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¿Cómo volver al próposito de Dios?

Un viaje fortalecido por Dios

8 Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. 9 Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?

Como la palabra lo expresa claramente, Elías se había fortalecido con la comida, la bebida y el descanso. Podríamos suponer que ya estaba listo para continuar, porque ya había emprendido una gran carrera de 40 días sin detenerse.

El Monte Horeb: Un lugar de encuentro

Se dirigía nada más y nada menos que al monte de Dios, el monte Horeb. Este monte, identificado con el Monte Sinaí, es el lugar donde Dios entregó las tablas de la Ley a Moisés.

Elías emprendió este camino sin una palabra explícita de Dios. Al llegar al monte, en una actitud típica suya, se metió en una cueva. En su soledad, una vez más, cargaba con el conflicto de sentirse aislado.

«Era tan fuerte su sentir de soledad que no se percató que habían quedado muchos como él.»

La cueva: Un lugar común bajo presión

Cuando enfrentamos dificultades, nuestros patrones más fuertes se activan. La cueva representa un lugar de encierro, huida y protección, pero también refleja una pérdida de claridad debido a la presión.

Dios le habla a Elías, haciéndole dos veces la misma pregunta: “¿Qué haces aquí, Elías?”

En una paradoja divina, Elías buscaba a Dios en su escondite. Y Dios, con ternura, lo confronta: “Casi con una sonrisa: ¿Qué haces acá?”

Escuchar a Dios en medio del dolor

Puede que estés comenzando a alimentarte espiritualmente, descubriendo el descanso en Dios. Sin embargo, puede que aún no estés siendo certero en cumplir exactamente la tarea que Él te ha encomendado.

Elías estaba cerca de Dios, pero en una actitud de dolor. Su presión interna había activado su mayor fantasma:

“La sensación de soledad, una de las mayores generadoras de ansiedad.”

Dios, en Su amor, le responde: “No, no estás solo y nunca lo has estado.”

Volver al propósito y al primer amor

A pesar de su cansancio, Elías necesitaba algo más: dirección y propósito. La falta de propósito es una de las principales causas de desánimo y depresión.

En una charla íntima, Dios le extiende nuevas tareas y le enseña que no todo depende de ti, Elías. No puedes controlarlo todo solo.

Dios llama a Elías a volver al camino por donde vino y a recordar Su propósito original. Como se lee en Apocalipsis 2:5:

“Recuerda de dónde has caído, vuélvete a Dios y haz otra vez lo que hacías al principio.”

Un llamado personal para ti

Toma este tiempo para orar y discernir dónde te desviaste. Busca la lista de tareas que Dios tiene para tu vida y sé fiel a ella. Si aún lees esto, estás a tiempo de volver.

Haz tu lista, pero no la tuya, sino la de Dios. Porque el día que estés ante Él, serás tú quien dé cuenta de cómo cumpliste Su propósito.

¡Vuélvete por tu camino y cumple Su propósito!

Redacción
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