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Lucas Guzmán: “Tengo la convicción de que conocí más que un Dios a un Padre”

El taekwondo se volvió en los últimos años un deporte más conocido; lo hemos visto más seguido gracias a los Juegos Olímpicos y nos hizo conocer las grandes historias que rodean a los deportistas. 

El medallista olímpico argentino de taekwondo, Lucas Guzmán, nos aseguró que luego de aceptar a Jesús las cosas para él comenzaron a suceder. El campeón nos comentó que “durante todo el proceso, me ayudó a conocer y aprender de Él el saber que no hace falta hablar para predicar, sino que con el ejemplo ya estamos haciendo algo”.

Lucas nació en Merlo, Buenos Aires, el 17 de julio de 1994, desde hace más de 12 años forma parte del Seleccionado Nacional Argentino de Taekwondo WT, y actualmente se encuentra terminando la Licenciatura de Alto Rendimiento Deportivo en la Universidad de Lomas de Zamora.

“Desde mi niñez tengo el recuerdo de ir de compras a los negocios cercanos de casa y al regresar miraba con gran asombro el cielo, y generalmente veía una estrella fugaz, la cual llamaba tanto mi atención que decía en mi interior, tiene que existir un Dios, que seguramente me está viendo”, comentó Lucas sobre su primer impacto con el señor.

Además, agregó “al tiempo le insistí a mi mamá para ir a una iglesia, había a dos cuadras de casa una católica, a la cual asistí con mucho entusiasmo, el primer día dibujamos, pero el segundo día teníamos que tomar apuntes de la Biblia. De repente me venció el sueño, porque con la motivación que tenía me desperté muy temprano, por ese motivo me quedé dormido en medio del sermón, lo que fue muy vergonzoso para mí. Interiormente sentí que lo que fui a buscar no lo pude encontrar y me frustré, dije ‘Dios no es para mí’”. 

En plena etapa de crecimiento, Lucas volvió a buscar a Jesús. “Iniciando mi adolescencia, tenía muchas peleas con mi papá, por esa razón mi madre me preguntó si quería asistir a una reunión de jóvenes en una iglesia cristiana a la cual ella había comenzado a ir. Me dijo con todo el dolor del mundo que ella ya había vivido eso en el lugar donde se crió, definitivamente ya no quería ver más violencia en casa. Me incorporé a las reuniones, a las cuales asistí con mucha vergüenza y me costaba muchísimo expresarme, la timidez siempre fue uno de los gigantes a vencer, pero ese día conocí a un Dios más cercano, que estaba interesado en mí. Era evidente que proyectaba mi primera frustración en todo lo que vivía y se relacionaba con Dios, por eso siempre pensé que Él era para otros y no para mí”. 

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Taekwondista Lucas Guzmán

Así fue como Lucas tuvo un encuentro real con Jesús. “En un llamado encuentro con Jesús de tres días puse a prueba una pregunta que estaba en mi mente referida a su existencia, ya que en la escuela la mayoría de mis compañeros decían orgullosos y seguros que no había ningún Dios y a quien creía lo sometían a la burla. En medio del evento el orador dijo palabras que retumbaron hasta lo más profundo de mi corazón, evidentemente ningún mortal podría saber con exactitud todo lo que yo estaba viviendo y todos los complejos y traumas que cargaba. A los minutos sentí un abrazo y una cálida brisa a mi alrededor, lloré tanto que no podía estar sobre mis pies. Desde ese momento tuve la fuerte convicción de que había conocido algo más que un Dios, sino un padre y un amigo cercano”.

Todo a su alrededor se transformó desde que conoció al Creador, es por eso que dice “en menos de un mes mi vida cambió radicalmente y viví momentos únicos e inolvidables que eran una clara evidencia de una nueva naturaleza o nacimiento”.

Aunque también cuenta que no le fue fácil mantenerse, “sufrí un evento desagradable y me rehusé a seguir ese camino (…), tuve muchas idas y vueltas, hasta que en un momento sentí que alcancé el modelo ideal que impone la sociedad o cultura, pero me sentía infeliz e insatisfecho”.

Además agregó, “sinceramente miré hacia atrás y vi a ese chico de 13 años, pero también vi un abismo. Me sentí tan contaminado, tan sucio, tan perverso, tan malo, que me resultaba imposible volver a vivir lo mismo, puse todas mis fuerzas en disciplinarme en la oración y en la lectura de las escrituras, pero en esos meses parecía que nada ocurría. Empecé a cuestionarme lo que viví en mi adolescencia, creí que fue todo una fantasía, una emoción. Aunque en ningún momento bajé la guardia y quería insistir con todas las alternativas posibles, en medio de este proceso me entero del diagnóstico desalentador de mi mamá, un cáncer terminal y entré en una depresión fatal”.

Pero el señor lo volvió a buscar, para encontrarlo definitivamente. “Un día tan poco común como un 24 de diciembre, una mujer misionera visitó mi casa, en ese día inolvidable volví a sentir al Dios de mi adolescencia. Tenía muchos amigos que me invitaron a los lugares donde ellos congregaban, algunos hasta me predicaban y yo tenía en mi mente una cosa que le pedía a Dios ‘ya no quiero que me prediquen o me inviten a congregar, yo quiero verte’. Ese día antes de que aquella mujer dijera algo, yo pude ver a Dios, y a los minutos entré en llanto, desde ese día mi vida fue en constante transformación y Cristo continúa perfeccionando su obra en mí”.

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Lucas Guzmán, taekwondista argentino

En 2011 y con mucho sacrificio, los Guzmán crearon en su hogar la Academia Sung-Do, un gimnasio de 10 por 10 metros. Allí fue donde vino el despliegue final, que comenzó con la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010. Más tarde, a los 20 años, alcanzó el sexto lugar en el ránking olímpico de su categoría (hasta 58 kilos), y luego llegó el meritorio quinto puesto en el Mundial de Rusia. “El deporte es la expresión de los valores que Dios fomentó en mí”.

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Lucas Guzmán, campeón de taekwondo

«En ese momento quería agradecerle a Dios, en primer lugar, por haberme dado la posibilidad de llegar a la final y ganarla. Tengo cuatro Panamericanos de Taekwondo en los que llegué a la final y perdí. Pero esta vez fui con Dios y ese era mi objetivo. Más allá de ganar o perder, quería que estuviese conmigo acompañándome. Y le agradezco a Él por todo”. Lucas desde hace más de 12 años practica el deporte de manera profesional, hace 3 años daba este testimonio a minutos de haber conseguido la dorada en Lima, además de las medallas obtenidas en Singapur y Lima, consiguió la de bronce en el Campeonato Mundial de Manchester 2019, en los Panamericanos de Toronto 2015 y Spokane 2018, y las plateadas en Aguascalientes 2014 y Querétaro 2016.

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Lucas Guzmán

Además, Guzmán tuvo reconocimientos a lo largo de los últimos años, en 2019 obtuvo el Olimpia de Plata (Deportista del año en Taekwondo), un diploma de mérito en los Premios Konex 2020 (Reconocimiento al Deportista) y un diploma de distinción por la actuación destacada en los Panamericanos 2019, entregado por la Cámara de Diputados de la Nación

Hoy en día el campeón argentino mantiene una gran comunión con el Señor, de una manera impresionante, “comunión para mí es vivir a Cristo en lo común, en lo simple, en el día a día, en lo cotidiano de la vida. Mantengo una disciplina en la lectura de las escrituras, mi mejor momento en el día es la oración, mi mayor desafío es ganarle a la naturaleza bestial y expresar a Cristo desde el ámbito que me rodea”.

Luciano Peiteado
Luciano Peiteado
Periodista, redactor y conductor de radio. Trabajo con adolescentes en Presencia de Dios. Contratado por el Cielo para llevar a Jesús a las personas.

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