El gobierno, al no poder garantizar la libertad de culto, presionó de manera indirecta a ministros y pastores para que suspendieran toda actividad en las iglesias locales.
Este fin de semana largo se realizará en la provincia de San Luis, Argentina, el trigésimo quinto Encuentro Plurinacional de Mujeres. En esta ocasión se estima que arribarán a la provincia aproximadamente 80 mil personas y permanecerán los días 8, 9 y 10 de octubre. El gobierno nacional proveyó micros, estadías y viandas, pero no pudo garantizar la seguridad de los ciudadanos que quieren profesar su fe cristiana libremente.
Gabriel Bazán era uno de los invitados a un congreso que se daría cita en San Luis y salió a explicar en sus redes sociales que a último momento tuvieron que suspender el viaje por que los dirigentes políticos querían evitar cualquier tipo de enfrentamiento o acto vandálico contra los templos, que seguramente suceda, a fin de preservar la “seguridad de los creyentes”.
El pastor David Sensini ante el llamado de las autoridades de San Luis para suspender uno de los eventos cristianos más importante que tiene la provincia declaró “jamás haríamos recurso de la violencia porque somos un pueblo pacífico que pregona el amor de Cristo”, aún así nadie pudo dar una respuesta ante la falta de efectivos policiales y la cantidad de manifestantes que se reunirán estos tres días, dejando iglesias evangélicas y católicas a la intemperie.
El pastor Sensini también expresó “más que nunca nos tenemos que unir como pueblo de Dios para defender nuestros derechos para que se respete la libertad que nos otorgan las leyes de este país”. El ministro no solo está a cargo de una congregación en Rosario sino que es embajador argentino en los Estados Unidos de una ONG que defiende la libertad religiosa en todo el continente.
En el Encuentro Plurinacional de Mujeres, no solo asistirán mujeres,sino transexuales, travestis, intersexuales, bisexuales,lesbianas y no binaries. Además se estima que el Gobierno de la Provincia destinó 350 millones de pesos para que se lleve a cabo.
La pregunta que nos plantemos como ciudadanos democráticos en un país en la que la constitución garantiza la libertad de culto es ¿los derechos de los cristianos valen menos que el de un colectivo, en este caso “feminista”? o ¿ya no hay igualdad de derechos sino privilegios de derechos?
Por último Gabriel Bazán nos invita a orar por la ciudad y por estas personas para que conozcan el verdadero amor que cambia y transforma las vidas. Es importante entender que reclamar nuestros derechos de libertad de culto no nos otorga el derecho para odiar a las personas que no profesan nuestra fe.