Al pensar en ídolos se nos vienen a la mente imágenes de estatuas o diferentes dioses, pero no nos damos cuenta de que nosotros también levantamos pequeños ídolos en nuestros corazones.
De pequeño, me gustaba jugar a las escondidas con mis amigos. Aunque tengo que confesar que muchas veces hacía trampa, echando una miradita rápida para ver hacia donde corrían ellos. Y cuando...
“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando la gracia de Dios en sus diversas formas”. ¿Cuál es mi propósito? ¿Para qué estoy en la tierra?