Desde los 14 años venían pasando cosas en mi cuerpo que no tenían sentido, hasta que a los 17, después de que una neuróloga pidiera hacerme una resonancia magnética, me diagnosticaron esclerosis múltiple.

Por fin los hormigueos en los pies, la falta de sensibilidad en la mano derecha y la debilidad en mis miembros inferiores tenían un motivo, y un nombre. Le dije a la doctora que no me preocupaba porque Dios me iba a sanar, y ella se rio. Aun así me dio esperanzas porque era joven y la enfermedad poco avanzada. Entonces comenzaron los tratamientos, las inyecciones, los medicamentos y las cadenas de oración.

«Lo diferente que tenía de mis pares era que en vez de ir al boliche el sábado a la noche, iba a la reunión de jóvenes de mi iglesia»

Laura “Lalu” Fernández, fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica de 35 años que sirve en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó

De niña aprendí de Jesús, de adolescente lo anhelé y a los 18 años se reveló a mi vida.Esto revolucionó completamente mi espíritu y mi corazón. Poco antes de mis 19 años decidí hacer una Escuela de Discipulado y Entrenamiento (EDE) en JUCUM con el objetivo oculto de que el Señor me revelara por qué me enfermé, para poder ser libre y sanada. 

Tenía todas las fichas puestas en la semana de sanidad interior, donde esperaba que Dios mostrara algo en el pasado que haya sido gatillo para el nacimiento de la enfermedad, como algo no perdonado o algún suceso malo suprimido por mi subconsciente. Lo que Él le reveló a quienes me ministraban fue que había incredulidad en mi vida. ¿Incredulidad? Pero ¡si yo creo en Dios! Ustedes no saben nada.

Así que creo que ese fue mi primer intento frustrado de convencer al Señor de que estaba lista, abierta y digna de recibir mi milagro. Esa escuela fue, de todos modos, un antes y un después en mi caminar con Él. 

La sensación fue como si alguien estuviera abriendo mi cráneo, retocando mi cerebro y poniendo un millón de ideas nuevas. Ideas de transformación, revolución, identidad. Me vi de a ratos con una espada en la mano en plena batalla espiritual por algún recóndito lugar del mundo y poco después en brazos de Papá, tratando de comprender la inmensa magnitud de su amor hacia mí.

Laura “Lalu” Fernández realizando fotografías para el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó.

El Señor comenzó a sanar mi autoestima

No me había dado cuenta hasta ese momento, pero odiaba todo de mí. Mi personalidad, mi forma de hablar, de pensar, de relacionarme, mi cara, mi cuerpo. Entonces todo lo que hacía y decía era en el fondo un intento desesperado de recibir validez, aceptación y amor de los demás. Era inteligente, hacía el comentario gracioso en el momento justo y hacía reír, y esa era mi arma más poderosa para sentir que a la gente le agradaba. Pero en el fondo, mucho autodesprecio. 

Pero Dios comenzaba a mostrarme cuánto me amaba y me di cuenta de que cuanto más amada me sentía por Jesús, más me amaba a mí misma, y por consiguiente, amaba a los demás. “Amen a su prójimo como a ustedes mismos” tiene mucho sentido.

Para la fase de viaje misionero de la EDE, fui con un equipo a Córdoba. Un día estaba sola frente a un lago rodeada de cerros hermosos y le dije al Señor “Qué hermoso todo lo que creaste” y Él me respondió: “Sin embargo tú eres lo más lindo del paisaje”. Si estuviera escribiendo esto en WhatsApp pondría el gif de la mujer desmayándose, porque, ¿cómo no morirse de amor después de ese piropo?Ahí me di cuenta, realmente somos la corona de su creación.

«Los paisajes más bellos del mundo no se comparan con sus hijos en cuestión de diseño, complejidad, y sí, de belleza»

Laura “Lalu” Fernández es una fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó

Así y todo, ese viaje fue muy desafiante para mi salud. Mis piernas estaban muy débiles, y aunque descubría los dones de discernimiento y profecía que Dios había puesto en mí cuando caminábamos por la ciudad y Él me mostraba lo que pasaba en el reino espiritual. La poderosa caminata de intercesión se tornaba en tortura en medio de un brote de esclerosis múltiple. 

Es muy difícil explicar lo que pasa en el cuerpo durante uno de esos brotes. Porque usé la palabra “débiles” pero no es tan así. Las piernas (o lo que le toque a cada persona que sufre de esta enfermedad) se ponen como adormecidas, entumecidas, a veces electrizadas. Siempre me costó mucho explicar los síntomas. 

La cosa es que volví a Buenos Aires rengueando. Y después de la EDE las cosas no mejoraron. Por un lado mis tiempos con Dios eran puro fuego. Por el otro mi cuerpo desfallecía. Cada paso era levantar peso pesado, y cada cuadra una maratón. Sumado a eso, empecé a hacerme pis encima. Otro síntoma de la enfermedad. Y para fin de ese año, no tenía equilibrio y ya no podía sostenerme en pie por mí misma. 

Después de rendir los exámenes finales del primer año de la carrera que estaba cursando, decidí dejar todo, quedarme en casa y hacer rehabilitación física. Mis tiempos con Dios no cesaron pero comenzaron a apagarse, las lágrimas aumentaron junto con las dudas y los “¿Hasta cuándo?”. Vinieron las muletas, el andador hasta que llegó la silla de ruedas.

Sí, confío en mi sanidad completa

Y ocho años después de mi EDE, Dios me llevó de vuelta a JUCUM Ituzaingó, donde todavía estoy. Recibí muchas palabras, profecías. Desde el primer momento el Señor me mostró que mi sanidad era un hecho. 

También, años después de mi ministración de sanidad interior, me mostró que sí había incredulidad en mi corazón. Quizás la misma que no permitía a Jesús hacer milagros en ciertos pueblos.

«Dios me viene diciendo de miles de maneras que voy a volver a caminar»

Laura “Lalu” Fernández es una fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó

Aún antes de dejar de hacerlo, y que si ese es el caso, si la enfermedad fue vencida en la cruz junto con la incredulidad, también lo es en mi vida.Pero debo decir que antes de llegar a ese entendimiento seguí intentando ganarme la sanidad. Seguí tratando de convencer a Dios de que ya era tiempo. Seguí rogando a gritos. Ayuné, declaré, reprendí, pero nada. Recién hace poco tiempo comprendí que ya fue hecho, no es algo que Él tiene que hacer ahora, porque ya lo hizo hace cientos de años, y le costó todo.

Volviendo a mi servicio en JUCUM, esta comunidad misionera me recibió con brazos abiertos, con silla de ruedas y todo. Aún con mis crisis, mis dolores y frustraciones, sabía algo bien: Dios me había elegido para llevar a cabo su comisión, para mostrarle al mundo el camino al Padre: Jesús. 

Porque aún con todos los problemas de la vida y la salud, mi espíritu está lleno y mi alma salvada,

Laura “Lalu” Fernández es una fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó

Aunque muchos viven en un abismo y mueren sin esperanza. Así que me puse en manos del Dueño de la salvación del mundo, y aunque todo parecía ser imposible para mí por mi limitación física, le escuché decir “El cielo es el límite para vos”. Traducción: No hay límite.

Entonces, mientras caminaba en conocer al Jesús sanador, hice lo que pude: estudié fotografía, aprendí diseño gráfico. Dios me habló de ser luz en los medios de comunicación, y me permitió participar en campañas de concientización contra tráfico humano, violencia de género, abuso sexual infantil, aborto y más. 

También realicé salidas fotográficas para poder conectar con otros fotógrafos que no conocen a Jesús. Viajé a otras comunidades misioneras de JUCUM e iglesias del país para enseñar a usar las redes sociales a favor del Reino. Hice sesiones de fotos a personas que necesitaban confirmación de quienes son en Dios. Traduje en español e inglés a pastores, oradores y maestros en diferentes escuelas, congresos y conferencias. 

Cuando estuve internada en un hospital le hablé de Jesús a otros enfermos y discapacitados y oré por ellos. Me entrené para comunicar su mensaje de la mejor manera. Crecí en el Espíritu, crecí en la fe. 

Sé que soy sana (aunque no lo veamos) y que la enfermedad no es un impedimento. La falta de dinero no es un impedimento. La falta de confianza no es un impedimento. Solo me basta su gracia y su poder se perfecciona en mi debilidad.

Sigo creciendo, sigo esperando, consciente de que en la cruz, Jesús se hizo cargo de todo. Y aunque hoy esté peor que al principio, nada me detiene porque entiendo que lo que se ve es pasajero y que yo sirvo, amo y trabajo para el Invisible y Eterno. 

Laura “Lalu” Fernández es una fotógrafa, artista visual y diseñadora gráfica de 35 años que sirve en el Ministerio de Comunicaciones de JUCUM Ituzaingó desde el 2011. 

Juventud Con Una Misión es una comunidad misionera de cristianos provenientes de diferentes trasfondos, culturas y tradiciones cristianas, dedicados a servir a Jesús alrededor del mundo. Servimos principalmente de tres maneras: a través del entrenamiento, la proclamación del Evangelio y al preocuparnos por aquellos en necesidad. Actualmente trabajamos en más de 1,200 lugares en alrededor de 180 países.