La persecución de los cristianos sigue siendo una cruda realidad en muchas partes del mundo, y las mujeres sufren formas de violencia aún más intensas por su fe en Cristo. Según Misión Puertas Abiertas, más de 54.780 mujeres cristianas fueron víctimas de violencia física y psicológica en el último año, evidenciando el creciente riesgo que enfrentan por su creencia en Jesús.
Aumento de la violencia y el matrimonio forzado
Las cifras reflejan un preocupante aumento del 28% en los casos de violencia contra mujeres cristianas en comparación con años anteriores. Sin embargo, los números reales podrían ser mucho mayores debido a la falta de denuncias y al temor de represalias.
El Informe de la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas reveló que 3.944 mujeres cristianas fueron obligadas a contraer matrimonio forzado o sufrieron violencia sexual, un incremento respecto a los 3.231 casos registrados el año anterior. Esta situación es especialmente crítica en países de mayoría musulmana, hindú y budista, donde la conversión religiosa es vista como una amenaza a las tradiciones familiares y culturales.
Marco Cruz, secretario general de Puertas Abiertas, señala que cuando una mujer se convierte al cristianismo, la familia y la comunidad suelen obligarla a casarse con un miembro de su religión de origen: “Cuando hay conversión, especialmente de mujeres, la familia y la comunidad fuerzan el matrimonio con miembros de la religión nativa”, explica Cruz.
Persecución extrema: amenazas, exclusión y violencia digital
En situaciones más extremas, muchas mujeres cristianas son forzadas a regresar a la religión de sus maridos bajo amenazas de violencia. Además, si una mujer cristiana tiene hijos en estos entornos hostiles, puede ser expulsada de su hogar sin derechos ni acceso a recursos, quedando completamente vulnerable.
Otro factor clave en la persecución es la violencia digital. En países con regímenes extremistas, se les niega el acceso a Internet, aislándolas y privándolas de la posibilidad de conectarse con otras comunidades cristianas. Asimismo, la discriminación en el acceso al trabajo las sumerge en situaciones de pobreza extrema, exponiéndolas al hambre y al abandono.
Países con mayor persecución a las mujeres cristianas
Regiones como Bangladesh y el norte de África encabezan la lista de lugares donde la persecución a las mujeres cristianas es más severa. En Bangladesh, no solo enfrentan discriminación religiosa, sino también un profundo sesgo de género que limita su capacidad para practicar libremente su fe. En el norte de África, la presión social y legal intensifica la marginación, generando situaciones de matrimonios forzados y una grave crisis económica para estas mujeres.
A pesar de la adversidad, muchas cristianas permanecen firmes en su fe, encontrando fortaleza en su relación con Cristo. Puertas Abiertas trabaja en programas de apoyo integral que incluyen ayuda espiritual, emocional y económica para sostenerlas en medio de la persecución.
La lucha por la libertad y la dignidad de las mujeres cristianas
El pastor Amauri Oliveira, presidente de la Agencia Presbiteriana para Misiones Transculturales, denuncia que en los países de mayoría musulmana, muchas mujeres cristianas son forzadas a casarse con musulmanes para evitar ataques contra sus familias: “Casarse con un cristiano significa tener hijos en la misma fe, pero si te casas con un no cristiano, si te divorcias, tus hijos son criados en el Islam”, advierte Oliveira.
También destaca que muchas cristianas son secuestradas y obligadas a prostituirse, justificando estas acciones en nombre de la religión. Además, la pobreza extrema en algunas regiones lleva a las familias cristianas al endeudamiento, resultando en trabajos forzados y condiciones análogas a la esclavitud. En muchos casos, mujeres casadas se ven obligadas a prostituirse para pagar deudas impuestas por su situación económica.
El impacto del evangelio en la restauración de las mujeres perseguidas
A pesar de la brutal persecución, las agencias misioneras han sido clave en el rescate y restauración de estas mujeres. Organizaciones cristianas trabajan comprando su libertad y devolviéndoles la dignidad a través del evangelio. “En el cristianismo, las mujeres son respetadas y valoradas”, enfatiza el pastor Amauri Oliveira, resaltando la labor crucial del apoyo misionero para transformar vidas.
La situación de las mujeres cristianas perseguidas sigue siendo una de las crisis humanitarias menos visibilizadas, pero la fe en Cristo las sostiene. A través del compromiso de organizaciones y misioneros, la luz del evangelio sigue brillando en medio de la oscuridad.