J. Warner Wallace es un investigador de homicidios en Estados Unidos que un día se encontró con Jesús mientras intentaba negarlo.
Si su rostro te resulta familiar es porque viste la película Dios no está muerto 2, en donde el detective se interpreta a sí mismo para compartir en la corte las evidencias de Jesús como personaje histórico, esa aparición en el largometraje no habría ocurrido si él no se hubiese decidido a investigar las escrituras.
El exitoso investigador comenzó a trabajar en homicidios en 1988 y gran parte del trabajo de investigación profesional de Wallace tuvo una amplia cobertura mediática. Al reconocer para sí mismo su habilidad para investigar cualquier cosa, ocho años después, a los 35 años de edad, Wallace decidió tomar el caso de la afirmación del cristianismo de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Como era ateo en ese momento, su motivo inicial fue refutar la afirmación de que Jesús murió y resucitó.
Entonces, comenzando con la afirmación de la resurrección, Wallace puso a prueba su conocimiento en la ciencia forense. Utilizando sus métodos de detective de homicidios para investigar la muerte de Cristo consultó todos los libros del Nuevo Testamento, en diferentes versiones y traducciones. Hasta que se topó con algo que lo sorprendió y que cambiaría toda su vida.
El detective sabía por experiencia en su línea de trabajo la diferencia entre las personas que en realidad están muertas y las que están «casi» muertas. Wallace describe que generó un punto de inflexión cuando se encontró con Juan 19:34 que establece que «sangre y agua» salieron después de que la lanza golpeó a Jesús.
“El agua se acumula en tus pulmones. si se perfora esa cavidad, se verá una separación de sangre y agua».
Explicó Wallace
Aunque esto parezca algo menor, el ahora apologista enmarca que el hecho de que esta descripción relatada en Juan hable específicamente de lo que sucedió y que haya dejado una fuerte impresión lo convenció de que Jesús realmente murió en la cruz.
“Juan fue tan inteligente que incluyó un hecho biológico poco conocido que nadie descubriría durante 1800 años o simplemente reportaría lo que vio. Y como resultado, tenemos una gran cantidad de ciencia oculta que confirma que Jesús realmente murió de un paro cardíaco y que estaba muerto cuando su cuerpo fue bajado de la cruz”, dijo.
El escritor luego explicó que, para obtener la verdad, los testigos tenían que ser entrevistados por separado. De lo contrario, hablarán entre ellos y acordarán una historia para contarle al detective, y cada uno relata la crucifixión con distintos detalles.
«El hecho de que los evangelios no estuvieran unificados precisamente en cada detalle tenía el ‘toque de verdad’ para mí».
Hoy en día el investigador es miembro principal del Colson Center for Christian Worldview y profesor adjunto de apologética en la Universidad de Biola en Los Ángeles, California. Es autor de varios libros, incluidos Persona De Interés, Cristianismo Caso Resuelto, La escena del Crimen de Dios y Forensic Faith, en los que aplica los principios de la investigación de homicidios sin resolver a preocupaciones apologéticas como la existencia de Dios y la fiabilidad de los Evangelios.
En una entrevista en Cold-Case Christianity Wallace habló acerca de la importancia de estar seguros de nuestra fe en Cristo, «si alguien te pregunta: “¿por qué crees que el cristianismo es verdad?”, muchos de nosotros responderemos una de estas frases: “Me criaron así”, “Tuve una experiencia que me confirmó que el cristianismo es verdad”, “mi relación con Jesús me transformó’, Ok, son buenas; pero, tengo 6 hermanos que fueron criados como mormones y, si les preguntas, ellos fácilmente te contestarán de la misma forma, de hecho, lo hacen. Eso significa que nuestras respuestas más populares no son suficientes».
«La respuesta que casi nunca escucho es: ‘¿sabes qué? He visto la evidencia de que Dios existe, conozco la evidencia de la escritura y de otras fuentes, y he determinado que es verdad’. Soy cristiano porque es verdad. Muy pocas personas hablan así. Por eso es tan importante que cambiemos. Necesitamos mejores respuestas. Si es verdad, es objetivamente verdad, para todos”, compartió Wallace.
Hasta el día de hoy continúa investigando la Palabra de Dios, y sigue escribiendo acerca de sus investigaciones y refuerza la verdad del Evangelio, lo cual es de bendición para todos aquellos que viven con dudas, incertidumbres y preguntas acerca de las escrituras y la verdad del Evangelio. El ex ateo hoy en día no tiene absolutamente ninguna duda de su fe, y no solamente por el resultado de sus investigaciones, sino por el impacto que tuvo su encuentro con la Cruz de Cristo y la decisión de morir a su antigua vida para vivir en Jesús.