Fundada en el año 2000 por tres hermanos, Josh, Luis y Samy Morales en la ciudad de San Marcos, Guatemala, se preparaban luego de 20 años de trayectoria para festejar sus dos décadas de ministerio.
Sin embargo, ante las cancelaciones de todos sus shows por la pandemia, se enfocaron en seguir llevando la Palabra de Dios por otras vías que no tenían que ver directamente con la música. En esta nota, Samy, baterista y el menor de los hermanos, nos cuenta cómo transitaron el año más esperado por ellos sin dar ningún concierto.
LC: ¿Cómo tenían pensado el festejo de los 20 años? ¿Qué plan truncó la pandemia?
Samy: Te mentiría si te digo que no nos pegó duro. Muchísimas cosas pasaron por nuestra mente. Te explico por qué: soñábamos con este número, con celebrar las dos décadas, y pensamos en dejar a un lado el generar una grabación en un solo país como veníamos haciendo y extenderlo a Latinoamérica representando el Evangelio.
Cuando vamos a noches de adoración en México, Chile, Argentina, es increíble la pasión que vemos, nos quedamos asombrados. Entonces nuestra intención era grabar una canción en cada país, más específicamente, en veinte: 20 países, 20 canciones.
En paralelo también nos estábamos involucrando mucho en el contexto social, visitando orfanatos, hospitales, etc. En medio de eso comenzamos a construir casas para personas con extrema pobreza en Guatemala. Personas que, aunque no lo creas, nunca habían tenido un sanitario. Eso nos guio a llevar el Evangelio de una manera distinta a la de los conciertos.
Pero volviendo a la grabación, ya teníamos todo lo humanamente necesario para comenzar: los vuelos, los sitios, la producción, todo. El primer lugar donde grabaríamos era Estados Unidos el 17 de marzo, ese mismo día la ciudad y el aeropuerto se cerraron. También ese día se canceló la segunda ciudad.
Nos preocupamos, al día siguiente, en un fin de semana, se cerró todo el mes de marzo, cuatro ciudades que ya no podríamos visitar. Nos cuestionamos la visión, si no habíamos escuchado correctamente la voz de Dios.
LC: Lo tomaron personal y era algo que afectaba a toda la humanidad (risas)
Samy: Pensamos que solo era a nosotros, ¡claro! Definitivamente el plan de Dios era ese, y aunque no tenemos todas las respuestas a los porqué, no nos detuvimos. Seguimos adorando, las cosas quedaron en pausa, esperando que el Señor nos dé el banderazo de salida. Tal vez ya no sea igual, pero el plan de hacer ese proyecto cuando se pueda, sí.
LC: ¿Cómo surgió Iglesia en Casa?
Samy: Fue muy bonito. La primera vez nos juntamos solo las familias a hacer juntos un devocional y fue muy lindo, solo nosotros. La segunda vez pensamos que lo podíamos grabar y que más de uno se sumaría a compartirlo y sería de bendición. Al día de hoy recibimos cientos de mensajes y testimonios de las personas. Era algo que no estaba planificado y, sin embargo, hay un promedio de 50 mil vistas por semana. Algo muy simple como orar, cantar y hablar de la Palabra.
También hicimos algunos sencillos que saldrían en la producción, como “Impresionante” junto a Elevation Worship, Christine D`Clario y Redimi2
LC: Totalmente distinto el feat. Con Redimi2 al género que están acostumbrados, ¿cómo fue esa adaptación?
Samy: Con Redimi2 somos amigos, tal vez no de esos que se ven todos los días, pero siempre estamos en contacto y juntos en muchos eventos. Hay una canción de él, “Abre los cielos”, donde nos invita y nos adaptamos. Bueno, ahora fue al revés, este tema que es “Gozo” y que busca transmitir exactamente eso, Redimi2 se adaptó perfectamente, aunque tal vez no sea su estilo.
LC: ¿Y ahora ustedes se encariñaron con el RAP? ¿Saldrán algunos temas de Josh rapeando? (risas)
Samy: ¡Podría ser! Fue nuestra primera vez y nos gustó saber que fue de bendición, que la gente pueda encontrar una diversidad en la música en el expresarle al Señor su amor. Nos fue muy bien y nos gustó mucho la experiencia.
LC: ¿Ustedes son una banda que se transporta de manera unida a sus familias para cada show y demás, hay un peso generacional sobre los hijos de continuar con lo que sería Miel San Marcos? ¿O están enfocados en otras cosas? (¡No es que los esté jubilando! Para nada)
Samy: (risas) ¡Aún somos jóvenes, creo! Nos han preguntado esto, y no lo habíamos visto hasta que vimos a la hija de Josh. El amor de Dios ya lo traen, no se lo hemos impuesto, es genuino, y creemos que sí. En el 2021 hay un plan de hacer algo con ellos y también con los más chiquitos. Podría decirte que sí, hay una continuidad en ellos de la banda.
Lc: Hablando más de tu rol como baterista, como músico, cuéntanos, en estos veinte años, con los avances en la tecnología y en la música, ¿qué fue eso que se inventó y te simplificó la vida para tocar en vivo?
Samy: como baterista, pero más como banda, ¡la secuencia! Al principio dudábamos, nos preguntábamos si podríamos hacerlo, porque requería al usarlo de aparatos extra, y al principio no lo veíamos factible, pero cuando aprendimos a usarlo, ¡Dios!
LC: ¿Se hicieron dependientes?
Samy: Sí, yo lo usé primero y dije: “Esto es la gloria”. Solo practiqué el mantenerme en el clic. En las primeras grabaciones jamás lo usábamos, y ya después nos mejoró como banda. Y lo usamos todos.
Y en lo personal yo no solo me quedé con la batería acústica, sino que también uso Trigger, distintos sonidos digitales que uso durante el vivo, a mí me son gratificantes, aunque a veces el común de la gente no lo note.
LC: ¿Cómo está compuesto tu set de baterías actualmente?
Samy: Uso planillos Zildjian, Set Yamaha, y normalmente usaba tres toms, pero al inicio del 2020 tuve un problema físico. Siempre padecí de la espalda, y tengo un problema ahí y con tantos años de concierto me dañé.
Hay un movimiento que yo hago al tener tres toms que normalmente no afectan, pero a mí sí, necesito tener todo al frente y nada al costado para evitar ese movimiento y poder seguir tocando sin dolor o sin perjudicarme más. Hago muchos ejercicios antes y después de tocar para precalentar. Lo iba a poner en práctica este 2020, pero no pude.
LC: Bueno, este año te sirvió después de todo para descansar
Samy: Sí, de hecho, te muestro, estoy en mi estudio —Hace un paneo con el celular y nos muestra la batería—. Aquí grabo mucho, durante el 2020 participé como “sesionista” para otros artistas ya que tenía más tiempo, y para la banda también, así que ahora aquí estoy bien porque toco mi set, pero no he probado tocar en vivo.
LC: ¿Tienen fechas planificadas para el 2021?
Samy: No nos atrevemos a decir qué pasará con eso, en parte nos diversificamos. Comenzamos a dar algunos cursos para ministros que se llamó “Escuela Ministerial” y fue todo online, compartiendo enseñanzas que hemos aprendido a lo largo del camino y realmente nos fue muy bien con eso, se inscribieron casi 70 000 personas.
En mi caso rara vez me podías ver en cámara, no soy bueno hablando o predicando, sin embargo, esta vez el Señor me dio la oportunidad de hacerlo, de romper ese miedo. Y bueno, te lo cuento porque ahora nadie, creo y tú Mar me lo dirás, nadie se atreve a confirmar qué podría pasar en el 2021, porque en el 2020 todos teníamos planes, dijimos lo que iba a pasar.
La Iglesia cambió, el mundo cambió. No sabemos si vamos a volver a hacer tours, y es el medio por el cual Dios nos provee, y no pudimos hacer siquiera uno. A pesar de todo eso, el Señor nos sigue bendiciendo, nos sigue proveyendo, no nos ha faltado nada en todo el año.
Dios ha sido fiel. Lo que cantamos por muchos años, este año nos tocó vivirlo, y esos testimonios que oíamos de personas pagando cuentas ajenas, sembrando dinero en ti, todo eso lo vivimos.
2021: confiar en el Señor y nada más
LC: Imagino que en una banda como ustedes de tantos años de trayectoria debe haber habido varios momentos de desánimo o de cansancio, o situaciones que los hacían dudar. Si después del 2020 el proyecto sigue en pie, da la sensación de que ya nada lo derriba, ¿no?
Samy: Diste en el punto, en lo personal nunca habíamos vivido una crisis así, y realmente pensamos que, si logramos sobrevivir a este sacudón, estábamos bien. Yo nunca pensé que algo podría detener el motor del mundo, y nos paró de alguna manera algo diminuto e invisible. Pero la clave fue el Señor cumpliendo su promesa.
Nosotros tuvimos Covid, todos juntos, y si bien gracias a Dios no lo padecimos al nivel de otras personas, sí me pasó algo muy extraño y es que me afectó en el ánimo. Yo soy alguien muy alegre o que las cosas no me afectan, y sin embargo esos días me sentía muy desanimado o deprimido.
Muy feo, vinieron cosas espirituales raras que nunca había experimentado. Y dije: “Okey, yo me aferro del Señor”, pero ¿qué hicieron aquellos que no lo conocen?
LC: Entonces, resumiendo, tu enseñanza pos Covid y pos 2020, ¿cuál fue?
Samy: Yo te diría dos. La primera: gratitud. Estoy agradecido porque a pesar de todo Dios me demostró cuán real era en mi vida. Nadie me lo contó en una prédica, yo viví su cuidado y amor. Gratitud por los detalles más pequeños, nos unimos más como hermanos, como familia, pudimos parar para compartir más tiempo juntos de calidad.
La segunda es la confianza, yo no sé si el 2021 será peor, pero nos encuentra muchísimo más confiados.
Para culminar, nos atrevimos a dejar de lado este virus y soñar un poco con el regreso a los escenarios.
LC: Como Miel San Marcos y tú en lo personal, ¿hay algún artista con quien les gustaría trabajar y aún no han podido hacerlo?
Samy: Bueno, como Miel San Marcos, admiramos mucho a Chris Tomlin, y hemos buscado la manera de tener una colaboración con él. Y en lo personal, a mí me encanta Hillsong, amo lo que hacen y me encantaría poder hacer algo con ellos.