Vivimos en tiempos muy complejos; para nadie es un secreto la gran necesidad que tiene la humanidad en la actualidad. Es por eso que los universitarios son una pieza fundamental en el evangelismo y la transformación

A diario escuchamos palabras y vivimos situaciones relacionadas con corrupción, asesinatos, ansiedad, abuso, y guerras. Todo esto es algo que se volvió cotidiano en nuestras vidas. En esta sociedad, donde la desesperanza está tan presente, se hace más que urgente salir a compartir el Evangelio. 

Evangelizar es la acción más esperanzadora que existe; ver vidas transformadas por el poder del Espíritu Santo es emocionante. Compartimos nuestra fe por obediencia pero, también, por la compasión que Cristo pone en nuestros corazones al ver a las personas como ovejas sin pastor.

Estoy convencido de que estamos en un tiempo en el cual los universitarios son pieza clave en el cumplimiento de la Gran Comisión (Mateo 28: 18-20).

Puede que te preguntes ¿por qué la universidad? Es extraño escuchar que la universidad es un campo misionero, pues pensamos que solamente lo son esos lugares y culturas lejanas a nuestro hogar donde quizás poco se habla de Jesús. 

Sin embargo, un  campo misionero es aquel que tiene lugar donde la influencia del Evangelio es mínima. Por ejemplo, la UBA tiene más de 300.000 estudiantes distribuidos en 13 facultades, donde existen pequeños grupos de cristianos con un cierto nivel de compromiso y deseo de compartir su fe, es decir, un gran porcentaje de la población estudiantil no conoce de Cristo y quienes lo conocen afectan poco la vida de sus compañeros, indudablemente es un campo en blanco, donde es necesario sembrar la semilla del Evangelio. 

Otra razón que podemos ver es que la universidad es un campo misionero estratégico, al acercarnos al plano universitario notamos que es un semillero de líderes en campos como la ciencia, la política, las artes, los negocios, las comunicaciones, etc. Hay una posibilidad de que un estudiante que camina por la  universidad hoy, en unos cuantos años pueda tener la oportunidad de lanzar su candidatura y posteriormente ser el presidente de Argentina. 

La iglesia debe ser proactiva y no reactiva, debemos ver la universidad como una oportunidad que beneficie a los demás al impactar con el Evangelio la vida de miles de universitarios que luego tomarán decisiones trascendentales en nuestra sociedad. 

Tristemente y de alguna manera el enemigo ha tratado de colocar los ámbitos educativos como algo que no tiene nada que ver con Dios. Como si fueran polos opuestos, algo que, sin duda alguna, es limitante.

Muchos ven la universidad como un sitio donde se obtiene un título profesional y ya, por miedo al qué dirán o por no saber cómo charlar sobre su fe con sus compañeros. Otros la ven como un lugar de peligro donde pueden caer en garras del ateísmo o el humanismo alejándose de Dios y solo prefieren esquivar la facultad, pero lo cierto es que ser luz y sal, como nos enseña la Biblia, nos pone en el centro de la batalla principal. 

La Biblia nos enseña en Romanos 1:16 que no nos debemos avergonzar del Evangelio porque es poder de Dios para salvación. Imagina si más estudiantes llenos del Espíritu Santo conscientes del lugar de privilegio en el cual están algunos años compartieran de su fe como un estilo de vida y discipular a las personas que aceptaran a Jesús, viendo vidas transformadas, sería algo increíble.

Cuando más y más personas comprendan lo importante que es alcanzar la universidad con el mensaje y la vida de Cristo, veremos un gran número de crecientes movimientos espirituales donde muchos estarán dispuestos a aportar sus talentos, su tiempo y su dinero por ver cómo se cumple la Gran Comisión en el campo misionero menos explorado y de mayor influencia en la sociedad: la universidad. 

De allí saldrán las personas que van a transformar el mundo ¿por qué no buscar que esa transformación sea basada en Jesús? Cualquiera puede pasar por una universidad y recibir un título pero, la verdadera pregunta debería ser: ¿cuántos pasan por ella y dejan una huella eterna?

Nuestra tarea es poder llevar el Evangelio hasta el último rincón y como decía Mario Bloise, director emérito de Cru Argentina, “hasta que cada estudiante escuche la voz de Dios”. 

Oro para que puedas dimensionar y entender el limitado tiempo que tienes en la universidad y todo el impacto que puedes tener allí. ¡Vamos! 

Sobre el autor: 

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Andrés Castro

Nacido en Bogotá, casado con Soledad Reynoso, es licenciado en Diseño Gráfico y Comunicación, egresado de la universidad de Palermo, que sirve como misionero de tiempo completo para Cru en Argentina a través del movimiento dirigido por Estudiantes de Buenos Aires.

Somos Campus Crusade for Christ International (ahora conocida también como Cru). Fundada por Bill y Vonette Bright en 1951 en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Dios los guió a ver el valor estratégico de los estudiantes universitarios para ayudar en el cumplimiento de La Gran Comisión. Hoy más de 25,000 coordinadores sirven con este ministerio alrededor del mundo.