Miguel Ángel Borja Hernández, más conocido como Miguel Borja, es un futbolista profesional desde su debut en 2011. Nacido en Tierralta, Colombia hace 29 años. Se incorporó recientemente al Club River Plate de Argentina, el delantero se hizo viral recientemente por postrarse a orar previo a debutar en el equipo millonario, repasamos su historia junto al Señor.
Cuando tan solo tenía 13 años, Miguel tuvo un sueño, convertirse en futbolista profesional para poder ayudar a su familia a salir de la pobreza que lo rodeaba en Tierralta. Comenzó su camino, teniendo grandes rendimientos hasta saltar de repente a la selección de Córdoba (el departamento en donde está Tierralta), esto hizo que Borja sea más visible hacia otros equipos.
Mientras tanto, su mamá Nicolasa, pasaba sus días orando por su familia y por el sueño del pequeño Miguel, además de vender fritos, trabajaba más horas para pagarle los pasajes hacia los clubes donde iba a probarse. En varios equipos colombianos como Millonarios, Envigado y Atlético Nacional, no fue aceptado pero aún así nunca bajó los brazos. “Tenía el objetivo claro y la voluntad para lograrlo”, es el testimonio de sus amigos. Hasta que fue al América de Cali donde quedó en las pruebas y comenzó a entrenar en las inferiores.
A pesar de su gran nivel, no pudo debutar profesionalmente, hasta que con 17 años, fue transferido al Cúcuta Deportivo. Miguel se encontraba cumpliendo su sueño, esto hizo que se dedique completamente al fútbol, dejando la secundaria a punto de terminar para continuar su camino en el deporte.Debido a su rapidez y a su rendimiento, llamó la atención de la selección Sub 20 de Colombia. En un torneo disputado en Argentina en 2013 fue la gran figura donde consiguieron el título. Luego tuvo un paso fugaz por La Equidad y el Livorno de Italia, y finalmente Miguel Borja tuvo su primera experiencia en el fútbol argentino. Precisamente en Olimpo de Bahía Blanca, donde en un semestre convirtió tres goles en 16 partidos.
En 2015, fue traspasado a Independiente Santa Fe de Colombia, donde consiguió sus primeros títulos a nivel clubes, el torneo local y la Copa Sudamericana de ese año. A pesar de los títulos, no tenía tantos minutos y aceptó el desafío de retornar a Cortuluá, donde convirtió 19 tantos en solo 21 partidos. Se convirtió en el goleador del momento en su país, donde llamó la atención de Atlético Nacional de Colombia, donde levantó la Copa Libertadores.
Además, antes de llegar a la final de la Sudamericana, Borja también levantó el trofeo de la Copa Colombia, en la que vivió un momento que podría haber terminado en tragedia. Una mujer, simpatizante de Junior de Barranquilla, eludió los controles policiales, ingresó al vestuario e intentó apuñalar al futbolista.
“No entiendo por qué llegó a entrar una mujer con un arma al estadio. Afortunadamente ya pasó. Será Dios quien la juzgue a ella. Apenas sentí el pinchazo me di cuenta de que me había rayado. Inmediatamente me doy vuelta y veo que ella sale corriendo haciéndome un gesto como diciendo esto te pasa por ganarnos. Igual pienso que la principal responsabilidad la tiene la policía. ¿Cómo es posible que una persona armada entre a un estadio? Yo jamás provoqué a la gente, solo estaba con mi familia en el terreno de juego”, comentó en su momento a El Espectador.
Aunque en medio de su carrera deportiva, con Cristo en él, tomó la decisión de terminar la secundaria, que había interrumpido por sus sueños de fútbol. A sus 28 años finalizó, estudiando a distancia, acostándose más tarde en las concentraciones, rindió en forma virtual los últimos tres años hasta que en 2021 logró el título de bachiller.
En el 2014, el Señor le mostró que inaugure la fundación Miguel Borja, con la que en un terreno de cuatro hectáreas que compró, como inversión personal, en su pueblo y construyó tres canchas y cobija a 120 chicos de bajos recursos de entre 8 y 13 años, a los que asiste con transporte, indumentaria y ayuda psicológica para llevarlos a distintos clubes de su país.
Su gran nivel lo llevó al Palmeiras, donde ganó el campeonato brasileño de 2018. Ese año, integró la lista mundialista de José Néstor Pekerman para disputar el Mundial de Rusia 2018. En 2020 regresó a su país para defender la camiseta de Junior y conquistar la Superliga de ese mismo año.
Luego tocó la Copa América al año siguiente, donde tuvo un picante enfrentamiento con el Dibu Martínez y dejó inmortalizado un festejo que por estas horas es furor: el paso del colibrí.
El 10 de julio de 2022, Borja emprendió su viaje hacía Buenos Aires, Argentina, para presentar exámenes médicos y firmar contrato con River. “Agradecido con Dios por la oportunidad que me da de poder ir a uno de los mejores del continente. Ha sido un trabajo difícil junto a mi representante.” afirmaba el delantero a horas de firmar su contrato con el conjunto argentino. Aunque previamente publicó una historia en su Instagram personal, con la frase “El tiempo de Dios es perfecto” haciendo alusión a su pronta llegada al Millonario.
Pero su viralización se dió a los 28′ del segundo tiempo y teniendo un gran debut que le valieron los aplausos de todo el público. Pero antes de entrar a la cancha, cuando Marcelo Gallardo lo llamó para entrar, el colombiano se sacó el buzo, se acomodó la camiseta, se levantó las medias y después del último gesto de aliento del Muñeco, se arrodilló en el césped, cerró lo ojos y levantó sus manos orando a Jesús.
Al finalizar el partido, explicó sobre su quebrantamiento antes de ingresar a disputar el partido, “Siempre hay que humillarse ante Dios para que Él te exalte dentro de la cancha, yo creo que cada día quiero hacer eso, quiero identificarme y que Argentina se identifique con Dios que es lo más importante”
Finalmente en sus redes sociales, escribió:“Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”. (1 Tesalonicenses 5:18)