Una de las charlas más comunes entre cristianos probablemente sea la preferencia de Versión Bíblica. Algunos la prefieren con un lenguaje más actual, más moderno, en uno o más idiomas simultáneamente traducidos, en papel o digital. 

La versión más difundida, dentro del mundo cristiano -refiriéndome a la esfera no católica, perdón por la expresión, pero es para que se entienda- es la versión Reina Valera. Muchos de nosotros, quizás crecimos con la más reconocida, que es la del año 1960, aún quizás sin entender ni la mitad de las palabras. 

En mi caso particular, nunca me llamó la atención el nombre de la Biblia, hasta que hace unos pocos años me enteré de que se llamaba así por los traductores: Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, ambos españoles.  

En esta ocasión, te presento la vida de Valera, para que entiendas cómo pasamos de una Biblia en latín a una en castellano. Parece simple, pero no lo fue.

Valera, infancia campestre española 

Cipriano de Valera pareciera tener una vida similar a Jesús, en el aspecto de que no hay muchos datos cien por ciento certeros con respecto a su vida. Nació en Sevilla, España entre 1531 y 1532. Su muerte ocurrió en 1602, aunque no se sabe con exactitud dónde. Lo más probable es que en Londres, Inglaterra. En su juventud, estudió Filosofía y al graduarse, se incorporó al monasterio Jerónimo de San Isidoro.

Los jerónimos son una orden monástica fundada por San Jerónimo, los cuales, entre otras actividades, incluyen el trabajo manual y los tiempos de meditación y la lectura bíblica. 

Es en esas labores que Cipriano pronto empieza a tener tiempos de lectura bíblica (en latín) y de otros escritos luteranos. Es en ese contexto que decide cambiar de ideas religiosas y huye en 1557 por temor a ser encontrado por la Inquisición (protestante.net). 

El fantasma de Lutero rondando por Europa

Para ubicarnos un poco, hay que recordar que, en 1517, Lutero clavó las 95 tesis contra la venta de Indulgencias, en una iglesia de Alemania. Lo que al principio era una simple observación y queja de lo que estaba haciendo la iglesia en ese momento, pronto se convirtió en un movimiento religioso y hasta, por momentos, político. De esta manera, se partió la cristiandad en dos: católicos, al sur de Europa y protestantes, al norte. 

Uno de los pilares fundamentales de la “nueva religión” era la lectura privada de cada cristiano, para dejarla a su libre interpretación, sin que ningún otro mediara en enseñarla o explicarla. 

Aquí surgió un nuevo dilema: no había biblias traducidas a lenguas vernáculas -idiomas hablados en cada región o país de Europa- ampliamente difundidas. Lutero es uno de los primeros en traducir la Biblia al alemán. ¿Pero y el castellano? Ahora volvemos a España.

La España de Reina y Valera: poco tolerante a la reforma

España intentó rechazar todo lo que más pudo la Reforma. Tanto es así que instituyó la Inquisición para contrarrestar cualquier movimiento de expansión que no fuera católico. En este movimiento, los judíos y musulmanes, también sufrieron consecuencias. 

Valera, debido a esto, tuvo que huir a Ginebra, Suiza, que había aceptado las ideas reformistas, primero de Lutero y luego de Calvino. Esta ciudad de Suiza era el refugio para todos los que eran perseguidos, tanto en Francia, España, Portugal o Italia. 

Su compañero de viaje más importante y conocido fue Casiodoro de Reina, el primer traductor de la Biblia al castellano. Este fue un antiguo maestro de Cipriano, en el antiguo monasterio jerónimo. 

Durante el resto de su vida, Valera se mudará a Inglaterra, pero hará varios viajes a Holanda, donde estaba la imprenta de la Biblia, que editó e imprimió en idioma castellano. 

Su aporte a la BibliaGinebra

La Biblia editada por Valera, se imprimió en Ámsterdam, Holanda, en 1602. Valera siguió con la versión de Reina, con muy ligeras enmiendas en el lenguaje y en los sumarios de los capítulos, eliminando o poniendo notas marginales. Además, coloca los libros apócrifos en una sección aparte -libros que aparecen en la Biblia católica, pero que son excluidos en las siguientes traducciones debido a su origen controversial- (ecured.com). 

También se dedicó a traducir otros escritos de teólogos importantes, como Calvino, además de escribir libros sobre su opinión acerca de la vida de la iglesia y temas importantes de la vida cristiana diaria. 

Sin embargo, en la actualidad, es innegable el legado de que hoy podemos tener una biblia en nuestro idioma original, el castellano.

Aunque tuvo varias diferencias con Reina, el aporte de ambos -primero la traducción y luego la edición- permitió que sea la biblia más leída en idioma castellano. 

Con el paso del tiempo, permitió que se hicieran varias revisiones y ediciones más, muchas de ellas, son las que tenemos en papel o en nuestros celulares. Sería un desperdicio que no nos permitamos todos los días leerlas, en honor y memoria de aquellos que hicieron un esfuerzo importante para entenderlas. 

Guido Márquez
Soy de Mendoza, Argentina. Profesor de Historia y casi Licenciado en Turismo. Espero que en mis notas no encuentres respuestas, sino preguntas. Que puedas mirar al pasado para enriquecerte, no para aburrirte.