Cally Magalhães es una exitosa artista de Inglaterra que ya lleva más de quince años en Sao Paulo, lugar donde fundó la Asociación Águila.
La actriz trabajó en teatros británicos y en 1998 fue cuando decidió viajar a Brasil por un tiempo para ayudar a niños de la calle. Sin embargo, afirmó al diario Christian Today «sabía que estaría sirviendo a Dios en algún lugar del mundo, pero no sabía dónde ni por qué». En consecuencia, hoy dirige un ministerio de psicodrama donde una de sus acciones es realizar obras y talleres teatrales en cárceles para hablar de Dios.
El proyecto Águila comenzó en 1999 con la misión de rescatar niños y jóvenes de las calles de Sao Paulo. De todas formas, la asociación sumó colaboradores y hoy además de predicar en prisiones, ayudan a adolescentes de quince a diecinueve años que viven en situaciones de pobreza extrema, abuso, drogas, analfabetismo y violencia, y realizan talleres de actuación.
Magalhães explicó al diario sobre los talleres en las cárceles, “con el psicodrama, salen diciendo ‘Dios mío, nunca pensé en mi víctima y ahora no puedo dejar de pensar en mi víctima’”. Un recurso que utilizan para que el delincuente se visualice en el lugar de las personas a las que quieren agredir, de esta manera, pueden empezar a reflexionar sobre sus actos y hablar del perdón de Dios por su pasado.
El trabajo que realiza la actriz sigue creciendo, actualmente también ofrecen asesoramiento y acompañamiento individual al adolescente y su familia para ayudarlos con cursos profesionales y laborales. Magalhães justificó sus actos en la entrevista con Christian Today «la última persona con la que habló Jesús fue un criminal en la cruz, así que al hacer el trabajo que hago, realmente no siento que sea Cally en muchos sentidos».
Además, la artista tiene un libro donde cuenta cómo fue su proceso en su acción solidaria en India y Estonia, hasta finalmente crear el proyecto Aguila en Brasil. Magalhães testificó al diario “es posible marcar la diferencia en la vida de las personas todos los días, e incluso cuando hay decepciones, recuerdo a todos los que han sido ayudados. Es realmente bueno cuando haces algo y otras personas creen en ti y te apoyan económicamente y en oración”.