Una estrella del fútbol característico de Estados Unidos ha sorprendido a sus seguidores en las redes sociales después de la aparición de videos de él predicando en una prisión de máxima seguridad. El mariscal de campo de los Denver Broncos, Russell Wilson, es un cristiano que habla con frecuencia sobre su fe.
Después de comunicarse con el ministerio presidiario God Behind Bars [‘Dios tras las rejas’], él y su esposa, la cantante estadounidense Ciara, dirigieron un servicio en el Centro Correccional Everglades en Miami.
Alrededor de 300 reclusos se reunieron para escuchar al matrimonio, de los cuales 27 entregaron sus vidas a Jesús. El jugador de fútbol americano predicó sobre Isaías, y su esposa cantó la adoración popular Waymaker, junto a una banda formada por presos.
Mientras continuaban adorando, Russell trajo a un prisionero para que cantara, le entregó el micrófono y dejó al resto de los reclusos completamente atónitos.
En una publicación de God Behind Bars, los voluntarios describieron que pudieron sentir “cambiar la atmósfera en la sala” cuando comenzó la interpretación de Jireh, de Maverick City y Elevation Worship.
Reflexionando sobre su experiencia, Russell comentó: “¡Señor, no hay nadie mejor que tú! ¡Más de 300 reclusos de una prisión de máxima seguridad adorando a Jesús! Su gracia y Espíritu es abrumador en medio de los errores que todavía ama y perdona”.
“’Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvar al mundo por medio de él” (Juan 3:17).
El jugador compartió que su conversión fue porque Jesús se le apareció en sueños.
En un video titulado «The Making of a Champion», animó a los espectadores a abrazar la Biblia. El jugador de la NFL dijo que el momento de su conversión se produjo cuando tenía 14 años y Jesucristo se le apareció en un sueño diciéndole que aprendiera más acerca de la fe.
«Cuando yo era adolescente, iba siempre a la iglesia donde mis padres solían llevarme», dijo Wilson. «Sabía acerca de Dios y cosas por el estilo, pero yo estaba siempre practicando el deporte y era el área de mi vida que más me preocupaba».
Pero una noche fue distinta para él. «Tuve un sueño en que mi padre fallecía, y entonces Jesús entraba en la habitación y llamaba a mi puerta, diciendo: ‘Necesitas saber más acerca de mí’. Así que el domingo por la mañana acabé yendo a la iglesia y ahí fue cuando fui salvo«.
«Me di cuenta de que Dios me había dado tantos talentos que quería darle toda la gloria«, agregó.
El jugador también afirma en su testimonio haber aprendido que «nadie puede detener lo que Dios tiene para ti«.