El ser humano es un ser familiar, como no es posible su existencia solo, necesita de otros para sobrevivir, y la familia es la estructura en la que se desarrolla.
Los niños y niñas necesitan límites positivos puestos por adultos responsables y amorosos, que los comprenden y aman para, por sobre todas las cosas, crecer saludables
Los tiempos que vivimos no colaboran con la armonía de pareja ni familiar: las largas horas de trabajo, los compromisos contraídos, el estrés diario, el poco tiempo de calidad en el hogar...
Entre esas conductas inaceptables en la dinámica familiar y difíciles de controlar está la agresividad que se ejerce de hijos a padres, ¿es posible corregir esta conducta para lograr la armonía en las relaciones?
Además de parecerse a los padres en lo físico, por herencia nuestros hijos llevan nuestros genes, también les transmitimos nuestra pasión, convicciones, valores morales, espiritualidad o incluso falta de ella