Pablo nos enseña una verdad espiritual que muchas veces obviamos o pasamos por alto. El apóstol arranca su epístola hablando que no predicó ni persuadió con palabras ni sabiduría humana, sino en su debilidad, habló con el poder del Espíritu.
Y refiriéndose a los Corintios, Pablo, deja en su carta de una manera tácita que no estaba concentrado en saber cosas naturales sino el poder de la cruz operando en los hermanos de Corintios. 1° Corintios 2:2
Debemos entender que más importante que nuestras “realidades físicas o emocionales” hay una realidad superior que gobierna, o al menos debería de gobernar al creyente, y es la cruz de Cristo en nosotros.
Tal como Pablo declara en la carta a los Gálatas: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”.
Más importante que nuestras historias de vida que nos esté tocando atravesar en este momento es cuanto de Cristo está viviendo y operando en nosotros.
Este es un hermoso desafío para implementar a partir de esta semana, no procurar, saber cosa alguna sino fijar nuestra atención en la vida de Cristo en nuestro ser interior.