En un nuevo episodio de Mujeres en Movimiento, Mayra Djimondián recibió en nuestro living a Alejandra Cabrera y juntas conversaron sobre una gran variedad de temas, desde el matrimonio y el trabajo pastoral, hasta las tormentas que sobrepasan nuestras vidas en aquellos momentos en donde todo parece perdido.
Reflexionaron también sobre la importancia de identificar aquellos pensamientos que nos estancan y no nos dejan avanzar, para llevarlos cautivos a los pies de Cristo.
Pensamientos que se rebelan contra la paz.
Mayra Djimondián: El tema de la paz ¡Qué tema! Porque muchas veces, esa paz que uno experimenta cuando está atravesando crisis o problemas, es un testimonio para aquellos que no creen. ¿Te ha pasado alguna vez que te preguntaran cómo haces para tener paz en medio de esta situación?
Alejandra Cabrera: Sí, muchas veces me han dicho «¡Ay, transmites esa paz!» Y respondo: «¿Sí? A pesar de que hay muchas cosas sucediendo», pero es esa paz, como dice la Palabra, la que sobrepasa todo.
No lo entendemos con lógica, porque quizás tendríamos que estar histéricas, enojadas, tristes o deprimidas, pero está ese gozo en medio de la pérdida, esa paz en medio de los vientos que parecen que van a derribarlo todo, porque está el Señor, el único Príncipe de Paz.
Isaías lo dice: «Él guarda en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento persevera en Él». Y ese es el secreto: llevar cautivos los pensamientos, llevarlos cautivos a la presencia, al conocimiento de Dios.
A esa emoción negativa la llevo a declarar que «este es el día que el Señor ha creado. Me voy a gozar, me voy a alegrar».
MD: Te escuchaba y pensaba precisamente en esto, porque uno lo puede saber intelectualmente, pero uno tiene que accionar para que eso baje a la práctica y solo lo puedo hacer yo, solo lo puedes hacer tú, nadie lo puede hacer por nosotras.
AC: Sí, porque es más rápido. Vamos a tomar estas herramientas. No necesito permitir esto y pensar «Tengo malos pensamientos y no puedo hacer nada al respecto», no, sí puedo hacerlo. Puedo llevarlos cautivos a Cristo.
Si hay una emoción rebelde que no va de acuerdo a lo que Dios dice, la llevo, la capturo y la llevo a su presencia hermosa.
Yo siempre digo «Con el Señor nunca perdemos, siempre aprendemos algo. Y lo que Pablo dice en Romanos 8: ‘Todas las cosas obran para bien para los que amamos al Señor». Entonces, si está ese amor por el Señor, yo sé que todo lo que enfrento va a resultar en una enseñanza, va a obrar para bien, para mí, para mi familia, me va a fortalecer en la fe, voy a aprender a hacer algo que no tenía que hacer, pero nunca perdemos, nunca perdemos con el Señor, siempre algo vamos a sacar y salimos mejores de cómo estábamos antes.
Un matrimonio en Cristo
MD: Qué importante pensar en todas estas cuestiones porque afectan nuestra vida en todas las áreas y con tantos años de experiencia de ministrar personas, de estar trabajando con la gente todo el tiempo en cuanto a las relaciones matrimoniales que están tan atacadas en este tiempo, la familia, pero el matrimonio es un flanco directo para el ataque estratégico del enemigo.
Sin embargo, en Dios siempre hay esperanza y propósito. Entonces, qué bueno también escuchar testimonios de lo que Dios puede hacer para restaurar esas relaciones, que puede ser que por un momento estén rotas, pero Cristo viene a hacer algo nuevo.
AC: Bueno, se me viene un testimonio de este matrimonio en una de las ciudades que tenemos: Una iglesia donde la situación no da para más, se terminan divorciando, pero ahí el Señor comienza a obrar en ambos y no solo se reconcilian sino que se vuelven a casar. En el Registro Civil no entendían nada «¿cómo pasó, si se divorciaron y ahora ustedes son las mismas personas que se vuelven a unir?»
Ahí reconocemos que el poder de Dios no tiene límites.
MD: Uno piensa que cuando cambien las cosas todo se va a acomodar, o peor, esperamos que el otro sea el que cambie y no nosotros.
AC: Hay algunas mujeres que realmente quieren traer una restauración y reconciliación y otras que solamente quieren mandar al frente al cónyuge, al esposo. Pero siempre les digo: «Bueno, tú estás delante mío, vamos a empezar contigo».
¿Qué es lo que el Señor dice? ¿Cómo tienes que actuar? Y en un mundo donde está tan a flor de piel mis derechos, lo que yo quiero, mis sueños, yo, yo, yo. Cuando entra la verdad de la Palabra de Dios, nos confronta con todas estas cosas y nos lleva a tomar una postura totalmente diferente, que es la postura que Dios tomó con nosotros.
De ese amor, de ese perdón. Por supuesto que hay situaciones que hay que considerar donde hay maltrato, violencia. Todas son diferentes. Omar siempre dice: «Prefiero poner una curita a tener que amputar» porque lamentablemente muchas veces esperamos hasta lo último para pedir ayuda. En Dios siempre hay esperanza. Él es el Dios de la esperanza.