No voy a referirme a alimentos físicos; sino a cómo alimentamos nuestra mente, alma y espíritu.
Para comenzar, quiero partir desde lo siguiente: libre albedrío.
LIBERTAD DE ELEGIR
Dios nos ha dado libertad para que podamos decidir lo que queremos hacer o no; y eso es muy bueno. Si tomamos decisiones correctas, tendremos bendiciones en todas las áreas de nuestras vidas; caso contrario, podemos perjudicarnos a nosotros mismos, y a todo nuestro entorno.
En todo momento debemos tener una actitud responsable; analizando si la decisión que vamos a tomar traerá bendición o maldición a nuestras vidas.
Esto lo encontramos en Deuteronomio 30:19: “El cielo y la tierra son testigos de que hoy les he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Yo les aconsejo, a ustedes y a sus descendientes, que elijan la vida”.
CONSTANTE ALIMENTACIÓN
Día a día alimentamos nuestra mente, alma y espíritu, con las noticias, redes sociales, eventos, música que escuchamos, personas con las que nos relacionamos y demás. ¡Atención, porque todo esto nos alimenta! Aquí mismo, es donde debemos cuidarnos; a veces, podemos ignorar las consecuencias que se producen en nosotros lo que consumimos.
“Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos”. Efesios 5: 15-16 NVI
DESEAMOS LO QUE CONSUMIMOS
Si analizamos nuestra vida diaria, detectaremos lo que estamos consumiendo. Y debemos saber lo siguiente: esa nutrición diaria nos dominará. Por ejemplo, si consumimos videos de lugares turísticos del mundo, el resultado será tener el deseo de viajar. ¿Fuerte y claro no?
Ahondaré más, si una persona consume diariamente pornografía, tendrá cada vez más el deseo de tener relaciones sexuales, cometer actos inmorales y al pasar el tiempo, tendrá una vida promiscua; y todo lo que esto conlleva ese estilo de vida. Como por ejemplo: divorcio, infidelidades, familias divididas, sentimientos negativos, culpa y demás. Pero, si una persona consume diariamente la palabra de Dios, tendrá el deseo de honrar a Dios, vivir en santidad y tener una vida en bendición.
LO QUE NO ALIMENTAS, SE MUERE
Lo que más alimentamos en nuestra vida, será más fuerte y eso ejercerá mayor control en nuestras decisiones. Pero lo que dejamos de alimentar, se debilitará hasta que al final, morirá. Esto es aplicable a todas las áreas de nuestra vida.
Aquí dejaré algunas conclusiones personales a las cuales he llegado al aplicar esto en mi vida:
- Si no alimentamos nuestro espíritu, se muere.
- Si no alimentamos nuestra relación con Dios, se muere.
- Si no alimentamos nuestras convicciones, se mueren.
- Si no alimentamos nuestra sabiduría, se muere.
Lo curioso de esto es que todo el tiempo nos alimentamos. Y la pregunta que debemos hacernos es ¿de qué nos estamos alimentando? Porque:
-Si no alimentamos nuestro espíritu, alimentamos nuestra carne.
-Si no alimentamos nuestra relación con Dios, alimentamos nuestra relación con el mundo.
-Si no alimentamos nuestras convicciones, alimentamos nuestras emociones.
-Si no alimentamos nuestra sabiduría, alimentamos la ignorancia.
Estoy seguro de que habrás pensado que es algo “extremista” o “exagerado”; pero quiero animarte a que te analices y relaciones tus decisiones con sus consecuencias y notarás lo que quiero decirte.
Si solo alimentamos los deseos de la carne; pecaremos fácilmente. Pero si alimentamos nuestro espíritu, más que la carne, soportaremos la tentación. ¿Más claro? Échale agua.
¿CÓMO ALIMENTAR NUESTRA VIDA ESPIRITUAL?
Llevo años trabajando con jóvenes y adolescentes, y esta pregunta es un gran común denominador, ¿cómo crecer espiritualmente? Aquí voy a compartirles los consejos que doy:
- Ten tiempos programados de oración: al fijar el horario, este tiempo será una cita, y como este evento lo amerita, te prepararás de la mejor manera. ¡No lo suspendas!
- Buscá tener una relación continua con Dios. Háblale en momentos cotidianos. Recuerda que Él siempre está contigo.
- Tómate el tiempo para leer la Biblia. Aparta un tiempo del día, para leerla y anotar las enseñanzas que el pasaje que leíste, te dejan. ¡En algún momento te servirán!
- Escucha prédicas de referentes cristianos. Si no sabes a quién escuchar, pregúntale a tu líder o pastor, ellos sabrán guiarte.
- Escucha música con contenido que te edifique; yo prefiero canciones con letras cristo-céntricas. Eso alimenta mi fe, me da paz y levanta mi ánimo.
- Relaciónate con personas que te edifiquen y te motiven a crecer espiritualmente
- Nunca dejes de congregarte, esto es vital para tu crecimiento espiritual.
- Busca un área donde servir en tu iglesia local, eso te mantendrá enfocado y activo.
- Trabaja el carácter, los dones y talentos que Dios te dio. Capacítate en esas áreas pero sobre todo concéntrate en dar el fruto del Espíritu.
- Predica de Jesús a todas las personas de tu entorno.
La sociedad está cada vez más apartada de Dios. Corremos peligro de seguir las tendencias que hay en la actualidad. Si estamos débiles espiritualmente podemos caer en ello y matar nuestra fe y nuestra vida espiritual.