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Gabriel Ballerini: «La Iglesia debe tomar una posición superadora a la grieta existente»

Gabriel Ballerini, profesor de Teología y bioeticista, reflexiona sobre los algunos hechos producidos en el mes de junio.

LC: Hace 10 días fue sancionada la Ley de Equidad en la Representación de los Géneros en los Servicios de Comunicación de la República Argentina, el objetivo es la «inclusión laboral para personas trans, travestis y transgénero, donde se establece que el Estado deberá contratar al menos el 1 por ciento en la dotación de la administración pública», ¿por qué se hace esta distinción?

GB: Efectivamente se aprobó esa ley para condicionar a los medios a cumplir con una serie de requisitos para poder tener preferencia en el reparto de publicidad oficial. Es decir, que a partir de esa nueva ley el Estado estará promoviendo lo que ellos llaman “equidad de género” en los medios de comunicación, incluso en los privados, que consiste en obligarlos a contratar a travestis y transgéneros en una proporción no inferior al 1% de la totalidad del personal. Bajo la amenaza de limitarles la pauta oficial.

El objetivo de esa ley, según lo explica el colectivo de diputadas feministas del Frente de Todos que la impulsó, es “promover la diversidad sexual y erradicar los estereotipos machistas y patriarcales”.  En este sentido, considero que cualquier ley de cupo es altamente discriminatoria e injusta.

La igualdad entre el hombre y la mujer emana de su condición humana, de su ser pleno en cuerpo y espíritu, y ambos deben desarrollarse hacia su plenitud sin cupos protectores, ni por su orientación sexual ni por cualquier otra causa, porque según el Artículo 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres humanos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley”.

«LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO ATENTA CONTRA LA ÚNICA IGUALDAD QUE ES LEGÍTIMA Y JUSTA Y ES LA IGUALDAD DE TODAS LAS PERSONAS ANTE LA LEY Y CONTRA LAS LIBERTADES FUNDAMENTALES»

Gabriel Ballerini, profesor de Teología y bioeticista

La Constitución Nacional Argentina afirma también que todos somos iguales ante la ley. De modo que, una ley de cupo atenta contra la meritocracia, porque es una ley que obliga a un empleador a contratar a alguien no por su idoneidad o sus capacidades profesionales, sino por su orientación de género.

LC: Entonces en este sentido, ¿qué nuevas medidas deben tomar los empleadores?

GB: Los empleadores estarán obligados por ley a contratar travestis, personas trans, queer, inter, y todas las orientaciones sexuales distintas tienen que tener el cupo correspondiente. Esto es realmente discriminador. Esta ley feminista que supuestamente pretende reivindicar a la mujer y establecer la “equidad” representa todo lo contrario. Perjudica a la mujer, y el feminismo atravesado por su ideología de género no lo percibe.

La ley de cupo “es machista e injusta” porque sí obliga a los medios de comunicación a emplear travestis; en realidad, estará quitando un cupo a la mujer para dárselo a un hombre autopercibido como mujer pero realmente hombre al fin.

LC: Con esta normativa, Argentina se convirtió en el primer país del mundo que cuenta con una ley de paridad en la representación de los géneros en los servicios de comunicación e información nacional en el que se incluye una serie de requisitos como tener “preferencia” en el reparto de publicidad oficial y la “promoción del uso del lenguaje inclusivo” ¿estas ideas están imponiendo una ideología para la sociedad?

GB: Como si esto fuera poco, además la ley incluye la “promoción del uso del lenguaje inclusivo”. Es decir, todos los canales de televisión, radios y demás medios, deberán distorsionar el lenguaje, dejar de hablar correctamente el idioma español, para usar lo que la comunidad LGTB ha denominado “lenguaje inclusivo”, que no es más que una imbecilidad superlativa rechazada oficialmente en varias oportunidades por la Real Academia Española.  

¿Cómo puede ser que una ley obligue a los medios de comunicación, gente profesional en el uso del lenguaje, gente que sabe comunicar, esta ley obliga a reacondicionar el lenguaje? ¿Para mejorarlo? No. Para degenerarlo. Eso no es lenguaje inclusivo. Es la imbecilidad del lenguaje en su máxima expresión. Y lo digo no en forma peyorativa sino absolutamente descriptiva.

Recientemente, a comienzos de junio, hemos escuchado a la vicegobernadora de Chaco hablar de “los equipos y las equipas” y eso fue durante la presentación de un manual “para una comunicación no sexista” en el marco del Día del Periodista. Es decir, el Gobierno además de imponer por ley la estolidez del lenguaje inclusivo, pretende también enseñar a hablar a los periodistas en una comunicación “no sexista”. El nivel de enajenación, trastorno y desequilibrio en estas políticas públicas es muy alto. 

LC: ¿Qué cambios se producen en la política con esta ley?

GB: Con esta nueva ley el Gobierno estará obligando a los medios de comunicación, bajo amenaza de quitarles la pauta oficial, a que promuevan este tipo de burradas. La inclusión no pasa por una “e”, una “o”, una “@” o una “x”. Eso no es inclusión.

«La inclusión es tratar con respeto a todos por igual, aceptar a la gente como es, aceptar las diferencias de todos»

Gabriel Ballerini, profesor de Teología y bioeticista

Y digo de todos porque cuando se habla de “diversidad” se apunta a que la sociedad bienpensante deba aceptar los postulados de género. Pero esos mismos que piden inclusión son los que pretenden imponer desde el Estado un pensamiento único y terminan excluyendo al resto de la sociedad que desea conservar valores y hablar correctamente.

Lenguaje inclusivo” es enseñar a hablar con respeto a un anciano, con dulzura a un niño, con firmeza a un infractor, con amor al prójimo, con esperanza cuando se habla del futuro. Esto es inclusión. La inclusión no pasa por decir “les diputades”, “les chiques”, “los, las y les estudiantes”. Un verdadero sistema inclusivo es el braille para comunicarse con un no vidente, por ejemplo; o una lengua de señas para comunicarse con personas con sordera. Incluir no es cambiar letras, sino una actitud de amor y respeto hacia el otro.

LC: Los medios de comunicación construyen e influyen también la sociedad ¿qué posición debería tomar la Iglesia ante esta imposición de pensamiento?

GB: La influencia moral y social de los medios de comunicación es uno de los temas que genera mayor preocupación entre los padres de familia y cristianos de este tiempo. Los que mandan en los medios de comunicación siempre le dan a sus contenidos el marco ideológico preferido. Pero no hay ninguna garantía de que esos contenidos sean los mismos que sostenga mayoritariamente la audiencia.

«Creo necesario en este tiempo que la Iglesia debe tomar una posición superadora a la grieta existente y proponer un cristianismo transformador de la cultura»

Gabriel Ballerini, profesor de Teología y bioeticista

Se llaman “influencers” a aquellas personas que cambian la opinión de los que les rodean o les siguen. Alguien definió “liderazgo” precisamente con la síntesis de una sola palabra: influencia. Y ése es el gran desafío que tenemos los cristianos en este tiempo. Ejercer la mejor influencia no solo para predicar el Evangelio sino también para transformar la cultura con los valores del Evangelio.

Necesitamos en este tiempo ver el ejemplo de hombres y mujeres de Dios siendo usados para influenciar y dejar un mensaje a su generación. Cuando pienso en esto, me acuerdo de Juan el bautista. Luego de su muerte, fue reconocido por Jesús como un gran influencer. Un hombre que preparó el camino para que Jesús sea reconocido y que las personas que no tenían voz de Dios pudieran recibirla y conocer al Cordero de Dios que venía a quitar el pecado del mundo. Cuando Jesús recordó a Juan, dijo: “Él era una antorcha que ardía y alumbraba”.

Oro para que como Iglesia podamos ser esa voz en el desierto, esa voz en el aula, en la universidad, en el trabajo, en la familia.

Gabriel Ballerini, profesor de Teología y bioeticista

Esa voz que no calla, que no se deja amedrentar por la influencia de los medios, por la cultura y el mundo alienado de Dios. Por el contrario, que podamos ser esa voz que con denuedo, pasión y entusiasmo anuncia un poderoso mensaje que ejerce influencia y ayuda a transformar la cultura con los valores de Dios.

LC: Luego de esa ley, ese fin de semana salió una lista en la que categorizan de «conservadores” a más de 400 personas y entidades ¿qué medidas debería tomar el Estado ante esta situación ya que incumplen la libertad de pensamiento?

GB: Cierto, la persecución ya empezó; nos pusieron en una “blacklist”, una lista negra, nos llamaron antiderechos, conservadores, retrógrados y algunas otras cosas más, por la simple razón de defender la vida, la familia y los valores cristianos que son en definitiva el mejor fundamento moral para una nación.

No me preocupa que me llamen “conservador”, al contrario, para mí es un título de honra. Para mí fue un privilegio haber estado es esa lista negra, que fue financiada por Soros y la IPPF, ya que al parecer, están preocupados por el avance de referentes conservadores y la nueva derecha argentina. Meses de investigación y millones de pesos gastados en sueldos para periodistas, programadores para el armado de ese sitio web. Realmente increíble.

Seis periodistas feministas se pusieron a hacer esas listas con los nexos de cada uno, publicando nombre y apellidos, fotos. Hicieron una investigación trazando un mapa de los vínculos que tenemos entre nosotros, ponen familiares y amigos.

el punto más complicado es que lo hicieron con el financiamiento de IPPF (International Planned Parenthood Federation), que es la organización abortista más grande del mundo

Gabriel Ballerini, profesor de Teología y bioeticista

Lo cual le trae más oscuridad a este trabajo. Si hay una lista es para algún fin específico. ¿Cuál es ese objetivo? Ese objetivo lo conocen quienes lo financiaron. Legisladoras feministas votaron en contra del proyecto de ley para hacer un Registro Nacional de Violadores, porque dijeron que era estigmatizante. Pero crear y hacer una lista negra de providas y gente bienpensante que defiende valores, la vida y la familia y publicar sus datos personales con foto, ¿no es estigmatizante?

Pero el impacto que pretendían lograr se transformó en escándalo el mismo domingo cuando comenzaron a circular nuestras fichas. Fue tal el rechazo y el repudio de la gente hacia esa lista que, en seguida comenzó a instalarse #LaGestapoArgentina como tendencia en Twitter, vinculando esa acción con el feminazismo. Ya que todos pudieron notar que esa lista negra se pareció más a una tarea de inteligencia que a un trabajo periodístico.

LC: ¿Qué normativa en relación debería tratarse? ¿en Argentina todos pueden expresar sus convicciones?

GB: Podemos tener pensamientos distintos, de hecho muchas notas hablan sobre nuestra manera de pensar pero el marcarnos con nombre y apellido, fotos, antecedentes y vínculos políticos, sociales, relaciones, amistad, no corresponde. Así operan las dictaduras en el mundo. Listas que hace un gobierno de facto para perseguir. Primero te ponen en una lista de personas y organizaciones, acusadas ¿de qué? Acusadas de ser conservadores. Conservadores de las buenas costumbres. Conservadores de los buenos valores. Conservadores de la tradición judeocristiana.

Un Gobierno normal no debiera permitir este tipo de acciones, ya que por ejemplo, la Ley de Protección de Datos Personales prohíbe la confección de bases de datos con información sobre filiación y vínculos de las personas, ya que los considera datos sensibles. Pero no tenemos un Gobierno normal. Recientemente el mundo ha escuchado al presidente de Argentina en una de las declaraciones más xenófobas y racistas escuchadas cuando dijo “los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos de Europa”.

El INADI, que se supone debiera ser el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, está dirigido por una funcionaria feminista que discrimina y se burla de quienes no encuadran en su marco ideológico. En Argentina vivimos en un tiempo donde muchos gozan de privilegios ideológicos, y otros somos perseguidos, cancelados, enlistados o señalados simplemente por expresar nuestras convicciones y valores cristianos.

LC: ¿Cómo se deben tratar estos temas entre los cristianos? ¿Cuál crees que debe ser la reacción de ellos en este tiempo?

Frente a una imposición progresista, la reacción debe ser conservadora. Por supuesto. El progresismo es abortista, antifamilia, prolésbico, progay, cristofóbico y anti-Dios. Y frente a esa batalla cultural, los cristianos deben ser “conservadores”, entendido conservadores “en lo moral”, es decir, tratando estos temas en el marco de referencia de los valores del Evangelio, con mucho respeto hacia el prójimo, con inclusión y respeto hacia el que piensa diferente, pero con un fuerte sentido de la justicia y la verdad.

«Hoy nuestros países están atravesados por una cultura, por un pensamiento, por una política, por una dirigencia contraria a los valores y principios de Dios»

Gabriel Ballerini, profesor de Teología y bioeticista

Por eso es necesario una “reacción conservadora”, una generación que se levante para ser lumbrera, para ser una antorcha encendida, para alumbrar, para traer luz, para marcar tendencia, para ser influencers, para afectar la cultura con los valores del Evangelio. Dios está levantando a esa generación con un criterio diferente, con un pensamiento diferente, con un juicio diferente, con un espíritu diferente. Valientes que no temen aparecer en una lista negra, sino que trabajan, militan y se esfuerzan para ser la luz del mundo y la sal que esta tierra necesita.

Redacción
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