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¿Cómo reflejar Su carácter en el vivir cotidiano?

Ayer tuve un día difícil. Fue uno de esos días en donde pareciera que todo te sale mal, y las personas que te rodean están un poco más irritantes de lo normal. 

Y aunque me cuesta admitirlo, la realidad es que nadie despertó con el propósito de hacer mi día más duro. Mi familia, el equipo de trabajo o incluso los desconocidos que me crucé, están tratando de seguir con sus responsabilidades diarias, al igual que yo. 

El Señor traía estas preguntas a mi corazón: 

– ¿Cómo estoy respondiendo a las presiones de un día cotidiano? 

– ¿Qué ven los otros de Cami (yo) cuando estoy molesta o frustrada por algo? 

– ¿Cómo está siendo mi conducta a lo largo del día frente a creyentes y no creyentes? 

No niego que a veces las presiones que afrontamos en el día son demasiadas para mantener la cordura con nuestras fuerzas, somos humanos, nos cansamos y nos frustramos. Pero incluso en estos momentos estamos llamados a reflejar el carácter de Cristo. 

Quizá me es fácil demostrar amor, paciencia y humildad cuando estamos en un cumpleaños, en una reunión de jóvenes, o incluso relajados viendo una película en familia. Pero, ¿cómo es mi actitud cuando estoy llegando tarde y hay tráfico camino a la facu? ¿Cómo le respondo a mi familia cuando llego a casa cansada/estresada y me piden realizar una tarea del hogar? ¿Cómo es mi actitud cuando un compañero de trabajo no opina igual que yo?

Todos estos son escenarios donde sé que mi paciencia es puesta a prueba, tiendo a frustrarme y por ende, a responder con un mal trato u ofenderme rápidamente. 

Hace unos días escuchaba VAE podcast, y Seba, decía: “Jesús no prometió darnos felicidad, pero algo que si prometió es darnos PAZ” 

“No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias,” Filipenses 4:6 

“Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.»” Juan 16:33 

“Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes.” 1 Pedro 5:7 

En mis fuerzas, voy a perder los estribos rápidamente. 

Rendirme al Señor en oración a lo largo del día (y cuantas veces sea necesario) es uno de los hábitos que estoy aprendiendo y me ha hecho testigo de que se puede reflejar el carácter de Cristo aún en medio de las presiones. 

(Gracias a Dios) tenemos un Dios que sabe compadecerse de nosotros, porque Jesús fue tentado en todo al igual que nosotros, pero sin pecado. 

Creer esto, para mí es algo clave para poder orar con sinceridad, con un corazón rendido. 

“Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.” Hebreos 4:15 

Puedo reconocer mi falta de paciencia, mi agilidad para frustrarme y enojarme rápido, podemos pedirle al Señor que traiga paz a nuestro corazón para tener un espíritu sereno, amable y humilde en esas situaciones. 

Nuestra respuesta ante las presiones cotidianas es importante. Nuestra conducta frente a creyentes o no creyentes, amigos o desconocidos habla de lo que creemos, nuestra vida es un testimonio y no podemos tomarla en vano. 

En lo cotidiano, podemos reflejar Su carácter. En las pequeñas acciones del día podemos demostrar nuestra fe y estamos llamados a hacerlo. 

“Mantengan una buena conducta entre los no creyentes para que, aunque los acusen de malhechores, al ver las buenas obras de ustedes glorifiquen a Dios el día que él nos visite. La voluntad de Dios es que ustedes practiquen el bien, para que así hagan callar la ignorancia de la gente insensata.” 1 Pedro 2:12, 15 

«Mi rendición a Dios en el momento justo me puede dar la paz y la fuerza que necesito para obrar de manera agradable a Sus ojos y así también poder ser luz para otros». 

Esta es una pequeña reflexión que requiere más práctica que estudio teórico a mi forma de verlo. Todos los días tenemos presiones, todos los días puede haber tráfico, algún que otro roce con un compañero/a, o podemos recibir una mala noticia… pero lo que hacemos en respuesta a ello, tiene consecuencias eternas. 

Sé que en el corazón de Dios está el anhelo de que pongamos nuestra plena confianza en Él, que podamos humillarnos delante suyo y reconocer nuestra falta de dominio propio, clamar a Él reconociendo la belleza de Su santidad y ser llenos de Su paz.

Camila Maza
Camila Maza
¡Hola! Mi nombre es Cami Maza y soy de Córdoba Argentina. Me encanta escribir y compartir del amor que le dió vida nueva a mi corazón. Espero te sea de bendición.

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