En momentos de prueba, no lucho con la prueba misma. Lo disfruto como siempre lo suelo hacer. No me desespero por no ver algún avance en determinada circunstancia. Solo me preocupo por disfrutar a Cristo.
No te hablo de un corazón natural, sino de uno espiritual. Al ser hallados y tomados por Cristo, nos fue dado un corazón nuevo que debemos cuidar, porque de allí fluye la vida.
Cuando te toque partir de esta Tierra hacia la eternidad, agotado, cansado, con las rodillas gastadas, sin voz, sin nada, habiéndolo dado todo por Dios
Cuando hablamos de una juventud feliz, ¿qué es lo primero que viene a tu mente? Tal vez venga alguna imagen de Pinterest, pero si te dijera que nada de eso brinda felicidad a nuestra juventud, ¿lo creerías?
Ser cristiano no es ser parte de ritos o costumbres. El Evangelio no es un conjunto de dogmas o frases que podemos repetir. Si hacemos un diagnóstico generacional (lo cual nos incluye),...