Una dramática historia basada en hechos reales con la que te vas a emocionar
Luke Abbate es un chico de tan solo 15 años, juega fútbol americano en su escuela, y es uno de los mejores jugadores de su equipo. Luego de terminar el entrenamiento, un día como cualquiera, él y sus amigos deciden regresar a sus hogares con el auto de uno de ellos.
El joven conductor que iba a excesiva velocidad, perdió totalmente el control y provocó un accidente. Todos tuvieron lesiones pero el único que sufrió una lesión cerebral fue Luke.
Tras avisarle a su familia el hecho, el diagnóstico de los médicos no era para nada positivo, ya que no había probabilidades de vida. Al pasar 24 hs en el hospital esperando ver si Luke tenía alguna mejoría, una de las enfermeras del hospital se acerca a la familia para comentarles que en caso de que Luke muriera, podrían donar sus órganos. Los padres, muy decepcionados con esta propuesta, lo pensaron y decidieron hacerlo.
Pasaron varios días y Jon, el hermano mayor de Luke, comienza a tener problemas incontrolables con el alcohol, bebe todas las noches para tapar ese dolor que siente por la pérdida de su hermano menor.
Jon al igual que Luke, también juega fútbol americano en la universidad, pero luego del accidente, no ha vuelto hacerlo. De todas maneras, motivado por su amigo y su novia, decide hablar con su entrenador y este le propone jugar en el equipo Wake Forest Demon Deacons.
Jon acepta la propuesta, y comienzan los entrenamientos.
Mientras tanto la madre de Luke, Maryanne, está atravesando un duro momento y no se siente acompañada por su esposo Steven, lo que hace que se sienta sola.
Comienzan los partidos de la temporada en el Wake Forest, y Jon está en su mejor momento, pero lo que lo motiva a jugar, es hacerlo en la memoria de su hermano Luke, ya que ese era su sueño, jugar en ligas mayores. Por esto es que decide ocupar el número 5 en el equipo, el número que era Luke.
A medida que el relato avanza vemos cómo el equipo va obteniendo cada vez, mejores anotaciones y no hay fecha que pierdan.
Jon pasó de estar en depresión, a ser el líder que motiva a su equipo, todo en nombre y memoria de su hermano. Al final de la película algo inesperado sucede pero no te vamos a contar más. Tendrás que descubrir qué sucede.
En The 5th Quarter vemos cómo Dios puede restaurar todas las cosas, incluso cuando se trata de una pérdida tan grande como la de un hijo, hermano, amigo. Y siempre con su amor nos cura todo tipo de dolor.