¡Feliz Primavera! Sé que no es algo que se pueda llamar “cristiano”, pero me gustaría desearles un buen comienzo de estación, y espero que estén teniendo un septiembre bendecido. 

Hoy queremos conmemorar a la Biblia. Como ya dije en notas anteriores, septiembre es el mes de varios acontecimientos importantes, algunos relacionados con el cristianismo o con su historia, como el año nuevo judío, y otros seculares propios de nuestro país, como el Día del Maestro. Además, septiembre celebra el Mes de la Biblia. Por eso hoy te quiero contar un poco de la historia de este libro. Quizás son detalles o hechos históricos que ya has escuchado, pero, nunca está de más recordarlos. 

Biblia proviene de “biblos” pero ¿qué significa?

La palabra “Biblia” no se menciona en las Escrituras. Proviene del vocablo biblos, que significa “los libros”. Entonces Biblia se traduciría como “conjunto de libros”. Esta palabra proviene del idioma griego, no del hebreo, por ello no se encuentra textualmente en la Biblia. Las versiones judías originales tienen nombres específicos para designar esta agrupación de libros, como la Torah, Misná, entre otros. 

La primera vez que se tuvo la Biblia recopilada, es decir, los libros que la componen juntos, fue en el siglo III antes de Cristo, cuando el rey Ptolomeo quiso tener los libros sagrados judíos para que conformasen parte de la famosa Biblioteca de Alejandría. Al referirnos a la época situada antes de Cristo, nos referimos a los libros que actualmente denominamos “Antiguo Testamento”. Sin embargo, no quedan los rastros físicos de esa compilación original. 

Se sabe de esa recopilación por otros textos que hacen referencia a este hecho histórico.

Recopilar el Nuevo Testamento fue una tarea mucho más ardua todavía. En la época de Jesús hubo muchos escritos que se podían casi considerar un libro más del Nuevo Testamento. Varios historiadores de la época de Jesús escribieron detalladamente sobre Él, sobre su ministerio y sobre su movimiento religioso. 

Volviendo al Nuevo Testamento en sí, los evangelios, cartas paulinas y libros de los apóstoles, tenían distintas versiones en los primeros siglos del cristianismo. Los idiomas variaban desde el siríaco, el latín, el copto, etc. El problema residía en que no se podía determinar cuál era más fiable que otra. Entre el siglo segundo y tercero después de Cristo se logró compilar todos ellos y los sucesivos estudios y concilios de la iglesia primitiva fueron dándole confiabilidad a los libros (información extraída de “¿Quién y cómo se escribió la Biblia”, del sitio La Información).

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Muestra del Codex Sinaiticus, la Biblia conocida y conservada más antigua del mundo

Para no perder el hilo podemos concluir de que Biblia proviene de la antigua Biblioteca de Alejandría como un conjunto de libros, aunque por cuestión lógica, no estaba incluido el Nuevo Testamento. La recopilación total de la Biblia tal cual la conocemos hoy recién se logró entre los años 300 y 400 después de Cristo. Parece demasiado tiempo, pero es considerablemente rápido con respecto a otros libros de fama universal como “La Odisea”, el cual se tardó más de mil años entre la escritura y su recopilación y difusión.

Mes de la Biblia, ¿de dónde salió eso?

Septiembre está ligado a la Biblia, pero sólo para los países de habla castellana. Esto se debió a que, en septiembre de 1569 se logró completar la impresión entera de la Biblia traducida del latín al castellano. Esta primera traducción estuvo a cargo de Casiodoro de Reina y, años después, Cipriano de Valera realizó una revisión y segunda edición. De allí proviene el nombre de la versión más difundida en castellano: Reina-Valera. 

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Biblia del Oso

La primera versión impresa contenía un oso en la portada, como característica de la imprenta que realizó el trabajo. Por ello, era conocida como “Biblia del Oso”. Esta Biblia se imprimió en Suiza.

La iglesia católica también tiene motivos para celebrar este mes pues el 30 de septiembre conmemoran el día de San Jerónimo, el santo que, según la historia de la iglesia, tradujo y compiló la Biblia Vulgata, en latín, que fue la Biblia “oficial” utilizada por varios siglos (información extraída del sitio oficial de la Sociedad Bíblica Argentina). 

Espero que este mes conmemoremos también esa titánica tarea que aun hoy se sigue dando para lograr traducir, imprimir y difundir un libro que ha tenido, en su historia, demasiados contratiempos, porque no olvidemos que los idiomas originales de la Biblia no tienen parecido al castellano, por lo que hay palabras que fueron difíciles de traducir. Sin embargo, los venció a todos para que tengamos la Palabra de Dios a una mano de distancia, ya sea impresa en físico o en una aplicación en el celular.

Guido Márquez
Soy de Mendoza, Argentina. Profesor de Historia y casi Licenciado en Turismo. Espero que en mis notas no encuentres respuestas, sino preguntas. Que puedas mirar al pasado para enriquecerte, no para aburrirte.