En sus primeras palabras, prometió ser “una buena Jefa de Estado que defienda a la familia como base de la soberanía”.
Tras ganar la votación en el Parlamento húngaro con 137 votos, sobre 51 votos que obtuvo su oponente, el economista Péter Róna, la mandataria electa dijo “ayúdame, Dios”.
Novák contó que la oración es prioridad en su agenda diaria y que “no fue fácil empezar a leer la Biblia todos los días, pero lo he estado haciendo durante mucho tiempo. Comienzo mi día con la Biblia y tengo una sensación de seguridad con ella”.
“La Biblia nos recuerda todos los días que nuestra tierra no nos pertenece a nosotros sino a Dios, y el poder no nos pertenece a nosotros sino a Él. Tampoco debemos estar orgullosos de nuestros logros, porque Él merece todo el reconocimiento”. Luego de estas declaraciones agregó: “si recuerdo estas cosas todos los días, espero tomar mejores decisiones”.
La nueva mandataria, además de ser la primera mujer en ejercer el rol de presidente del país, es la más joven en acceder al cargo, con sólo 44 años.
Al igual que el primer ministro, Viktor Orbán, ella es una firme defensora de la agenda provida y hasta 2021 fue ministra de Juventud y Familia de Hungría. En el Desayuno Nacional de Oración, Novák expresó con respecto a su lucha por implementar políticas cristianas para las familias en su país “sí, escuchamos críticas de todas partes. Pero si piensas en la Biblia, la decisión correcta no siempre se reconoce al mismo tiempo”, dijo para TV7, canal cristiano finlandés.
“Si tenemos en mente la eternidad, no tenemos que preocuparnos tanto por las críticas que recibimos”.
Katalin Novák
El autor y asesor político Risto Huvila describe a la nueva presidente en un artículo para All Israel como una líder que se inspira en la Palabra de Dios y la pasión por las familias.
En los últimos días, a raíz del reciente resultado, cobró importancia una entrevista publicada el 22 de noviembre en un sitio web de noticias de la Iglesia Reformada Húngara, en la que la recién electa presidente, Novák, hablaba sobre cuál era su actitud hacia el puesto que ocupaba en ese momento en el gobierno:
“Desde que asumí el cargo público, la relevancia y el significado del Padre Nuestro ha cambiado. Al final de la oración decimos ‘porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria’, pero a menudo el énfasis está en las palabras Reino, poder y gloria, cuando debería estar en la palabra tuyo”.
“El poder y la gloria no son míos, ni nuestros, sino de Dios. También se desprende claramente de la declaración que el poder, el cargo y el mandato se otorgan por gracia. Esto me da fuerza, energía y una verdadera sensación de seguridad”.
Katalin Novak
Novák luego continuó: “Sé que el Reino pertenece a Dios, pero esto no me hace inactivo, me hace libre, porque tengo la oportunidad de participar como un siervo en Su Reino. Le da sentido a mi trabajo y a mi vida”.