Hoy es un día para celebrar y reflexionar que la Palabra de Dios fue devuelta a su lugar, el pueblo, y no siguió limitada a un sector elitista político y religioso.
Hoy se cumplen 507 años desde que la historia de la iglesia cambió para siempre, cuando Martín Lutero presentó sus 95 tesis en la Iglesia de Todos los Santos de Wittenberg, en el año 1517. A partir de ese momento, se inauguró un nuevo tiempo eclesiástico, una era de transformaciones y cambios en la sociedad, con una serie importante de desafíos teológicos, espirituales, éticos, morales y sociales, que ciertamente afectó la política, la lingüística, la pedagogía y la economía, en primer lugar, de los territorios y principados germanos, que posteriormente se convertirían en la Alemania actual, para luego llegar con fuerza al resto de Europa, y también al mundo.
«Desde la perspectiva social, política y económica, la Reforma es producto de las luchas que se libraban en Europa para mover las instituciones de la época, de los tiempos medievales a un mundo moderno. Y esas luchas, que ciertamente eran tanto espirituales, como políticas, sociales y militares, llegaron a un punto de importancia capital a principios del siglo XVI, cuando Martín Lutero comenzó su ministerio», dice Esteban Fernández, director ejecutivo para américa latina en Bíblica.
De singular importancia histórica y metodológica es que Lutero y los reformadores contaron con la tecnología de comunicación social más avanzada de la época: la imprenta. Esa innovación novedosa fue el instrumento adecuado para popularizar las ideas y las acciones, tanto de Lutero como del Papa. Además, fue determinante en el movimiento de traducción bíblica, pues proveyó la infraestructura pertinente para la impresión efectiva y la distribución masiva de la Biblia de Lutero.
¿Quién fue Martín Lutero?
Martín Lutero (Martin Luther, nacido el 10 de noviembre de 1483) creció en una familia de clase baja, que esperaba que él llegara a ser banquero, pero su insistencia en definir verdades incuestionables, junto con una llamada al auxilio divino que hizo durante una tormenta, le llevaron a convertirse en un monje agustino. Era un devoto, aunque inconformista, sacerdote de la iglesia católica en Wittenberg, Alemania, hasta que su indignación por la política de la iglesia le llevó a cuestionar la autoridad de la misma, especialmente por la venta de indulgencias, que eran documentos que la Iglesia ofrecía a los creyentes para reducir el tiempo que sus almas pasarían en el purgatorio, supuestamente mitigando las penas por los pecado.
Lutero consideraba que esta práctica era incompatible con las enseñanzas bíblicas sobre la salvación por fe y no por obras. En sus 95 tesis, que clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg en 1517, criticó fuertemente la venta de indulgencias y cuestionó la autoridad papal para perdonar pecados de esta manera.
Su desafío a la autoridad papal y su llamado a un retorno a las enseñanzas bíblicas fundamentales lo llevaron a un conflicto con la iglesia, marcando el comienzo de la Reforma Protestante.
El descontento de Lutero se extendió a otras cuestiones doctrinales y prácticas eclesiásticas, pero la venta de indulgencias fue uno de los puntos claves que desencadenó su protesta.
La intención inicial de Lutero no era desafiar la jerarquía eclesiástica ni al papa. Sus 95 Tesis de 1517 fueron una invitación a discutir las políticas y las prácticas de la iglesia que él encontraba conflictivas y en contra de la Biblia. Aunque otros reformadores anteriores ya habían expresado los mismos puntos de vista que Lutero, su personalidad carismática y el uso eficiente de la imprenta, estimularon la aceptación generalizada de su visión del cristianismo.
Martín Lutero y sus amigos
Esta reforma era necesaria para la Iglesia, ya que el sistema establecido hasta ese momento estaba limitado hacia lo político y las cuestiones relacionadas con el poder. La idea de que el Evangelio no era accesible para todos y solo se utilizaba para la manipulación llevó a que Lutero no trabaje solo, sino que fuera acompañado por sus amigos. El documento original, escrito en latín, iba dirigido a una audiencia eclesiástica, pero fue traducido al alemán por sus amigos y seguidores y, gracias a la llegada de la imprenta alrededor de 1440, sus tesis se difundieron por toda Alemania y otras naciones, lo que puso en marcha la Reforma Protestante.
“Para emprender la reforma de la iglesia, Lutero se rodeó de sus amigos y se hizo amigo de sus compañeros de misión. Una y otra vez aparecen en sus cartas, sermones y panfletos el nombre de Nikolaus Von Amsdorf, Johannes Lang, Wenzeslaus Linck, Nikolaus Hausmann, Georg Spalatin, Hans Reinicke, Johannes Bugenhagen, Johann Von Staupitz, Lucas Cranach El Viejo, Andreas Osiander, Justus Jonas, Johannes Agricola, Felipe Melanchtón”, dice Lucas Magnin en su tesis número 12 del libro “95 tesis Para La Nueva Generación”
“Los amigos de Lutero fueron los aliados más importantes en la tarea de la reforma. La diversidad de características de todas esas personalidades, le dio al incipiente protestantismo una inusual creatividad y fuerza”, describe Lucas Magnin.
La reforma protestante no cambió solo la forma de entender el Evangelio, sino de vivirlo y conocer a la persona de Cristo, que se revela a nosotros para vivir una vida de expresión total de Él.
Constantemente nuestra carne tiende a manipular la Verdad para crear beneficios personales y desarrollar a nuestra merced una Iglesia que corra a Dios del centro.
En esta fecha celebramos aquella reforma que tuvo como objetivo volver a centrar al Evangelio en la persona de Cristo, una naturaleza que puede ser realidad en la vida de todos y todas para salvación y glorificación de su Nombre.