Una de las mayores tensiones dentro del pueblo evangélico es la que existe entre dos formas de hacer iglesia, la forma expansiva y la forma receptiva.
Creo que durante un largo tiempo ha primado la forma receptiva, y que en pos de la separación del creyente con las cosas del mundo ha habido una gran restricción, muchas veces impulsada y promovida por los mismo hermanos, pastores y líderes, utilizando como fundamento la contaminación de los santos con el mundo. Desde principios como “el cristiano no puede involucrarse en política” hasta “los cristianos no deben hacer negocios con gente del mundo” o “el poder y la riqueza no son para los cristianos”. Todo apuntando a lo mismo.
Si bien es cierto que la palabra habla y menciona que “la amistad con el mundo es enemistad con Dios”, y que “los deseos de los ojos, de la carne y la vanagloria de la vida no provienen del Padre, sino del mundo” y que realmente el proceso de santificación de una persona tiene que ver con la separación del mundo, es saludable entender que una cosa es la separación del mundo desde el corazón, y otra cosa es la separación física de la persona con el mundo.
Por el simple hecho de vivir en este mundo, no nos podemos separar de él. Y la prueba de esto está en Juan 17, donde Jesús en la oración sacerdotal ora por sus discípulos diciéndole al Padre que no los saque del mundo, porque aunque ellos no son del mundo, como Él no es del mundo, están en el mundo. Por esta razón lo que le pide al Padre es que estando en el mundo, los guarde del mal.
Esto nos plantea un paradigma conceptual para empezar
Tuve el privilegio de estar en Cesarea de Filipo en Israel, en el lugar donde Jesus hizo la declaración institucional de constitución de la Iglesia, donde le dice a Pedro “sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Esas puertas eran un lugar físico, real, donde se realizaban cultos a dioses paganos. Lo interesante es que es ahí donde Jesús hace la institución de la Iglesia. No la hace en un convento, ni en una iglesia, ni sinagoga, lo hace en el lugar más pecaminoso al que llamaban las puertas del Hades.
“Por definición, el hecho de que haya un nuevo pacto implica que el pacto anterior entra en caducidad”.
Felipe De Stefani, gerente general de Turner Latinoamérica
En la Biblia se mencionan dos pactos: el antiguo y nuevo pacto. En el antiguo pacto, bajo la ley, cuando uno tocaba a un leproso, o tocaba a una mujer con flujo de sangre, o tocaba a un muerto, quedaba literalmente expulsado por un determinado tiempo del campamento. No podía acceder ni tener contacto con las personas. Había una regla específica para eso. Porque cuando algo puro tocaba algo impuro se volvía impuro. Quedaba manchado.
Pero en el nuevo pacto sucede exactamente lo opuesto. ¡Y lo vemos claramente! Jesús estaba rodeado y tenía contacto con prostitutas, cenaba con pecadores, Pablo mismo menciona que se hace Griego para predicarle a los griegos, se hace judío para predicarle a los judíos. ¡Jesús fue tocado por una mujer con flujo de sangre! Y no solo Él no queda impuro, sino que al contrario, la mujer queda limpia.
“Este es el paradigma del nuevo pacto. Nosotros no tenemos que tener miedo de salir. No tenemos que tener miedo de influenciar o temer a ser influenciados”.
Felipe De Stefani, gerente general de Turner Latinoamérica
Dios no está buscando una iglesia que se quede en cuatro paredes porque una iglesia que se limita no puede afectar al mundo y no puede hacer la obra que Dios quiere que hagamos. La palabra dice que en los últimos tiempos el conocimiento de Dios llenará la tierra como las aguas cubren la mar. Y eso quiere decir que debemos ser sal y luz en este mundo, y que no solo no nos contaminaremos, sino que purificaremos todo aquello que toquemos.
Es nuestro desafío, mantenernos aferrados en constante relación con nuestro Dios creador, para que independientemente del rubro o sector al que te dediques, puedas influenciar, y ser de bendición. En los días que estamos viviendo necesitamos empresarios con principios, que aporten ese valor diferencial a la hora de hacer negocios.
Necesitamos personas en el ámbito de la política, para que a la hora de tomar decisiones haya luz y se tomen con principios y valores. Necesitamos profesionales que se involucren en la educación para forjar bases firmes y sanas desde pequeños.
Te animo a salir de las cuatro paredes. La tarea es mucha, pero no temas. Hay un nuevo pacto. ¡Bendiciones!
FELIPE DE STEFANI
Gerente General Turner Latinoamérica. Senior Vice President and General Manager
Warner Media. Integrante de Comunidad PEC.