¿Qué es lo que me funcionó a lo largo de mi carrera para desarrollarme y crecer como empresario?
Trabajo hace veinte años en la misma compañía, en la cual tuve ocho trabajos/roles distintos. Completamente distintos. Como si fuesen compañías diferentes. El último de mis trabajos me lo asignaron hace cuatro meses. Sin embargo, en medio de todos esos cambios, hubo un principio que me mantuvo posicionado correctamente independientemente del rol que estaba cumpliendo.
Abrazar el cambio
Si yo tuviese que pensar qué fue lo que me pasó, o cómo modificó mi vida, te puedo decir que simplemente abracé el cambio. Jamás miré atrás. Siempre tuve bien presente que el pasado «pasó», que las cosas son hechas nuevas todos los días y que cuando viene el cambio, hay que abrazarlo.
Charles Dickens, escritor inglés, habla en su libro Historia de dos ciudades sobre tiempos contradictorios. Y estos lo son, ya que el que estamos viviendo puede ser catalogado por algunos como «malos tiempos», pero hay otros que los describen como «los mejores”.
En la mayoría de los casos quienes lo ven de la primera manera son personas que están intentando proteger lo «logrado» enfocados en el pasado, aferrándose al poco o mucho éxito alcanzado.
Felipe De Stefani, Gerente General Turner Latinoamérica
Jesucristo dijo «Yo hago nuevas todas las cosas» (Apocalipsis 21:5). Esto yo lo tomo como un regalo de Dios, donde cada día su misericordia se renueva ofreciéndonos la posibilidad de cambiar.
Este último tiempo fue de transformación absoluta, donde nos hemos quedado sin palabras preguntándonos si lo que estaba ocurriendo realmente estaba sucediendo, porque parecía sacado de una película de ciencia ficción. Para mí, fue uno de los mejores tiempos, donde aprendí cosas que no podría haber aprendido si esto no hubiese sucedido.
Abracé el cambio y con él sus desafíos. Esta es la clave «posicional» que caracteriza mi carrera como empresario.
Felipe De Stefani, Gerente General Turner Latinoamérica
Hoy, si uno no es un agente de transformación que promueve el cambio, termina siendo una víctima de él. Es como nadar contra la corriente; cuando uno deja de nadar, la corriente se lo lleva. No hay un intermedio. Lo mismo respecto a las transformaciones; uno es promotor del cambio, o es su víctima.
Ahora bien, hay una ventaja para algunos. Hay una palabra muy interesante en la Biblia, que me ayudó a cambiar la cabeza respecto a algunas cosas, que dice lo siguiente: “El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu” (Juan 3:8). Lo que me indica que el que cree y ha nacido del Espíritu, es una persona que tiene una expectativa renovada cada mañana por la misericordia de Dios.
Entender esto es clave para ser agentes de cambios. Entender que la actitud es más valiosa que la aptitud, y que abrazar las transformaciones y sus desafíos nos lleva a tener que aprender constantemente sin importar los déficit de conocimiento o experiencia. Esta es la clave que me mantiene diligente y permite que abrace los cambios sin temor. No soy yo, es Dios. Y si Él lo hace conmigo, creo fervientemente que también lo puede hacer contigo.
“Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” (2 Corintios 5:17).
FELIPE DE STEFANI
Gerente General Turner Latinoamérica.Senior Vice President and General Manager
WarnerMedia. Integrante de Comunidad PEC.