todo por los requerimientos específicos de cada campaña. Por ejemplo, se hacen operativos en calle, con recorridos nocturnos, en invierno, y para eso es necesario ser mayor. También se puede participar en la “fiesta de la alegría”: necesitamos bailarines, músicos, monitores, gente que nos ayude con la seguridad y que tengan mucho amor para entregar. Por sobre todo, que tengan a Cristo manifiesto para ser una expresión de Él a los niños y a las familias. 

LC: Un mensaje, una reflexión final

N: Una de las frases que tenemos acuñadas como fundación es “mejor es dar que recibir”. Creo que es un lema que resume mucho la vida de Cristo, quien se entregó por nosotros por amor, sin pedir nada a cambio. Eso es algo que nos marca y lo queremos recalcar para quienes estén leyendo esto, una invitación a que puedan activarse en el amor, en la misericordia, en la entrega, en llevar el mensaje de una forma distinta. Que se animen a concretar esos sueños que Dios ha puesto en su corazón de llevar el amor de Cristo. 

Como fundación, creemos que el afectar la mente y el corazón de un niño con el mensaje del Evangelio puede marcar la diferencia y guiarlos a una nueva forma de hacer las cosas.

Muchas veces, nos hemos encontrado en lugares complicados, con altos niveles de drogadicción, deserción escolar, delincuencia y violencia; los niños, lamentablemente, se crían en esos ambientes y, al ser pequeños, no saben que hay otra forma de hacer las cosas, de ganarse la vida honradamente; por eso, como fundación, queremos marcar la diferencia y que ellos puedan ver que hay una alternativa mejor; deseamos alcanzar su corazón para que puedan cambiar su rumbo. Ayudar a la gente las marca en amor y se abren a recibir el amor de Cristo, también.

Chechu Tejeda
Chechu Tejeda
Nació en Río Cuarto. Vive en la ciudad de Córdoba desde hace 10 años y allí ha participado como oyente y disertante en jornadas de capacitación y ministración para jóvenes y adultos. Tiene pasión por comunicar y estar entre los jóvenes. Ha participado como co-conductora en programas de radio y como conductora de eventos. Convencida de que la verdad es lo único digno de comunicar, es lo que la motiva a usar los medios de comunicación y redes sociales para transmitir la buena noticia.

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