“Primera Persona es un proyecto social, cuyo fin es la restauración, devolver sonrisas sanas desde el alma”, es como se presentan en la cuenta oficial de Instagram.
“Volver a sonreír hace hincapié en que sea restaurada la plenitud, la felicidad de la persona y el único que puede hacerlo es Jesús”, expresó Ángel Bravo, de profesión odontólogo.
El miedo al dentista o al dolor puede revertirse cuando nos exponemos a las manos correctas y sobre esto La Corriente conversó con Ángel, nacido en Ecuador y quien actualmente desarrolla el proyecto en la ciudad de Córdoba, Argentina.
LC: ¿De qué se trata el proyecto Primera Persona?
A.B: Tiene que ver en esencia con identidad, con ser sano y reconocer la belleza de Jesús en nuestras vidas, para expresarla en los demás. Realmente ésta es la intención del proyecto, que la belleza que todos tenemos, que es la de Jesús, pueda ser restaurada en las personas. En mi caso, es desde la odontología, pero la belleza de Jesús está en todo lo que somos, en quienes somos, en nuestra historia, en nuestra familia, pero también en los talentos que Dios nos dio. Todo lo que hacemos tiene el carácter de Él, tiene que ver con el sello de lo que nos encomendó y eso es belleza, eso transforma.
La belleza sana. En el proyecto vemos la belleza de Jesús restaurando persona y eso lo hago a través del talento que Dios me dio en la odontología, y que puede ser con lo que Dios le dio a cada uno como herramienta: la música, el canto, la medicina, una secretaria, es decir, desde cualquier oficio, deporte o arte podemos expresar la belleza de Jesús.
LC: ¿Cómo nace el proyecto? ¿A raíz de alguna palabra o alguna necesidad?
A.B: Desde muy pequeño Dios me llevó a ver la forma práctica del evangelio. Tuve esa forma de aprender y de interpretar las cosas, y siempre me llamó la atención la parábola del buen samaritano y cada historia que me hacía ver cómo una persona puede liberar tanto amor y hacer algo que nunca se atrevió a hacer.
Con eso como base, en el 2018 empezó el proyecto a raíz de un viaje que hice a una brigada de Salud en Haití, a través de un amigo. Yo fui con muchas expectativas de lo que Dios iba a hacer, pero humanamente no pensaba que mi ayuda iba a ser importante, entonces decía “¿cómo puedo ayudar a alguien, si no estoy bien?” y aunque eso era lo que yo sentía realmente, dije “si Dios quiere que yo esté, va a suplir todo lo que necesito para ir” y realmente lo hizo. En ese momento, sentí que estaba en deuda con Dios porque pensaba ¡quién era yo para que Él me llevara o qué había de bueno en mí para que me llevara a tal lugar!
Previamente a esto, para mí la odontología estaba desasociada del proyecto de Dios para mi vida, es decir, para mí la odontología era mi trabajo y buscaba encontrar a Dios en la iglesia nada más, o sea, era como dos personas separadas. Yo pensaba que amar a Dios y ser importante y valorado por Él tenía que ver con tener una vida dentro de la iglesia, entonces también estaba frustrado desde lo espiritual, porque veía que se me abrían muchas puertas profesionales y al mismo tiempo en la iglesia tenía menos lugar, justamente por ocupar mi tiempo en el trabajo. Sumado a que la odontología que yo hacía era estética, entonces yo pensaba que eso era vanidad.
Pero de pronto, aun sin la expectativa de poder ser usado por Él, Dios me llevó a ese viaje a Haití y realmente se convirtió en una oportunidad muy grande, lo supe a partir de un caso muy particular, atendiendo a un joven, se le bajó la presión y se descompuso, nunca me había pasado una situación así con un paciente.
Vinieron del departamento médico y lo reanimaron, pero yo no sabía por qué se había descompuesto, hasta que entendí, Dios me habló a través de esta imagen: lo atendí a las 17.00 hs, así que seguro ese chico se había levantado muy temprano, alrededor de las 5.00 de la mañana, solamente para ir a hacer fila y alcanzar a tener un turno.
Entonces, cuando veo eso Dios me dice “Ángel, no te das cuenta de que hay gente en cualquier lugar del mundo, en cualquier situación, que está dispuesta a levantarse tan temprano para encontrarse contigo, porque yo puse en tus manos un talento, una habilidad que vino de mí”. Cuando yo vi eso, por primera vez sentí que lo que hacía le gustaba a Dios y ahí fue la reconciliación de mi profesión con el plan de Dios. En ese momento entendí que Dios me amaba a mí, que amaba lo que yo hacía y que lo que hacía a Él le interesaba mucho.
Ahí nace el reconocer que en mis manos había algo de Él que tenía que multiplicarse, que era para sanar personas y para traer esperanza, ni más ni menos que para quitar dolores y que la gente pueda sonreír.
LC: Llama la atención que el nombre no hace referencia a la odontología o a los dientes directamente, ¿Por qué elegiste ese nombre?
A.B: El Proyecto Primera Persona tiene que ver con que la primera persona más importante en nuestra vida es Jesús. Pero al mismo tiempo se refiere a nuestras relaciones interpersonales, porque somos también una primera persona, que tiene un prójimo al que hay que expresarle el amor de Jesús. La belleza de Jesús es la que tratamos de expresar a los demás.
Tiene que ver con amar a las personas, con amar a Jesús como nuestra primera persona de amor, pero también amar a nuestro prójimo, que es el mandamiento que Él determinó. Obviamente que al amar a Jesús nos es revelada su belleza y expresarla a los demás es lo que hace que seamos plenos y completos.
No es un nombre odontológico porque yo soy Ángel, no soy un odontólogo, hago odontología; es decir, mi título más importante no es ser odontólogo, mi título más importante es ser hijo de Dios, como Él me llama, me dio un nombre y ese nombre expresa la belleza de persona.
El nombre no es odontológico porque está direccionado a que cualquier talento que Dios nos haya dado debe ser usado para ser llenos de la belleza de Jesús y poder expresarla en cualquier lado.
LC: ¿Quiénes pueden participar?
A.B: Para quienes quieran sumarse a ayudar, el proyecto tiene la intención de despertar en la gente el interés de ser sana o de buscar conectarse al propósito que Dios los llamó, a partir de lo que han hecho toda su vida o lo que están estudiando para hacer. Creo que lo que haces diariamente se convierte en un trabajo y el trabajo medio que te desgasta, pero si entendés que lo que te dio Dios y a lo que te dedicás todos los días es voluntad de Él y sirve para restaurar y para un propósito, ya no se convertiría en un trabajo sino en una herramienta en la cual Dios se extiende. Es un mundo increíble conectar con personas en el consultorio, aprender de ellas, la amistad que se puede generar, es diferente de lo que yo me había imaginado con ser un odontólogo. Entonces creo que es muy lindo y si hay gente que quiera ser parte, con este entendimiento, está abierto.
Para quienes quieren ser ayudados. Lo primero que hacemos es conectar con una persona que sepamos que tiene muy pocas posibilidades económicas para costear un tratamiento, pero lo más importante y en lo que más hacemos hincapié en que sea una persona que esté en un proceso de restauración. ¿Cómo hacemos para saberlo? Porque tenemos una entrevista con la persona y le hacemos un seguimiento, no es solamente arreglar los dientes sino que se trata también de ministrar a la persona y de acompañarla.
Creo que encontrarse con la belleza de Jesús es que Dios nos ponga en un lugar donde Él ya estuvo trabajando en esa vida. Hacemos la entrevista y oramos mucho para saber cómo ayudarla y el tiempo en el que sea importante para ayudarla.
LC: ¿Cómo se pueden contactar? ¿Es sólo en Córdoba?
A.B: Por ahora se pueden contactar a través de nuestro Instagram que es @proyecto1rapersona y en el perfil compartimos un mail y un número de celular también.
Para ser ayudado, solamente en Córdoba por ahora, porque es en donde tenemos consultorio, hasta que encontremos personas que se quieran sumar en otras partes del mundo y formemos una comunidad.
La intención es ser una comunidad de personas, no por el nombre sino que puedan ser sanos en la belleza de Jesús, esa es nuestra mayor bandera y es la intención del proyecto.
LC: ¿En qué has visto al Señor a través de devolverle la sonrisa a la gente?
A.B: Realmente Jesús es el que hace todo. Cada vez que conecto con un paciente, yo me convierto en el paciente y Jesús toma mi lugar. Viví una situación en la que yo me frustraba con un paciente al que estaba queriendo ayudar y él no era muy colaborador, pero Jesús me hizo entender que no era yo el que hacía el tratamiento sino que Él tomaba el lugar en el que yo estaba y era Él quien hacía el tratamiento, la cirugía y la intervención.
Creo que Él me usa porque es Él quien lo hace en mí; por ejemplo, a veces no me reconozco en la paciencia que muestro para tratar a una persona que expresa mucho temor, por eso solo puedo decir que debe ser Jesús en mí expresándose en paciencia.
Y desde el momento que empiezo hasta cuando el tratamiento termina con una sonrisa en el paciente, sé que eso solo lo produjo Jesús. Yo soy un instrumento y si Él no hubiera puesto todo eso en mí, no lo podría vivir tan apasionadamente.
LC: ¿Qué significa «volver a sonreír»?
A.B: ¡Son todas preguntas muy profundas! (risas). Sonreír se trata de identidad. Creo que todos nacemos perfectos a los ojos de Jesús, tanto en lo espiritual como en lo físico. Pero todos sufrimos el creer mentiras y haber sido afectados por algún trauma o situación.
Yo creo que una sonrisa es pura, es la expresión más pura de libertad y plenitud pero cuando se desdibuja y a alguien le cuesta sonreír, tiene que ver con algo que vivió. Pude ver que una persona puede tener lindos dientes pero no tener una sonrisa, no ser feliz. Y más allá de lindos dientes, lo que Dios ama es el contentamiento, el gozo, la plenitud de vivir.
Cuando alguien pierde una sonrisa puede ser por una herida o un trauma, una infidelidad o un abuso, que la desdibujó. Hay muchas cosas por las que se puede desdibujar la sonrisa.
Volver a sonreír hace hincapié en que sea restaurada la sonrisa, la plenitud, la felicidad de la persona y él único que puede hacerlo es Jesús. Creo que cuando uno recupera eso, se puede ver todos los días en la seguridad de mirarse en el espejo de Jesús que es perfecto.
Cuando me veo en los ojos de Jesús, siempre tendré la seguridad de saber que soy amado y entonces se abren muchos motivos por los cuales caminar seguro y firme en esta vida. Y, como dice la canción, sé que todo va a estar bien, porque me ama y quiere estar conmigo todo el tiempo.
En síntesis, recuperar la sonrisa tiene que ver con que sea restaurada la identidad para poder verme todos los días en los ojos de Jesús y saber que todo lo que se quebró en algún momento está restaurado porque Jesús lo hizo.
LC: ¿Hace falta algo aún para desarrollar el proyecto a mayor escala?
A.B: El proyecto empezó en el 2019 y ha ido construyéndose de a poco, incluso hoy en 2022 está en plena construcción. La esencia está y estamos orando para que Jesús sea quien siga construyéndolo, es decir, que las personas que se sumen sean llevados a entender este fundamento que es ser restaurados en la belleza de Jesús.
Estamos orando por completar un equipo de trabajo que no solamente tenga que ver con la odontología, sino con la salud en general, con redes sociales, psicología, toda profesión que pueda abrazar a las personas, eso hace falta para llevar este proyecto a mayor escala.
Primera persona va más allá de la odontología porque va más allá de los dientes, tiene que ver con una sonrisa que es un estado de plenitud, de salud emocional, física y espiritual.