Existe una historia, divulgada de generación en generación, que dice que a los bebitos los traen las cigüeñas. Y al descender del cielo, cual bendición divina, los coloca en las cunas… “desnudos, sin ropita, sin bolsones de pañales, sin litros de leche, y así se va… la muy amarreta”.
Bueno, también hay otras leyendas que declaran que ¡viene con el pan bajo el brazo!, o la que, con mucho amor para alentarlos y no pinchar el globo a los padres ante tamaño desafío (si no es el primero) comentan: “¡Despreocúpense, que donde comen dos… comen tres!”.
Ideas de cómo tomar en el aire al bebé cuando la cigüeña lo lance
No se coman toda la miel. Cuando los novios tienen la idea de casarse y emprender su propia familia, deles este consejo: “No se gasten todo en la Luna, dejen algo para la Tierra”. Muchos gastan todo lo que tienen y lo que tomaron endeudándose para “el” día del casamiento, sí, es solo un día, y para la luna de miel, que son quizá siete días como mucho.
Es probable que, por deseo o “casualidad”, en un año o dos tengan un niño y no pueden estar sin darle una mamadera porque aún están con el “Ahora 18” del viaje que hicieron a la “luna” y que a veces fueron a 10 km de distancia. Pero lo pagan con intereses como si de verdad hubiesen ido a la Luna. No podemos pasar de la miel a la hiel financiera en un año. ¡No se gasten toda la miel, dejen algo en el tarro para cuando deseen entrar a la etapa de ser papis!
Pidan consejos o pedirán ayuda. Los consejos se piden previos a una decisión, es diferente a requerir ayuda, que suele ser posterior al hecho. Ni bien tengan la mínima idea de tener hijos, consulten con tres parejas que sean padres. Que ellos los pongan en situación, les brinden su acompañamiento y orientación en temas como: obra social, prepagas, partos, costos, licencias, ahorro, organización del tiempo, intromisión de familiares, etc. ¡La cigüeña tampoco trae un manual… para eso están los amigos y referentes!
Los padres son ustedes. No planifiquen bajo el famoso principio de: “No hay drama, total…”. Total…: Tu mamá nos da tal cosa, tu hermana lo puede cuidar, total tenemos la cuna de tu sobrino, total tu jefe puede ayudarte con… Intenten no arrancar más “desnudos” ustedes que como el bebé viene al mundo.
El primer cordón que hay que cortar es el de ustedes en este sentido financiero.
No digo no recibir ayuda, solo que no especulen tanto con la “suerte” o buena voluntad social porque es perjudicial. Tampoco se apoyen en el amor de Cristo que hay en el corazón de los hermanos, o que los abuelos desean tanto un nieto que van a ¿mimarlo?, ¿malcriarlo? Aprovisionen planificando bien los tiempos. ¡Ya sabemos en cuántos meses la cigüeña amarreta hará el desembarco desde que encargamos!
¿Podemos comprar un auto? Sin lugar a duda, criar dignamente un hijo conlleva, mínimamente, ¿15 mil pesos mensuales? Así como saldría mantener un auto dignamente. O sea, si no podríamos comprar un auto porque no podríamos mantenerlo por los gastos (seguro, nafta, patente, repuestos, multas, etc.), tener un hijo sería muy similar.
Quizá tengan que esperar un poco para ser papás y meterle con todo a la preparación antes de que venga la cigüeña. Busquen, antes de la llegada del niño, generar este monto de dinero como base con alguna mejora de sueldo o ingresos extras. Pero no descansen en el “Donde comen dos…” ni en el que me adjudiquen el “auto” y después veo cómo pago las 84 cuotas.
Lean antes. No hay un manual para ser padres, dicen; pero sí hay muchos sobre finanzas en este aspecto. Charlen profundamente sobre el tema antes de ser papás, lean materiales que los obliguen a mentalizarse de la próxima etapa que se les viene y mejoren la administración y planificación financiera.
¿Lo cargo a upa o me cargará a mí? No hay padre que no haya subido sobre sus hombros a su hijo de niño. Por ello, debemos esforzarnos para que cuando empiecen a crecer nosotros no estemos sobre los hombros de ellos por nuestras necesidades financieras no resueltas y les hagamos lento el camino al progreso.
Si ustedes se sienten mal en la actualidad por una crianza que no fue la indicada, les aseguro que aún tienen posibilidad de que cuando sean viejitos hayan aprovechado bien estos años por venir y su hijo no deba cargarlos a ustedes en sus hombros.
¿Toman el desafío? Si de arranque lo hicimos mal, aún no está echada a perder nuestra “carrera” de padres. Aunque hayamos rengueado gran parte de los primeros kilómetros, aún la cinta de llegada está lejos y podremos alcanzar la verdad que dijo Pablo en 2 Corintios 12:14:
“Miren que por tercera vez estoy listo para visitarlos, y no les seré una carga, pues no me interesa lo que ustedes tienen, sino lo que ustedes son. Después de todo, no son los hijos los que deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos”.
Si la primera etapa fue “olvidable”, les recuerdo que la paternidad da revancha y puede ser brillante. Por eso no se equivoquen, de ahora en más, cuando observen al cielo, dejen de mirarle los bolsillos a la cigüeña y busquen a Dios y su sabiduría.
Me pongo a disposición para ayudarlos con esto. Espero que lo deseen aprovechar porque las veces que supe de padres que le enviaron carta documento a la cigüeña amarreta jamás escuché que hayan tenido éxito.