El fútbol trae consigo mucha fama y reconocimiento. En ocasiones, esa popularidad puede llegar a ser mundial, además de las grandes cantidades de dinero que genera un futbolista de élite en su mejor momento, todo parece color de rosas pero no todos llegan a ser profesionales o los que tienen el privilegio de llegar, tuvieron que dejar mucho en el camino y a veces con mucho sufrimiento.
Javier Hernández, más conocido como “Chicharito Hernández”, es uno de los jugadores más populares y talentosos que el deporte mexicano ha dado al mundo, aunque tuvo sus momentos en los que simplemente no quiso saber más nada del fútbol.
Para Javier “Chicharito” Hernández, nacido en Guadalajara, México, hace 33 años, los sentimientos fueron más fuertes al recordar la importancia de su familia y de Dios en los momentos más difíciles durante el inicio de su carrera en el club Chivas, hace quince años.
Cuando descubrió que su vocación era ser futbolista, no tuvo el mejor arranque, ya que al no ser tenido en cuenta por el entrenador parecía que se esfumaba el sueño de Javier de triunfar en México y Europa. Aunque el delantero destacó el relevante papel que ha tenido su madre, Silvia Balcázar, para ayudarlo a crecer como jugador y el apoyo recibido en toda situación, pero, por encima de todo, el papel de Dios en su vida.
Chicharito explica que entre los 18 y 20 años pasó un momento muy complicado, “fue dificilísimo, tenía mis ilusiones y mis sueños pero mi participación en Chivas era nula. Principalmente me salvó mi fe en Dios, y mi familia, pero siempre supe, y es algo que mi abuela repetía siempre, “los tiempos de Dios son perfectos”.
Dios representa todo en la vida de Hernández, “para mí la fe, la confianza y la paciencia son Él, ha estado de mi lado. Está en el lado de todos. Y lo bonito de que yo crea en Dios es que está ahí para todos”.
Javier tiene un ritual antes del inicio de cada partido, es muy popular la imagen del futbolista arrodillado y rezando cerca del centro del campo justo antes del silbatazo inicial. Esto lo repite siempre antes de cada partido, orando por la salud de sus compañeros y la de los rivales, un noble gesto que muestra que la grandeza de un jugador está en la humildad con la que enfrenta sus compromisos.
Chicharito ha sido claro en su discurso, pues deja claro que el éxito que ha obtenido es obra de Dios, que siempre le ha dado la fuerza para superar dificultades en su carrera y brindarle una mentalidad inquebrantable que lo ha llevado a jugar en los mejores equipos del mundo.
En cada entrevista del mexicano es una constante escuchar la palabra Dios en sus respuestas, pues el delantero sabe que su fe le permite seguir luchando día a día por ganarse un lugar en el complicado mundo del fútbol, ahora en la MLS con el L.A. Galaxy.
Luego de su paso por Chivas de Guadalajara y su despegue futbolístico desde su debut en 2006, donde además obtuvo la Primera División de México, ese mismo año y en 2010 fue el máximo goleador de la liga mexicana. Jugó 77 partidos y marcó 29 goles con esta camiseta.
En 2010 el Manchester United de Inglaterra adquiere sus servicios como futbolista, equipo donde estuvo presente en 157 encuentros y convirtió 59 goles. Obtuvo 3 Community Shield (2010, 2011 y 2013) y 2 Premier League (2011 y 2013).
En el medio de su contrato con el equipo inglés, Chicarito fue cedido a préstamo en el 2014 por un año al Real Madrid de España, donde jugó 33 partidos y marcó 9 goles. Obtuvo en su corto paso por el club un Mundial de Clubes en 2014.
En 2015 llega al Bayer Leverkusen de Alemania, estuvo presente en 76 partidos y convirtió 39 goles. Hasta que en 2017 pasó al West Ham de Inglaterra, club donde jugó hasta 2019 marcando 17 goles en 63 partidos. Al finalizar ese año, fue adquirido por el Sevilla de España, jugando 15 partidos y haciendo 3 goles, club donde obtuvo una Europa League en 2020.
Desde mitad del 2020 se encuentra en Los Ángeles de Estados Unidos, equipo donde hasta el momento disputó 33 partidos y marcó 19 goles.
Desde el 2009 hasta el 2019, Chicharito fue citado ininterrumpidamente al seleccionado mexicano, donde fue figura absoluta del país disputando 109 partidos y convirtiendo 52 goles. Obtuvo con la selección de México una Copa de Oro en 2011 y una Copa Concacaf en 2015.
Javier “Chicharito” Hernández forma parte de la historia del fútbol mexicano, gracias a Dios pudo ver frutos en su camino y consiguió lo que es ciertamente muy complicado, llegar a convertirse en profesional en medio de tantas malas noticias, aunque todo llegó a su tiempo, Javier espero y el señor respondió.