Matthieu Faucher fue denunciado por proselitismo religioso al responder preguntas de sus alumnos sobre la Biblia.
El docente francés, agnóstico, fue objeto de un desplazamiento forzado y una sanción por «falta profesional grave» en junio de 2017. La acusación se emitió a través de una carta anónima y denunciaba a Faucher por realizar una serie de estudios sobre la persona de Cristo que buscaban responder a preguntas que sus alumnos le habían planteado.
Niños de entre 9 y 11 años le preguntaron a su maestro quién era Jesús. Matthieu consideró que debía llenar esa laguna de conocimiento desde un punto de vista histórico, literario y cultural, no teológico, puesto que en su opinión ese alejamiento del saber bíblico de los niños implicaba “un enorme vacío cultural”.
Buscando resolver esas consultas, preparó una unidad pedagógica titulada “El cristianismo por los textos: estudio literario de extractos bíblicos”. El docente, además, tuvo la precaución de informar a los padres de sus alumnos sobre los contenidos que iba a brindar en clase a sus hijos. La idea tenía que ver con trabajar algunos textos de la Biblia y proyectar algunos extractos del film “El Evangelio según San Mateo” de Pier Paolo Passolini.
A raíz de las clases brindadas a sus alumnos, Faucher fue acusado de proselitismo religioso a través de una carta anónima. De inmediato lo que las autoridades lo suspendieron de inmediato, y unos meses después lo trasladaron disciplinariamente, el 2 de junio de 2017. Se le reprochaba haber “faltado a su deber de neutralidad y laicismo” en el ejercicio de su deber docente.
El maestro francés, convencido de no haber cometido ninguna falta grave, fue a la justicia. Luego de dos años de intensa lucha, el tribunal administrativo de Burdeos ordenó el levantamiento de las sanciones y su reincorporación a la escuela en noviembre 2019. “La Corte estableció que mi enseñanza se inscribió perfectamente en los programas de educación de la escuela primaria”, dijo Faucher, aliviado tras la larga batalla judicial, aunque afirmó «tal derroche administrativo y humano se hubiera podido evitar desde el principio gracias a un diálogo”.
El caso resuena porque dice mucho acerca del clima cultural que impera en gran parte del mundo donde todo el conocimiento sobre Jesús está menospreciado y se impone una enseñanza plenamente laica. En algunos casos este clima se tiñe de fanatismo y llega al punto de que algunos docentes se nieguen a datar los años con la expresión “antes de Cristo”.