Al sur del continente, se encuentra la conocida isla Sri Lanka compuesta por nueve provincias y 24 distritos. En uno de ellos, vive Hasika una fiel creyente que a pesar de las adversidades, se reúne semanalmente con 20 cristianos de la zona.
Actualmente, el país está atravesado por la carencia de alimentos y productos de necesidades básicas y se suma la crisis por el combustible. En medio de la adversidad, la iglesia de Jesucristo en Sri Lanka se mantiene firme y activa, sirviendo a toda la comunidad, en todo lo que está a su alcance.
Hasika, es una líder cristiana en la zona que lleva más de 10 años sirviendo de forma fiel en su hogar, como madre de dos hijos y a su comunidad, con hija de Dios. Se congrega en Nugegoda, un suburbio de Colombo, capital de Sri Lanka y semanalmente se reúne para discipular y animar en la fe a 20 cristianos.
Esta información, parece anecdótica y hasta “normal”, pero la crisis económica que afronta el país presentó nuevos retos para que puedan seguir reuniéndose. Hasika expresó a Puertas Abiertas que “fue muy difícil visitar a los nuevos cristianos. El transporte público funciona en horarios restringidos debido a la crisis del combustible, que ha complicado los desplazamientos. Caminé casi 10 kilómetros para visitar a algunas familias”
“La realidad de la crisis es mucho mayor de lo que muestran las noticias”, contó la mujer. “Mi esposo estuvo utilizando la bicicleta de nuestra hija para ir a trabajar. Apenas puede sentarse, pero es el transporte que tenemos sin combustible. Es un momento muy difícil para todos”
Pero cada semana, Hasika visita a las familias, sin mirar las dificultades ni la crisis. Acompañar a los nuevos cristianos en sus primeros pasos en la fe, es su pasión y la lleva a encontrar la solución en la adversidad y a ser sal y luz en cada hogar. La alegría y la fe son frutos que comparte cada domingo en la reunión y son de ánimo para otros creyentes.
Históricamente, la isla fue centro de la cultura y religión budista. Pero actualmente, se reconoce como país multireligioso y multiétnico, al punto que un tercio de la población no practica el budismo sino el hinduismo, cristianismo o profesan el islam. Por encima de las estadísticas, la fe de los cristianos se mantiene firme y colaboran de forma generosa con lo que tienen, para llegar a otros con el mensaje de Jesucristo. Una fe puesta en obras ha sido su clave para crecer y permanecer.