Sé que es difícil transmitir tranquilidad en momentos como estos. Es difícil ignorar a todo lo que nos está aconteciendo como humanidad.
Desde hace algunos días, Ucrania pasó a ser el centro de las noticias. Creo que varios de nosotros ni siquiera sabíamos dónde estaba este país o cómo era su gente. Rusia es un viejo conocido, pero quizás su vecino, éste que ahora invade, no lo era tanto.
Entender completamente lo que sucede en esta zona requiere un arduo trabajo de comparación histórica, de conocimiento de la historia, la religión y la política de la zona. Por lo tanto, hay que volver hasta el siglo doce o catorce. Sí. ¡Doce o Catorce! Por ello, seguramente, estarán viendo largos y hasta confusos programas de televisión que intentan explicar el dilema de esta guerra.
Lo necesario que hay que entender es que, en toda guerra, son los civiles los que se llevan la peor parte, tanto del lado agresor como el que recibe los ataques. Por lo tanto, como primera conclusión, es que no sólo hay que orar por la paz de los que van al frente a la lucha, sino por los que se quedan en casa, por los que tienen que ir a buscar alimentos, por los que se desplazan, por los que son obligados a combatir. Ellos son los verdaderos perdedores de la guerra.
Retomando lo que dice el título, esta zona, Europa del Este, fue una de las primeras en ser cristianizada. Ya desde los primeros años de cristianismo, el este del continente europeo fue evangelizado, dejando de lado el paganismo, aunque no fue un camino fácil.
Son más de quince siglos de historia cristiana, con sus idas y vueltas, no es tan sencillo de explicar. Aunque profesan un credo diferente al nuestro, siendo la Iglesia Ortodoxa mayoritaria en Rusia como en Ucrania, son cristianos que tienen un largo ejercicio en persecución, en resistencia y en demostrar que la verdad de Cristo permanece, aunque tengan diferencias doctrinales con nosotros. Por lo tanto, espero dar claridad a cómo comenzó la creencia cristiana en esa región, la cual espera nuestras oraciones, y nosotros debemos aprender de su perseverancia.
Los primeros seguidores de Cristo más allá de Alemania
Ucrania y Rusia en ese momento no eran países ni regiones tan diferentes ni separadas como ahora, estos lugares tuvieron sus primeros cristianos ya en el año 50 o 60 después de Cristo. En un par de décadas luego de producido el Pentecostés, ya había discípulos y predicadores por aquella zona. Según la historia, el apóstol Andrés, el hermano mayor del apóstol Pedro, estuvo en esa región predicando. Esta región era llamada Escitia, donde el apóstol Pablo los nombra como discípulos en la Carta de Colosenses.
Sin embargo, habrá que esperar hasta el siglo décimo —año 955— para lograr efectivamente la conversión por parte de los reyes. Olga era una mujer protagonista del avance, como dije antes, 955 es el año bisagra en la zona. Olga de Kiev fue una de las primeras personas de la nobleza que se bautizó en la fe cristiana. Aunque intentó que su hijo siguiera estos pasos, fue su nieto quien hizo.
Esto podría haber marcado un comienzo ascendente sin límites del cristianismo, pero no ocurrió así. Durante la Edad Media, el continente europeo, pero sobre todo esta zona, sufrió diversas invasiones que hicieron tambalear la fe cristiana. Un ejemplo es el protagonismo que tuvieron los mongoles y otros pueblos paganos o de creencia musulmana, dada la cercanía con lugares netamente islámicos, como Persia o el centro asiático. A pesar de todo, el cristianismo siguió siendo la religión dominante.
En este punto hay que aclarar: la religión es el cristianismo ortodoxo, es decir, aquella iglesia que se separó del liderazgo de Roma en 1054. No quiero dilatarme mucho sobre las diferencias doctrinales pero lo esencial es que ambos eran seguidores de Cristo, según el conocimiento teológico de la época.
Siglo veinte: la etapa más dura y difícil
A pesar de la difícil situación política y social, rusos y ucranianos nunca dejaron de sentirse cristianos. El momento más duro que debieron atravesar fue la etapa del comunismo, entre 1917 y principios de 1990. En esta etapa se promovió un Estado netamente ateo, donde por varios períodos se persiguió cualquier actividad religiosa. No importaba la doctrina ni la rama o el tipo de creencia religiosa; por esos años cualquier profesión de fe debía desaparecer.
En esa persecución hubo víctimas ortodoxas, protestantes y católicas. Además de esto, se apresaron a varios sacerdotes y se demolieron una cantidad impresionante de iglesias. Vuelvo a insistir: no era contra una determinada doctrina, sino que era una persecución general contra la fe. Debía prevalecer el ateísmo. También hay que decir que esto no ocurría solo en el territorio ruso, sino en toda la Unión Soviética. Ucrania incluida.
No obstante, con la caída del comunismo, más del 70% de la población rusa y una cantidad similar en Ucrania, se identificaron como cristianos.
Más de 2.000 años de lucha
Rusia y Ucrania necesitan hoy de nuestras oraciones. Ambas, sin distinción. Oración por sus líderes políticos, por su población, por sus desplazados. Pero también necesita apoyo para que algunas ramas del cristianismo, entre ellas el protestantismo, tengan total libertad de predicar, evangelizar y discipular. Igualmente, creo que debemos ser humildes y reconocer que estamos ante una iglesia digna de imitar en su perseverancia a lo largo del tiempo, que ha triunfado por sobre la persecución.