La depresión es un estado de tristeza que ocupa la mente de muchas personas, afectando su cuerpo y su vida diaria. ¿Cómo enfrentar esa situación? ¿Qué dijo Jesús al respecto?
Sin duda los problemas vienen a todos. De hecho, Jesús dijo que vendrían. Y cuando esto sucede, las emociones van y vienen. El miedo, el enojo, la ansiedad, la preocupación. Todo esto es parte de la experiencia humana. Si así no fuera, la Biblia no nos daría instrucciones al respecto.
La Palabra nos dice: “Por nada estén ansiosos”. O también, en referencia a Cristo, que “llevemos a Él nuestras preocupaciones”. El Señor nos dice “no temas” o “no se preocupen por el mañana”. Porque la vida traerá estas cosas que nos moverán el piso en un determinado momento. Todos lo hemos sentido.
¿Y cuál es el origen de estas situaciones? A veces el problema que aparece, es traído por:
- 1) Nuestras decisiones y elecciones.
- 2) Decisiones y elecciones de otros.
- 3) El enemigo.
Jesús dijo: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”. Juan 16:33 NVI
¿Cómo vas a tratar con esto si aparece? Porque aparece, y hoy en día más de lo que hubiéramos considerado normal.
En Juan 10:10 el Señor Jesús nos deja bien claro el trabajo de Satanás: robar, matar, y destruir. En el griego original la palabra “destruir” significa “fragmentar”. El enemigo querrá dividir tu mente. Para que no sepas qué pensar, ni hacia dónde ir. ¿Alguna vez saliste de tu cama y volviste porque no querías enfrentar tu día? Sin dudas es parte de la normalidad de mucha gente en nuestra sociedad.
Hay una decisión que puede ser la peor si estás pasando por un momento de depresión: aislarte. Fuimos creados para ser dependientes. De lo que sea (o quien sea) que dependas, eventualmente te controlará. Sería un engaño creer que somos autosuficientes, que solos podremos salir.
¡Debemos depender de Dios, nuestro creador! Muchas personas dependen de sus empleos. Entonces ya no tienen tiempo para Dios, quien originalmente los había hecho libres. Pero si dependemos de Dios, seremos verdaderamente libres. Dios es el único que es autosuficiente. Jesús dijo:
“Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada”. Juan 15:5 NVI
¡Estar conectados a Él! Nunca sin Él. Debemos tener cuidado con creer que somos autosuficientes como para no hacer más lo que antes hacíamos. Tal vez sea hora de retomar tu servicio a Dios, aquello que habías dejado, porque creías que ya no podías. Incluso en la familia de la fe, la iglesia local. “Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe”.Gálatas 6:10
Ningún hombre o mujer puede ser una isla. Y eso es lo que hará la depresión: aislarte. Y cuando eso venga, no tenemos que olvidar las palabras de Jesús: en el mundo habrá problemas, pero “¡anímense! Yo he vencido al mundo”.
No vas a ser vencido. Porque Él está contigo. ¡No vas a perder! Porque vas a depender de Dios. Te invito a dejar de lado esos sentimientos de ofensa o de temor. A tomar tu lugar y a no darle más espacio al enemigo. A que te muevas en lo que has creído, y dependiendo en quien has creído. En pocas palabras: que te sometas a Dios y el enemigo huirá de tu vida.