Desde su sede en Orlando, Florida, el Proyecto de Cine Jesús —un ministerio de Cru— ha alcanzado un nuevo hito: la traducción número 2200 de la película Jesús, esta vez en bouna, un dialecto del idioma kulango hablado en Costa de Marfil, África Occidental.
Este logro no solo representa una nueva versión del filme, sino un paso más en la misión de llevar el mensaje del Evangelio a cada rincón de la tierra, cumpliendo así con el mandato de Jesús en la Gran Comisión (Mateo 28:19-20).
Lanzada en 1979, la película ha sido proyectada en casi todos los países del mundo, transformando vidas al presentar la historia de Cristo en el idioma del corazón de las personas. Ya en 2012 había sido reconocida como la película más traducida del mundo, con más de 817 versiones. Hoy, sigue ostentando ese título.
“La historia de Jesús nunca ha sido más relevante ni accesible que ahora, y está a punto de llegar a cada rincón de la tierra”, expresó Josh Newell, director ejecutivo del Jesus Film Project.
Newell compartió que aún hay miles de millones de personas que nunca han oído hablar de Jesús, pero que existe un plan claro para llegar a cada una de ellas en los próximos diez años.
Su conexión con esta misión es personal. Hace 25 años, él y su esposa Holly viajaron a Burkina Faso, país vecino de Costa de Marfil. En su último día, una guía local los llevó a una colina desde donde podían ver tierras no alcanzadas. Allí, oraron juntos por aquellos pueblos que aún no conocían a Cristo.
Hoy, esa “tierra más allá” es hogar de 300.000 hablantes de kulango, y la película Jesús ya está disponible en su lengua materna.
“Nos dedicamos a presentar a Jesús a todos, en todas partes, para que puedan seguirlo de verdad e invitar a otros a hacer lo mismo”, añadió Newell.
Un actor de doblaje que participó en la traducción al dialecto bouna —empleado del gobierno local— compartió su entusiasmo al ver que su propio pueblo podrá ahora escuchar la historia de Jesús en un idioma que toca su corazón.
“Cuando te comunicas con alguien en el idioma del oficio… llegas a su mente. Cuando escucho y hablo en mi propio idioma, llega a mi corazón”, afirmó.
El impacto es aún mayor en comunidades como la de Bouna, donde la mayoría sigue religiones étnicas tradicionales y una gran parte es analfabeta. El componente visual de la película facilita que el mensaje de salvación sea comprendido y recibido.
El ministerio ya prepara el estreno oficial de esta nueva versión, junto con futuras presentaciones en la región.
Gracias a los avances tecnológicos, el ritmo de traducciones se ha acelerado notablemente. Se necesitaron 32 años para alcanzar las primeras 1000 traducciones, pero solo una década para duplicar ese número.
Este trabajo no se realiza en soledad: detrás hay iglesias locales, voluntarios, actores de voz y comités de revisión que se unen con un solo propósito: dar a conocer a Jesús.
La visión comenzó en los años 50 con Bill Bright, fundador de Cru, y tomó forma gracias al estratega Paul Eshleman, en colaboración con Warner Bros. Fue Eshleman quien impulsó el lanzamiento del Proyecto de Cine Jesús como una herramienta de alcance global.
Su hija, Jennifer Eshleman Huff, reflexionó recientemente sobre el legado de su padre, fallecido en 2023:
“Así como el pastor deja a las 99 para buscar a la oveja perdida (Mateo 18:12), mi padre creía que todos merecían escuchar acerca de Jesús de una manera que les llegara directamente al corazón”.
Hoy, 2200 traducciones después, el objetivo sigue siendo claro: alcanzar a los que aún no han escuchado el nombre de Jesús.
“¿A quiénes nos falta? ¿Cómo podemos alcanzarlos?”, preguntaba Eshleman. Su vida fue un testimonio del anhelo de Dios de que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).