NACER DE NUEVO
¿Cómo será esto posible? Fue la pregunta que le formuló Nicodemo a Jesús y es la misma que nos hacemos nosotros constantemente.
El hombre, en el huerto, decidió comer de una sustancia contraria a la vida —la muerte—, y así sucedió, tal como Dios le había advertido a Adán. Ahora su vida espiritual quedó sin la posibilidad de experimentar la comunión con el Padre.
Cristo, le explica a Nicodemo que para entrar al Reino de Dios y su dinámica, es necesario experimentar la regeneración.
¿Por qué es necesario nacer de nuevo?
Tal como Dios le advirtió al primer hombre cuando le dijo que no comiera del árbol del conocimiento del bien y el mal, su vida espiritual murió y quedó separada de la comunión con el Padre.
Pablo explica que el hombre natural no entiende las cosas del espíritu. Por lo tanto, si queremos entender a Dios, necesitamos convertirnos en hombres y mujeres espirituales. Dios busca homologarnos a su vida para que seamos partícipes de su naturaleza.
¿Cómo lo hacemos?
Jesús explica que Dios es dador de buenas dádivas; si le pedimos pan, no nos dará una serpiente, y si rogamos por su Espíritu Santo, Él nos lo dará de buena gana. Cristo vino justamente para esto. Para hacer morada en nosotros y crecer en nuestro interior.
Una vez que su Espíritu se une al nuestro, uno somos en el Señor. Él nos guiará a la Palabra, nos confrontará con nuestros pecados, nos revelará la voluntad del Padre y nos guiará a realizar las obras que el Padre preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Al sepultar nuestra vida en Cristo, tanto en el bautismo de agua como el del Espíritu, podremos caminar en esta realidad eterna día a día.
¿Qué estás esperando para entrar al reino de Dios? La invitación te fue extendida.