La problemática del embarazo en adolescentes no es nueva y, si bien las estadísticas muestran que el porcentaje de ellos ha ido en descenso, los niveles están todavía muy por encima de lo deseado. 

¿Quién no conoce a alguna amiga (o amiga de una amiga) que tenga poco más de 40 años y tenga hijos de más de 20? Las vemos tan joviales, con hijos tan resueltos y lo primero que pensamos (o en mi caso, decimos) es: “¡Fuiste mamá superjoven!”.  Hacemos las cuentas, y eso nos termina dando una mamá adolescente que,  por lo general,  tuvo a sus hijos entre 15 y 20 años, aunque las hay más jóvenes también.  

Este fenómeno no es nuevo en nuestro país y si bien las estadísticas muestran que el porcentaje de madres adolescentes ha ido en descenso, los niveles están todavía muy por encima de lo deseado, o los esperado, de acuerdo a los esfuerzos que se vienen realizando desde hace ya casi quince años a través de la sanción de la ley 26.150.

La ley de Educación Sexual Integral, más conocida como la ley de “la ESI” está en vigencia desde 2006 y tiene carácter obligatorio en todo el territorio nacional argentino. Debe ser impartida en todos los establecimientos educativos, ya sean de gestión pública o privada, desde el nivel inicial hasta los superiores con contenidos transversales en todas las materias. 

Muchas veces demonizada, otras tantas alabada, lo cierto es que esta ley tiene , entre sus tantos objetivos:

  • Prevenir abusos sexuales
  • Prevenir las ITS ( infecciones de transmisión sexual)
  • Prevenir el ENIA (embarazo no intencional adolescente).

Estos objetivos son loables, y nadie dudaría ni por un segundo en darles a sus hijos las herramientas para empoderarlos con información de manera que puedan tomar buenas decisiones, protegerse de posibles abusadores (o en todo caso denunciarlos) y protegerse de las infecciones que pueden traer consecuencias terribles de por vida. De estos tres, quisiera resaltar el último mencionado.

Cómo prevenir el embarazo no intencional adolescente

Para prevenir el ENIA, aparte de la ESI, que se considera una pata fundamental en materia de información y prevención, el Ministerio de Salud de la Nación lanzó el plan de Prevención y Reducción del ENIA. He aquí algunos de los datos arrojados luego de dos años de seguimiento:

Fuente: Plan Nacional de Prevención y Reducción del Embarazo No Intencional en la Adolescencia, 2017-2019 – Ministerio de Salud de la Nación.

Al observar estos datos, podemos medir una baja en la natalidad de madres adolescentes, pero la fecundidad global de la edad sigue con números sostenidos. Un embarazo no intencional en la adolescencia implica muchas veces abandonar los estudios, descartar la posibilidad de cursar estudios superiores y por ende, una precarización del trabajo. 

Lamentablemente solo la información y los planes nacionales no es suficiente en un área tan compleja como la sexual,  que atraviesa cada célula de nuestra vida.

Hace falta formación de manera urgente e imperiosa.

Paula Sennewald, Coordinadora General de Abrazo del Cielo @abrazodelcielo

Y es por ello por lo que necesitamos volver a los formadores por excelencia que siempre han sido y serán los padres y que en los últimos cincuenta años han abdicado sus prerrogativas en manos de perfectos extraños de instituciones educativas. 

La formación jamás está provista de valores: toda instrucción, de cualquier índole, se hace desde las ideas acordadas como cosmovisión, es decir, la forma de interpretar el mundo y las circunstancias que nos rodean. 

Familia e iglesia, educadores imprescindibles

Como padres cristianos, formadores y educadores de nuestros hijos, no podemos tercerizar esta parte de la educación. Para ello es vital hablar con ellos desde pequeños, con palabras adecuadas y con información de acuerdo a su desarrollo cognitivo.  

Nadie mejor que la propia familia para afirmar la identidad sexual, la autoestima y la autovalía de cada uno de los niños que Dios puso a nuestro cuidado. Quizás nos toque educarnos, leer, informarnos para poder responder todas las preguntas, pero es un esfuerzo que vale la pena y se recupera con creces. 

Por otro lado, la iglesia debería recuperar su función educadora histórica. 

Paula Sennewald, Coordinadora General de Abrazo del Cielo @abrazodelcielo

Dando charlas con adolescentes y enseñando a los padres a hablar con sus hijos, con personas capacitadas, desde una perspectiva realmente integral que incluya :

  1. El cuerpo: esto implica conocerlo y saber cuidarlo
  2. El alma: reconociendo y trabajando las emociones y la decisiones a tomar  
  3. El espíritu:  entendiendo el propósito de Dios eterno, que no cambia, aunque los tiempos y la cultura lo hagan

Hablando de cultura, no deberíamos tampoco rendirnos ante ella para no parecer anticuados. Los valores de esta cultura posmoderna líquida están en las antípodas de los del Reino de los cielos. Todo lo quiere ya, sin esfuerzo, sin consecuencias, sin ataduras… casi como las historias de Instagram que duran pocas horas y generan reacciones pero no necesariamente relaciones.  Pocos saben que todas las historias quedan “guardadas”:  nada se olvida, nada se borra por completo.

Lo mismo sucede con la sexualidad: cada historia cuenta, cada relación de noviazgo o encuentro sexual queda grabado, registrado y muchas veces es difícil desandar ciertos caminos transitados. Entonces, ¿qué podemos hacer para realmente darles a nuestros hijos herramientas para prevenir embarazos no intencionales en la adolescencia? 

en primer lugar, es importante saber valorar a los adolescentes y no subestimarlos

Paula Sennewald, Coordinadora General de Abrazo del Cielo @abrazodelcielo

Enseñarles a autorregular sus emociones y dilatar el placer. Ellos son capaces de ponerse en el lugar del otro, de pensar por sí mismos y de aprender que cada acto tiene consecuencias. 

El sistema les ha vendido el concepto de “sexo seguro”, igualándolo a relaciones sexuales con protección profiláctica. 

Paula Sennewald, Coordinadora General de Abrazo del Cielo @abrazodelcielo

Si nos limitáramos solamente al aspecto físico,  podríamos decir que existe el “sexo seguro”, hasta por ahí nomás… Siempre hay riesgo de embarazos o de contraer infecciones venéreas. Cuando dejamos de lado el aspecto emocional y espiritual de la unión sexual, la educación deja de ser integral, y pasa solamente a reducir al ser humano a su cuerpo. Como hijos de Dios sabemos que somos mucho más que eso. 

En segundo lugar, es central ayudarlos a fortalecer su autoestima y enseñarles a no ceder ante las presiones de aquellos que quieren que hagan cosas en contra de sus propias convicciones. Los verdaderos amigos no fuerzan a tomar decisiones que vayan en contra de nuestras creencias, y eso vale para cualquier edad. 

En tercer lugar, el desafío como adultos significativos es ser modelos , no de perfección sino de “aspiración”.  Es decir que, cuando nuestros hijos crezcan (o nuestros alumnos, o los adolescentes de nuestros grupos de la iglesia) vean en nosotros algo imitable. Que nosotros seamos un ejemplo concreto de que se puede vivir una vida sexualmente plena,  con información, pero por sobre todas las cosas, con formación y transformación. Y esto último es especialidad del Espíritu Santo, quien nos guía a toda verdad en todos los ámbitos. 

Paula Sennewald
Coordinadora General de Abrazo del Cielo , ministerio provida que ayuda a madres y sus bebés . Profesora de inglés. Coordinadora de su propia consultora de idiomas. Junto con su esposo Sebastian pastorean la iglesia El Encuentro en Canning, Buenos Aires.