Hace algunas semanas escuché esta frase y quedó grabada en mi cabeza: “podés entretener o entrenar”. Por varios días la pensé y fue un disparador para hacerme algunas preguntas a mi misma: “¿estoy simplemente entreteniendo con el arte que hago o estoy entrenando?”
Cuando vos te entrenas, tenés un objetivo y una meta clara, pero cuando simplemente elegís entretenerte, no requerís de ningún esfuerzo más que de “disfrutar”. Creo que un buen balance entre las dos dan un buen resultado en la vida de toda persona que se dedica a hacer arte. Personalmente, estos últimos años he visto una creciente ola o movimiento de artistas que se dedican solamente a entretener con su arte, sin darse lugar a pensar en dejar un mensaje positivo y de edificación para quienes consumen el producto final.
Lo cierto es que nada carece de sentido en el mundo espiritual y aún lo que vos crees que solamente te entretiene, también te entrena. La música que escuchamos o las películas que vemos suelen tener un alto impacto en nuestros pensamientos, comportamiento y aún en nuestro descanso.
¿Nunca te pasó que soñaste con algo muy parecido a la última imagen que viste? Entonces, esto significa que lo que consumís tiene un impacto en tu inconsciente.
No estoy diciendo que entretenerse es malo, sino que estoy haciendo una invitación a que pensemos un poco más profundo, ¿lo que consumo simplemente me entretiene o hay algo más allá? Tik toks, reels, videos, arte,libros, música etc. Cientos de artistas atrapados en el mundo de las redes sociales caen en la trampa de la improductividad y la comparación, y piensan que simplemente se están “entreteniendo”.
Estamos siendo entrenados por un sistema que entretiene para matar nuestra productividad e identidad creativa. Pasamos horas “scroleando” sin llegar a un final y, cuando queremos darnos cuenta, los resultados son obvios: frustración, comparación y bloqueo creativo. Generalmente, estos últimos pueden producirse por un exceso de consumo sin límites. No todo nos inspira, lo que nos entretiene muchas veces también nos bloquea.
Esta nota es una invitación para todos nosotros, los artistas, a que podamos saber discernir si lo que consumimos verdaderamente nos inspira, si es realmente saludable y si aporta a nuestro crecimiento profesional y espiritual. Tenemos un desafío por delante: preparar el camino a Jesús a través de la expresión de adoración en el arte. Cuidar lo que consumimos se volverá una fuente de recursos inagotable.
Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. (1 Corintios 10:23)