Un futbolista colombiano, nacido en el departamento de Atlántico, Colombia, hace 35 años. El delantero del Granada de España y de la Selección Colombia, comentó que cometió grandes errores, incluso antes de debutar como profesional pero Cristo siempre lo protegió.
Carlos, inició su carrera como futbolista en la Primera C de la Universidad Autónoma del Caribe, en Colombia, pero no tuvo tanta participación en el club en su primer año (2005) y esto hizo que su carrera estuviera en riesgo. El delantero veía que a sus 18 años las oportunidades pasaban y no podía lograr asentarse en el equipo, entonces decidió probar otra alternativa, disputar campeonatos en clubes de barrio por dinero.
“Fue una infancia dura, muy difícil. No había recursos para salir adelante. Gracias a Dios mis padres me dieron los mejores valores y por eso soy lo que soy y pude salir adelante”.
Carlos Bacca
Comenzó en varias canchas de Puerto Colombia y Barranquilla, donde se cansó de hacer goles, pero no era lo que Bacca soñó de pequeño, “eran campeonatos muy competitivos, pero no llevaban a ningún lado”, señaló en un medio colombiano.Cada domingo llegaba a la cancha para comandar el ataque del equipo patrocinado por la empresa Transportes Amarillos, una empresa de autobuses, donde le propusieron trabajar como ayudante en los colectivos intermunicipales.
Su labor era cobrar el pasaje, un oficio que empezaba en la madrugada y que finalizaba al anochecer. “Después me pusieron a trabajar en el control del tiempo y más tarde en despachos”, expresa Bacca, quien ya había tomado la decisión de no continuar con su sueño de ser futbolista profesional. Pero un día, a principios de 2006, la oportunidad que el jugador estaba esperando se dio durante una conversación.
“Un técnico llamado Fernel Díaz se encontró con mi amigo Hugo Quiroz. Ambos se pusieron de acuerdo para que yo fuera a probarme a Junior”, comentó el deportista. Al llegar al primer entrenamiento en la sede del equipo de Barranquilla, fue observado por el entrenador, “me probé y quedé en la categoría ascenso. Jugué el torneo de la Liga, donde quedamos campeones y fui goleador con 48 anotaciones”, expresó. Su gran rendimiento le permitió que al finalizar la temporada, el técnico David Pinillos le diera la oportunidad de jugar en el Barranquilla FC.
“Con 20 años estaba en mi pueblo de ayudante de bus. La vida no era fácil, porque vengo de una familia muy humilde y tenía que ganar dinero para ayudar a mi familia. Las puertas del fútbol se me habían cerrado hacía tiempo y a esa edad, no contaba con eso. Pero ese año me hicieron unas pruebas en el Junior de Barranquilla y gracias a Dios las pasé”, reveló el futbolista.
Tuvo un paso fugaz por Venezuela, a finales de 2007, fue dado a préstamo al Minervén, donde continuó con una racha goleadora, “Allá también fui goleador y ascendimos a primera división”, expresó. Cumplido el acuerdo de préstamo regresó a Barranquilla con los objetivos de mantener el nivel competitivo, y de buscar el ascenso a la Primera División. En este equipo logró adjudicarse el trofeo de máximo goleador con un total de 14 goles, logrando ser tenido en cuenta por el cuerpo técnico del Junior de Barranquilla nuevamente
Durante la temporada 2011 del fútbol colombiano, Bacca despertó el interés de equipos como Boca y Racing de Argentina, además del Lokomotiv Moscú de Rusia. Pero finalmente luego de su gran rendimiento, se confirmó su traspaso al Brujas de Bélgica. El anhelado debut en Europa se da el 21 de enero de 2012, una semana después de ser transferido al club belga.
Se quedó en el equipo hasta el 2013, donde convirtió 31 goles en 54 partidos. Después de finalizada la temporada belga, el Brujas confirmó su traspaso al Sevilla de España. Donde se vió uno de los puntos más altos en su carrera y en su rendimiento como futbolista, disputó 108 partidos y marcó 49 goles, además de conseguir dos Europa League en 2014 y 2015. Todos estos números hicieron que se gane un lugar en el Seleccionado colombiano con regularidad.
En 2014, formó parte de los jugadores que defendieron la camiseta de Colombia en el Mundial de Brasil. Aunque no tuvo muchos minutos, ya que solo disputó un partido y no convirtió goles, en esa Copa del Mundo, Colombia llegaría hasta cuartos de final.
Aunque Carlos, tiene en claro su objetivo “creo en Dios y lo llevo en mi corazón. Él me dio las cualidades para jugar al fútbol y por eso cada vez que marco elevo mi vista al cielo”. En la Copa América 2015, disputada en Chile, jugó dos partidos con su selección, no marcó goles y su selección fue eliminada también en cuartos de final. Ese mismo año dejó Sevilla para mudar sus goles a Italia, más precisamente al Milán donde disputó 77 partidos y convirtió 34 goles y obtuvo una Supercopa de Italia en 2016.
Con la selección ese mismo año, disputó la Copa América Centenario realizada en Estados Unidos, donde Colombia quedaría muy cerca de conseguir el trofeo, quedando en tercer lugar, con un Bacca mucho más tenido en cuenta por su entrenador, disputando 5 partidos y marcando 2 goles. Hasta que en el 2017 firmó con el Villarreal y de esta forma, regresaría a España.
El submarino amarillo es el equipo donde Bacca disputó más partidos en toda su carrera, con un total de 141 encuentros, se quedó hasta el 2021, además de hacer 43 goles y dejar una huella inborrable en los hinchas del equipo español. Mientras disputaba partidos con su equipo, fue nuevamente convocado para un nuevo Mundial, esta vez sería Rusia 2018. Colombia pasaría la fase de grupos pero quedaría rápidamente eliminada en octavos frente a Inglaterra por penales.
“Levanté la cabeza y seguí adelante. Los valientes no son los que se quedan hundidos sino los que se levantan más fuertes. Gracias a Dios me levanté de los errores que cometí. Organicé mi familia, tengo a mi esposa y mis hijos. Ella ha sido fundamental y me hizo madurar y ver la vida diferente”
Actualmente Carlos Bacca es jugador del Granada de España desde el 2021, ha disputado 19 partidos y convirtió un gol. Tuvo la oportunidad de reflexionar sobre todo lo vivido él reflexionó ante los medios “cuando empecé mi carrera tuve algunos percances, algún resbalón de mala conducta que pudo frustrar mi sueño. Cometí errores graves. Me equivoqué. Dios me mostró el camino, me apartó del mal. Me había costado tanto llegar que hubiera sido una pena tirarlo todo. Logré salir adelante porque para ser un buen futbolista hay que cuidarse a lo largo de toda la semana y comportarse como un buen profesional”.