«Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no dejaré que nada me domine”. 1 Corintios 6:12
Lleguemos antes que las drogas a la vida de las personas, porque aunque el que consume crea que no hay ningún tipo de riesgo, somos miles los que podemos asegurar que si los hay. No corramos más el problema de atrás. Muchos de los que se iniciaron en el consumo, nunca más pudieron dejar de consumir. Otros lo logramos pero luego de haber atravesado innumerables consecuencias.
Pasé parte de mi niñez y toda mi adolescencia consumiendo drogas, delinquiendo violentamente y pensando en quitarme la vida. Vi cómo el consumo acabó con varios de mis amigos por sobredosis y suicidios. Otros que abusaron, lastimaron o violaron a otra persona bajo los efectos de las drogas. Estas son algunas de las razones por las que yo puedo decir que no se trata de ir de a poco ni de a mucho, directamente no hay que ir por ahí.
Son miles los que por múltiples problemas, crisis, traumas, soledad, presiones y otras causas buscan refugio y anestesian sus vidas con el consumo, que finalmente lo único que hacen es empeorar las cosas, porque tarde o temprano ese camino traerá sus consecuencias. Así como las causas son múltiples, las consecuencias también.
«Prevenir a las nuevas generaciones frente a los consumos problemáticos de sustancias debe ser una prioridad para la iglesia».
Matías Kornetz
En Argentina, según las estadísticas que ofrece el observatorio del Sedronar, las drogas que más muertes causaron en los últimos años, ya sea de manera directa o indirecta son: en primer lugar el alcohol, luego el tabaco, seguido por los estupefacientes y las sustancias ilícitas. Dentro de esas muertes hay que mencionar el suicidio como la segunda causa de muerte entre jóvenes y adolescentes. Muchos de esos suicidios y otros tantos intentos, están íntimamente relacionados con el consumo de sustancias.
Al principio puede parecer placentero y gozar en cierta medida, porque si así no fuera seguro no habría consumidores ni drogadependientes. Pero, cabe advertir que es un proceso lento y progresivo, en el que independientemente de la sustancia que se consuma, el organismo irá desarrollando mayor tolerancia a los efectos e exigiendo el aumento de la dosis para obtener el resultado esperado, el goce y el placer.
Es así que lenta y silenciosamente se va desarrollando la dependencia. Aquello que inicialmente fue una experiencia agradable, se irá repitiendo, con el riesgo de desarrollar un hábito y el peligro de ir abusando lentamente de esas sustancias hasta acabar en la dependencia.
«La enfermedad de las adicciones es una de las más complejas de recuperar porque afecta todos los carriles del desarrollo, en el área física, mental, social, económica y espiritual».
Matías Kornetz
Las estadísticas de recuperación de personas que padecen el consumo de sustancias o la enfermedad de las adicciones es proporcionalmente baja. Los tratamientos, en su mayoría son costosos porque requiere de un abordaje interdisciplinario, que incluye médicos psiquiatras, psicólogos, abogados, trabajadores sociales, operadores, etc.
Muchos de estos tratamientos son de internación lo que hace un costo mayor, pero aún los que realizan un tratamiento ambulatorio también representan un gasto en salud.
Aún así, cabe destacar que dentro de ese bajo porcentaje de recuperación, la gran mayoría son personas que han depositado la fe en Jesús y abrazando los valores, principios y consejos de Dios desarrollando un nuevo estilo de vida.
“Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo”. 2 Corintios 5:17
«Los mismos profesionales de la salud, que hacen a los equipos interdisciplinarios, afirman que cultivar la fe y desarrollar espiritualidad es un factor de protección en todas las personas que lo practican».
Matías Kornetz
Dentro de todas las congregaciones del mundo, en algún momento llega una persona con problema de consumo. Esto no es generalizar, sino describir una característica de esta problemática y es la transversalidad que lamentablemente logró la corrupción, el narcotráfico y el fácil acceso que ofrece el narcomenudeo como estrategia del crimen organizado.
Es un error pensar que el problema con la droga lo tienen los barrios de contextos marginados. Es hora de aceptar que el problema es social y afecta a todos los sectores, niveles económicos y ámbitos. Aún dentro de las congregaciones hay quienes atraviesan problemas de consumo y aún no lo saben o peor, no lo aceptan.
Otro error es pensar que los consumos problemáticos afectan solo a jóvenes y adolescentes. Pueden ser las edades más vulneradas frente a las presiones del sistema, pero no significa que el resto de las edades no estén afectados o en riesgo.
Como Iglesia tenemos muchas fortalezas naturales y me gustaría mencionar alguna de ellas. Contamos con un gran capital humano, un pujante voluntariado, profesionales de múltiples disciplinas, vocación y valores que socialmente sufren peligro de extinción.
«Pero nuestra mayor fortaleza está en la Fe y en el poder de Dios para por medio de Jesús transformar las vidas«.
Matías Kornetz
La esperanza que no falla cuando se trata de clamar por las almas perdidas. Y fundamentalmente el amor para soportar con paciencia las diversas pruebas que nos trae el seguir las pisadas de nuestro señor Jesús. Es por eso que creo firmemente que como Iglesia necesitamos seguir preparándonos en él área de consumos y adicciones. Como en las diversas problemáticas sociales que afectan a las familias.
Potencialmente tenemos todo lo necesario para lograr excelentes resultados en materia de promoción, prevención y postvención. Ahora las preguntas que no debemos perder de vista son, ¿Qué venimos haciendo? ¿Qué resultados obtuvimos?; ¿Qué más podemos hacer para mejorar? y ¿Qué nuevos desafíos podemos afrontar? En esta última pregunta, creo que la promoción, la prevención y la prevención deben ser nuestros próximos y prioritarios desafíos.
«Tenemos una gran responsabilidad, Dios nos encomendó ir y hacer todo lo necesario para alcanzar a las personas que aún no conocen a Jesús y buscar las estrategias adecuadas para presentar el mensaje de una manera práctica, sencilla y extremadamente profunda».
Matías Kornetz
Debemos posicionarnos en la tarea de prevenir a las nuevas generaciones, porque las presiones de este mundo en relación al consumo, el abuso, la violencia, el suicidio y todas las estrategias de destrucción que opera el enemigo, no se detienen a menos que nosotros, en el nombre de Jesús y con las estrategias adecuadas, nos interpongamos en su camino y desháganos toda obra del mal.
Necesitamos levantarnos como ese ejército del Dios viviente que somos, salar la tierra y llenar de luz el mundo, con la sabiduría de Dios y el valor que Jesús nos da por medio de la fe para hacer todo lo que esté a nuestro alcance y llegar antes que la droga, la violencia, el delito y el suicidio.
Las nuevas generaciones nos necesitan y si nos lo proponemos es posible prevenirlas. Es por eso que desde la ONG “Prevenir es Amar” estamos comprometidos con la tarea de formar agentes en promoción de la salud y la prevención de las problemáticas emergentes para que la Iglesia de Jesús llegue antes que las drogas.