Referente a los esfuerzos por “descubrir”, “estudiar” y “entender” al Jesús histórico debemos decir lo siguiente. Todas estas metodologías que intentan comprender la figura del famoso rabino galileo tienen un desafío intrínseco e interno fundamental: representan e incluyen los juicios, las prioridades y los prejuicios de los autores. Quienes se dan a la tarea de estudiar documentos antiguos pertinentes referentes a Jesús, presentan y destacan sus diferentes perspectivas sociológicas, políticas, ideológicas y teológicas.
Los esfuerzos por “descubrir” al Jesús histórico son los siguientes:
· La primera búsqueda (siglos XVIII-XIX) se distingue por tener una perspectiva racionalista y separa la figura de Jesús de los elementos sobrenaturales que se incluyen en los evangelios canónicos. El resultado fue el “encontrar” a un Jesús que se caracterizaba como un profeta apocalíptico y un reformador moral.
· El segundo esfuerzo, también identificado como la nueva búsqueda del Jesús histórico, o quizás la no-búsqueda, que llega temprano en el siglo XX, revela escepticismo sobre la posibilidad de reconstruir al Jesús histórico. Este esfuerzo, que incluye elementos para la desmitologización de los evangelios, destacó las dificultades de separar historia y teología en las narraciones evangélicas.
· El tercer programa académico por descubrir al Jesús histórico se pone en evidencia a finales del siglo XX hasta el presente. Esta búsqueda utiliza métodos interdisciplinarios, culturales y arqueológicos para analizar los documentos disponibles, canónicos y extra/canónicos, para entender al Jesús que llevó a efecto su ministerio en la Galilea del siglo primero. Y estos esfuerzos resaltan la identidad de Jesús como un profeta judío que respondía a los desafíos políticos y religiosos del siglo I en el imperio romano y la monarquía de Herodes el Grande.
· Y referente a este tema, debo agregar que, en la academia contemporánea, las metodologías para comprender al Jesús histórico incluyen los descubrimientos arqueológicos, el estudio serio de la literatura, y el análisis ponderado y crítico de los manuscritos bíblicos y extrabíblicos antiguos. Y uno de los grupos que está involucrado en estos esfuerzos es el Seminario de Jesús, que desde el 1985 están inmersos en estos estudios.
Estos diversos enfoques para “descubrir” al Jesús histórico, ponen de manifiesto la influencia del ministerio de este singular personaje, que sobrepasa los límites de la historia y la geografía, además de destacar la importancia de sus acciones en medio de una sociedad política y religiosamente convulsa, injusta y opresiva.
En efecto, estos diversos esfuerzos de búsqueda del Jesús histórico apuntan hacia las siguientes conclusiones:
- Jesús de Nazaret fue una figura histórica de gran influencia.
- Era un rabino en la Galilea, que presentaba mensajes que respondían a las necesidades inmediatas de un pueblo herido y cautivo.
- También se presentaba a la comunidad como un educador que no respondía a las prioridades de las autoridades rabínicas de Jerusalén.
- Fue crucificado en la época de Poncio Pilato.
- Y sus enseñanzas inspiraron el nacimiento, la afirmación y el desarrollo de un movimiento popular, que se identificó primero como los del Camino (Hch 9.2), y después como las iglesias cristianas.
El mensaje, los milagros y la pasión de Jesucristo
Al estudiar con detenimiento los evangelios, un detalle que sobresale es que el ministerio de Jesús incluye una serie importante de enseñanzas transformadoras y liberadoras. Esos mensajes destacan el tema del Reino de Dios y sus implicaciones éticas, morales y espirituales. Esas enseñanzas responden a las necesidades del pueblo en necesidad, desafiaban a las autoridades religiosas de Jerusalén y resistían a las políticas del imperio romano, que se materializaba en la administración de la familia de Herodes, bajo la supervisión romana de Poncio Pilato.
Junto a las enseñanzas del rabino galileo, las narraciones evangélicas incluyen una serie de relatos de milagros, que ponen de relieve su compromiso con la gente en necesidad, y con los sectores marginados de la sociedad. Esas acciones milagrosas no se incorporan como un programa de mercadeo, sino como manifestaciones de misericordia divina, y expresiones gratas del amor de Dios.
Las enseñanzas y los milagros de Jesús son expresiones complementarias de un programa más amplio liberador y transformador. Los mensajes presentan los principios del Reino de Dios; los prodigios son signos visibles que confirman su ministerio.
Entre las enseñanzas más importantes de Jesús, se encuentran:
· El Reino de Dios como gobierno de Dios sobre la vida (Mt 13; Mr 1.15).
· Vida ética, íntegra y santa (Mt 5–7).
· Fe y confianza en Dios (Mt 6; Lc 18).
· Arrepentimiento y redención (Mt 4.17; Jn 3.16).
· Formación de discípulos (Mt 16.24; 28.19-20).
· Esperanza escatológica (Mt 25; Jn 14.3).
Los milagros de Jesús se agrupan en:
· Sanidades (Mt 8; Mr 10; Lc 8).
· Liberaciones (Mr 1, 5, 7; Lc 9).
· Naturaleza (Mt 14; Mr 4; Jn 21).
· Resurrecciones (Mt 28; Lc 7; Jn 11).
Finalmente, las narraciones de la crucifixión y resurrección son el corazón del cristianismo. Jesús fue arrestado, juzgado injustamente y crucificado bajo Poncio Pilato. Los evangelios narran señales sobrenaturales y afirman su sacrificio como expiación por los pecados. La resurrección, narrada como un acto teológico y poderoso, mostró una tumba vacía y apariciones milagrosas. Aunque no hay fuentes extrabíblicas de la resurrección, el crecimiento de la iglesia tras estos eventos resalta su impacto perdurable.