Un nuevo estudio del Cristianismo Global, informó que había más de 10.000 misioneros evangélicos latinoamericanos sirviendo en más de 100 países, especialmente en lugares donde el acceso al Evangelio no es fácil.
Esta cifra representa un aumento de más del 300% desde el año 2000, y sitúa a América Latina como la tercera región del mundo con más misioneros evangélicos, después de América del Norte y Europa.
Por otra parte, el sitio web de la Asociación de Bautistas para la Evangelización Mundial comenta que “La iglesia latinoamericana es como el gigante dormido que está despertando para plantar iglesias centradas en el evangelio en toda América Latina, para alcanzar zonas de los no alcanzados dentro de sus fronteras y para enviar misioneros a los lugares más difíciles del mundo.»
Si nos remontamos al 2007, encontraremos un informe de Lausanne World Pulse afirmando que, en la década de 1980, América Latina se unió formalmente a la fuerza misionera mundial y ahora hay unas 400 agencias para este fin.
Ante esto, se estima que dichos centros están enviando a unos 9.000 latinoamericanos al mundo, y también calculan que 3.000 aproximadamente hayan salido sin estructura de envío.
Uno de los factores que ha impulsado el despertar misionero en América Latina es el redescubrimiento de la visión bíblica de las misiones, que entiende que el propósito de Dios es glorificar su nombre entre todas las naciones y que la Iglesia es el instrumento que Él ha elegido para cumplir su plan.
Además, en los últimos años han surgido diferentes agencias misioneras para facilitar el envío y apoyo de misioneros de la región.
Algunas de estas son AMA (Agencia Misionera Argentina), AMAL (Agencia Misionera Latinoamericana), AME (Agencia Misiones Evangélicas), AMEC (Agencia Misionera Evangélica Centroamericana), AMEE (Asociación Misionera Evangélica Ecuatoriana), AMEM (Misión Evangelización Mundial), entre otras.
Dichas agencias ofrecen capacitación, orientación, atención pastoral, gestión financiera y redes de apoyo a misioneros e iglesias de envío.
La Iglesia de los EE. UU. también desempeña un papel importante en el apoyo y la colaboración con este movimiento. Los expertos coinciden que uno de los factores que ha favorecido el despertar misionero de América es la identidad cultural diversa y flexible que caracteriza a los latinos.
Esta cualidad les permite adaptarse y relacionarse con otras culturas con mayor facilidad y naturalidad. Los latinoamericanos son el resultado de una mezcla de razas, lenguas, creencias y tradiciones, que han dado forma a una cultura rica y variada, que a su vez ha sido influenciada por los procesos de globalización y migración.
Esta diversidad cultural ha dado a los de este continente una mayor sensibilidad y apertura hacia los demás, así como una mayor capacidad de aprendizaje y comunicación intercultural.