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Dieta para el alma

Estamos en un tiempo donde socialmente la mirada está puesta sobre el cuerpo. 

Vemos en los medios de comunicación que las personas están interesadas en dar opinión sobre lo que está bien o mal respecto a la imagen, a veces hiriendo la autoestima de aquellos que batallan día a día para vencer estereotipos que les han causado temores tan internos que solo ellos conocen. 

Lejos están, en muchos casos, de abordar el tema del peso corporal desde el lado de la salud, que estaría muy bien ocuparse de ello; en cambio, siempre el foco está puesto en la imagen. El cuerpo es visible, es cierto que a veces carga más peso del que debería y esto trae dificultades en la salud, pero hay otro peso, que es invisible y que también genera dificultades en el cuerpo y la mente, y es el peso del alma.

¿Qué es el peso en el alma?

El peso del alma se puede estar cargando incluso desde el vientre de nuestra madre. Puede componerse de experiencias, sentimientos y emociones negativas, traumáticas y dolorosas.

El alma es esa parte de nuestro ser en la cual circulan numerosas cuestiones que afectan directamente el cuerpo y la mente. El alma puede estar dañada y afectada, de tal forma que parecería pesar kilos y kilos, en forma de tristeza, frustración, odio, rencor y más. Por eso es necesario también bajar de peso en el alma.

Hay estudios que relacionan lo emocional y lo corporal, yo considero que Dios nos ha creado de manera integral, para que funcionen como un engranaje perfecto la mente, el cuerpo, el alma y el espíritu.

Cada vez que alguna de esas esferas de nuestro ser está exigida, obviamente que va a repercutir en el resto.Es por eso que sería bueno que empecemos a deconstruir paradigmas que limitan lo corporal solo a una mala alimentación, al sedentarismo, a la falta de ejercicio, porque esos cuerpos que cargan kilos de más, también están expresando kilos de más que se portan en el alma.

El cuerpo muchas veces expresa aquello que no es posible verbalizar. Por eso, hoy quiero animarte a que tomes la decisión de que si estás sintiendo que tu alma pesa toneladas, puedas recurrir a buscar ayuda, espiritual en primer lugar, y también psicológica.

A continuación te dejo algunos tips en este sentido:

-Sé sincero contigo mismo: los seres humanos somos expertos en negar lo que nos pasa, porque de esa manera podemos seguir adelante, pero ésta no es una actitud saludable, callar hace que expreses lo que te afecta de una forma más nociva. Así que sincérate contigo, y reconoce si estás mal, examínate y deja que el Espíritu Santo te muestre qué es eso que cargas. “Meditad en vuestro corazón sobre vuestro lecho, y callad”, Salmos 4:4.

Determínate a cambiar: aunque detectes qué te pasa, si no tomas la decisión de hacer algo para cambiar, todo va a seguir igual. Así que una vez que reconoces que estás mal, toma una decisión que te lleve al cambio, por más pequeña que sea, es un montón antes que nada. 

-No tengas vergüenza y habla con alguien: sea lo que sea que hayas descubierto o detectado, compártelo con alguien maduro y estable emocionalmente, que sepas que podrá ayudarte en este proceso de perder peso en el alma, será de gran estímulo.

-Confía en Dios y cree en ti mismo, vas a poder: es importante que sepas que el peso del alma se pierde sabiendo que hay un Dios poderoso que está dispuesto a ayudarte, y que también están tus ganas de estar mejor, eso es todo lo necesario para que el cambio se produzca.

Deseo que puedas empezar a perder peso en el alma, kilos y kilos que no te los marca una balanza pero que de todas maneras están afectando tu calidad de vida, que están boicoteando la vida abundante que Jesús vino a darte. 

El peso invisible también importa, no lo olvides.

Camila Saraco
Camila Saraco
Psicóloga UBA. Atención de pacientes en consultorio particular. Talleres y cursos online, para instituciones y grupos. Creadora de contenido en @psicocristiana

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